El de ayer fue un día de intensísima actividad para el flamante presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que además de cumplir con el protocolo de la ceremonia de asunción mantuvo varias reuniones bilaterales en las que dio señales del rumbo que tomará la política exterior en su administración.
Luego de que diera su primer discurso como presidente, Bolsonaro y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se dieron un estrecho abrazo. El gobernante israelí pasó cinco días en Brasil, y ratificó así que será uno de los grandes aliados del nuevo gobierno.
En marzo, Bolsonaro tiene previsto viajar a Israel –al que calificó de “país hermano”– con una amplia comitiva que incluirá técnicos de diversas áreas (agricultura, tecnología, defensa). Además, está en sus planes trasladar la embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, tal como lo confirmó el domingo Netanyahu durante una reunión que mantuvo con autoridades de la comunidad judía de Río de Janeiro.
Otro gran aliado del nuevo gobierno de Brasil será Estados Unidos. Si bien Donald Trump no viajó a Brasilia para la ceremonia de asunción, felicitó a Bolsonaro mediante su cuenta de Twitter y elogió su discurso. Rápidamente y también en un tuit, en inglés, Bolsonaro le respondió el saludo y le dijo: “Juntos, bajo la protección de Dios, vamos a traer prosperidad y progreso a nuestros pueblos”.
El representante estadounidense en Brasilia fue el secretario de Estado, Mike Pompeo, que luego de la ceremonia de asunción se reunió con el presidente y con Ernesto Araújo, el canciller de Bolsonaro. Según informó a periodistas un funcionario de alto rango del Departamento de Estado, durante el encuentro se discutieron asuntos regionales y la voluntad común de “promover la democracia” en Venezuela, Nicaragua y Cuba. “Estados Unidos tiene la intención de trabajar con Brasil para apoyar al pueblo de estos países que están luchando para vivir en libertad con esos regímenes represivos”, dijo el funcionario, quien agregó: “Valoramos el compromiso expresado por el presidente electo Bolsonaro de hacer frente a los tiranos”.
Durante el encuentro también estuvo sobre la mesa el tema del comercio y las relaciones con China, país con el que Estados Unidos inició el año pasado una guerra comercial. Durante su campaña electoral, el nuevo presidente brasileño atacó más de una vez a China y dijo que se trata de un “predador que quiere dominar sectores cruciales de la economía”. Ese discurso parece alinear su postura con la adoptada por la administración Trump.
En cuanto a la región, Bolsonaro mantuvo encuentros bilaterales con el presidente chileno, Sebastián Piñera y con el paraguayo, Mario Abdo Benítez. Con el primero, el presidente brasileño se planteó un acercamiento comercial y acordó que Chile será el primer destino al que viajará en misión oficial fuera de Brasil. De esta manera romperá una tradición, ya que habitualmente el primer país que visitan los presidentes brasileños es Argentina.
Ayer en Brasilia no estuvo presente el presidente Mauricio Macri, y ni siquiera la vicepresidenta, Gabriela Michetti, sino que Argentina fue representada por el canciller Jorge Faurie.
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