El cambio de los planes de estudio de las carreras del Consejo de Formación en Educación (CFE) es una de las líneas que se trazaron las autoridades de la educación para este período de gobierno. Además de considerarlo necesario para adecuarse mejor a las necesidades del sistema educativo y de los propios estudiantes de dichas carreras, el cambio es importante de cara a la creación de la Universidad Nacional de Educación. En un principio, el CFE se había planteado que los planes que sustituyan a los vigentes, aprobados en 2008, estuvieran listos este año y comenzaran a implementarse en 2018. Sin embargo, por varios motivos la discusión llevó más tiempo del previsto, y, aunque con distintos grados de avance, ninguno de los nuevos planes está listo aún para ser implementado el año que viene. Esta situación, sumada a que es necesario realizar un cambio de normativa que posibilite la puesta en marcha de la nueva estructura docente del CFE (ver recuadro), hizo que las autoridades definieran que el grueso de la implementación quede para 2019.

Según explicó a la diaria la directora del CFE, Ana Lopater, si bien resta aprobarlo formalmente, es seguro que el próximo año una de las carreras comenzará a implementar un nuevo plan de estudios, aunque prefirió no decir cuál hasta que no esté definido. Según dijo a El País el integrante del CFE Luis Garibaldi, esa carrera será la de maestro y profesor técnico. Consultado por la diaria, el representante de los docentes en el CFE, Edison Torres, dijo que todavía se está discutiendo, pero la que forma a los docentes de UTU es la carrera que más avanzada tiene la discusión sobre las materias que llenarán la malla curricular, por lo que es la que tiene más probabilidades de comenzar con el nuevo plan el año que viene.

Además, Lopater señaló que la carrera de maestro de educación inicial fue elaborada poco tiempo atrás, con criterios generales similares a los establecidos para los nuevos planes, por lo que también se cuenta como un nuevo plan de estudios de cuya implementación se pueden obtener aprendizajes para los planes que se ejecutarán a partir de 2019.

Un proceso

Más allá de que no se cumplirá con el cronograma como había sido planificado en su momento, en palabras de Torres, se trata de un proceso que “no tiene marcha atrás”, ya que existe convicción de la necesidad de un cambio. Según el consejero, el enlentecimiento es parte de los procesos naturales que se dan en una institución compleja como el CFE, cuando se quiere que el cambio realmente haga carne en los protagonistas cotidianos y no sólo quede en el papel. En la misma línea opinó Beatriz Costabel, integrante de la comisión de Enseñanza y Desarrollo Curricular del CFE por la Asamblea Técnico Docente. Según dijo a la diaria, en un principio se proyectaron determinados plazos, pero consideró que en ese entonces la participación “no era un fuerte” del CFE, por lo que también fue necesario que se diera un proceso de “aprender a participar por parte de todos los actores”, algo que no se logra de un día para el otro. “La discusión se ha dado queriendo contemplar a todos, y eso requiere de tiempo. Si tuviéramos carreras centralizadas en dos o tres institutos sería más fácil, pero esa no es la realidad, porque los docentes tienen que surgir de todo el país”, señaló.

Es que la discusión corre por varios carriles que buscan contemplar determinadas pautas comunes a todos los estudiantes de formación docente, y también las pautas específicas de cada una de las carreras. La Comisión de Enseñanza y Desarrollo Curricular del CFE se abocó a definir orientaciones generales de los nuevos planes, como la semestralización de la mayoría de los cursos o la cantidad de créditos necesarios para recibirse, que rondará los 370. Además, también se acordó la reducción de la cantidad de materias que los estudiantes deben cursar, ya que la cifra en el Plan 2008 se considera excesiva.

También es un hecho la presencia de tres grandes núcleos: el equivalante, en el que estarán los contenidos de ciencias de la educación, el específico de la orientación del estudiante, y el de didáctica práctica. Además, habrá un espacio articulador, en el que se espera que estén las actividades de extensión e investigación y el trabajo de grado que deberán realizar los estudiantes, que, según explicó Costabel, significará un poco más de 10% de los créditos necesarios para completar la carrera. En dicha comisión participan representantes de estudiantes, docentes, egresados, directores y coordinadores académicos.

En suma, existen comisiones de carrera que son las encargadas de llenar de contenido a la malla curricular de magisterio, maestro de inicial, profesorado, educación social, y maestro y profesor técnico. Además, las comisiones de carrera tienen expresiones locales, con representantes electos en cada centro, y también regionales, donde se recogen los planteos de las comisiones locales.

Lo que queda

Lopater explicó que la mayor parte de las cosas que restan por definir tienen que ver con el núcleo equivalente. Con respecto al Plan 2008, “se pasa de un formato que es un núcleo profesional común idéntico para todos, a uno que con espacios equivalentes que apunta a formar las competencias de los educadores en general, más las competencias específicas de la carrera. No es lo mismo dar Psicología para los que van a ser maestros técnicos, que van a estudiar aspectos relacionados con la psicología del trabajo, que para primera infancia o para el profesorado”.

Torres recordó que el proceso de cambio de planes comenzó en 2014, con la creación de las comisiones de carrera, y consideró que se trata de “un proceso de desarrollo institucional que requiere tiempo para sostenerlo y concretarlo”. Consideró que el debate comenzó instalado principalmente en los distintos departamentos académicos del CFE, que luego comenzaron a dialogar con diferentes estructuras que fueron incrementando su participación con el paso del tiempo, y que hubo que saldar debates en los que no había consensos. Como considera que “una propuesta curricular es mucho más que un documento escrito”, Torres entiende que eso también “comprende a las instituciones, a la organización de los docentes, las necesidades que la sociedad deposita en esos espacios; requiere también un diálogo con los distintos territorios” en los que hay centros de formación en educación, o sea, a lo largo y ancho de todo el país. “Podríamos tener un documento escrito que no dialoga con la realidad, sin que se generen los mecanismos para que ese diálogo sea permanente. Hubo pasos muy importantes en la formación de los educadores; también es necesario generar espacios en que la propuesta curricular tenga retroalimientación permanente”, señaló. De todas formas, consideró que hubo avances, ya que los espacios de discusión no son los mismos que en 2014, y los acuerdos alcanzados tampoco; en ese sentido, el consejero pasa raya y el saldo es positivo. “Hay tiempos que son necesarios para que los procesos cierren y no aborten antes de tiempo”, resumió.

En colectivo

Mientras que desde distintos espacios docentes como la Asamblea Técnico Docente se participó activamente en la discusión, en el caso de los estudiantes la participación costó un poco más. Según explicó el integrante de la Federación de Estudiantes Organizados de Formación en Educación del Uruguay (FEFEU) Marco Colo, hubo “dos caminos” a la interna del CFE: “Uno de la comisión de Enseñanza y Desarrollo Curricular, y otro de los estudiantes”, que “no tuvieron los mismos tiempos”. Según añadió, la hoja de ruta que incluía la implementación de los nuevos planes para 2018 “no tomó mucha carne”, y recién a partir de una jornada institucional de agosto de este año los estudiantes empezaron a tomar conciencia de lo que se estaba definiendo, y se constató que ese proceso “estaba andando”. Por ejemplo, Colo señaló que a nivel de profesorado, la discusión se venía dando a nivel de los coordinadores académicos y las salas de las distintas asignaturas, que son más de 15.

Desde la FEFEU, que tienen representación en el CFE, consideran que más allá de que estaba prevista la representación estudiantil en los distintos órganos, los estudiantes no estaban integrados a la discusión. Por lo tanto, evaluaron que si todo hubiera seguido su curso tal como estaba planificado, lo que se hubiera logrado habría sido “sólo un cambio de etiqueta”; por lo tanto, reclamaron ver detenidamente la malla curricular y evaluar pros y contras, de forma de lograr “un cambio significativo”. Consultado por la diaria, el actual representante del orden estudiantil y también miembro de la FEFEU, Marcelo Díaz, señaló que el proceso de discusión encontró a los estudiantes en proceso de organizarse para conformar un orden, y lo ilustró con el hecho de que en 2014, cuando comenzó la discusión, ellos ni siquiera estaban en el CFE. Formalmente, la FEFEU obtuvo representación en el consejo el año pasado.

Ahora el plan es seguir adelante con las distintas discusiones en las comisiones de carrera, que están avanzando en distintos ritmos. Según explicó Lopater, la comisión de carrera que tiene más retraso en su trabajo es la de Educación Social, más allá de que desde el Instituto de Formación de Educación Social de Montevideo han realizado algunas propuestas. Díaz, estudiante de Educación Social, informó que la comisión se conformó tardíamente y que aún no comenzó con el proceso de discusión. En el otro extremo, la comisión de carrera de maestro y profesorado técnico se apunta para comenzar con la nueva organización curricular el año que viene; junto a la de maestro en primera infancia, será seguida de cerca desde las otras carreras para identificar puntos fuertes y débiles en el diseño y la implementación.

A la espera | Según señaló Costabel, además de que la discusión sobre la malla curricular se dilató más de lo previsto, otro aspecto importante en la decisión de posponer la implementación de los nuevos planes fue el hecho de que el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aún no aprobó una normativa que habilite la puesta en marcha de la nueva estructura docente. La nueva estructura, que será la que lleve adelante los cursos de los nuevos planes, prevé que el criterio de antigüedad ya no sea el que prime para los ascensos de grado, sino que se realicen llamados de méritos. Esto implica que el Codicen modifique el capítulo 14 del Estatuto del Funcionario Docente de la ANEP, algo que también se ha dilatado más de lo previsto. Si bien hay voluntad política para que esto se concrete, se está haciendo un análisis cuidadoso para que el cambio no contradiga lo establecido en otros capítulos de dicho estatuto.