Hace tres semanas informamos acerca de la protesta de la Federación de Cines Franceses por la inclusión, en la competencia del Festival de Cannes de este año, de dos producciones de Netflix -Okja, de Bong Joon-Ho; y The Meyerowitz Stories, de Noah Baumbach), debido a que esa empresa, con sede en Estados Unidos, no cumple en Francia con la exigencia de que las películas se exhiban durante 36 meses en cines antes de ser ofrecidas mediante streaming, y así elude el pago de un impuesto a las entradas, cuya recaudación se destina a apoyar a la industria cinematográfica.
Hubo varias idas y venidas, así como rumores de que las películas de la discordia serían retiradas de la competencia. Finalmente, las autoridades del festival dieron a conocer, en un comunicado, que habían solicitado “en vano” a Netflix que exhibiera en cines franceses esas dos producciones, y que, si bien les “alegra dar la bienvenida a un nuevo operador que ha decidido invertir en cine”, y tanto Okja como The Meyerowitz Stories permanecerán en la programación de este año, a partir de 2017 “cualquier película que quiera competir en Cannes deberá comprometerse a ser distribuida” en salas de proyección de Francia.
El director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, comentó en Twitter que “el sistema cierra fila contra nosotros”, pero, según la revista estadounidense Variety, la empresa estaría dispuesta a que sus films se exhiban en cines franceses durante una semana, en forma simultánea con el comienzo de su oferta en streaming. Por cierto, una semana es muchísimo menos que 36 meses, pero en realidad el comunicado de los responsables del festival no especifica plazos, de modo que por ahora no es posible saber si la garantía de siete días en cartelera les parecerá suficiente en el futuro (ni qué dirá la Federación de Cines si es así).