Entre los múltiples invitados internacionales del próximo Montevideo Comics, sin duda el más llamativo es David Lloyd (Londres, 1950), quien comenzó su carrera a fines de los 70 dibujando historietas para Marvel UK (la editorial que tenía los derechos de publicación de revistas de Marvel Comics en Reino Unido). Fue allí que Lloyd dibujó relatos del superhéroe Night Raven, uno de los pocos creados específicamente para Marvel UK, a los que siguieron trabajos para series como Hulk y la versión en cómic de Doctor Who, donde colaboró por primera vez con Alan Moore. En 1982, además de dibujar una adaptación a la historieta de la película Time Bandits (Terry Gilliam, 1981), volvió a trabajar con Moore en la hoy clásica V de Vendetta, llevada al cine en 2006. Las páginas de esa serie tienen una gran belleza plástica, y su relato adulto y oscuro abrió el camino para una renovación de la historieta en los 80, de la que Moore sería el principal protagonista, en particular con Watchmen (1986-1987), acaso su obra maestra. Lloyd también dibujó números de Hellblazer con los guionistas Grant Morrison y Garth Ennis, las miniseries The Horrorist, The Territory (ambas junto al guionista Jamie Delano) y la novela gráfica Kickback, completamente de su autoría.
–Sé que deben de hacerte esta pregunta demasiado a menudo, pero muchos lectores de V de Vendetta en Uruguay probablemente no sepan que fue idea tuya que V luciera como Guy Fawkes. ¿Podrías contarnos algo sobre esto?
-La forma básica del personaje empezó como la de un guerrillero urbano común y corriente, pero necesitábamos algo más para que encajara en el tipo de atmósfera y colorido de los comics de aventuras mainstream. Probamos con varios estilos y diseños, pero nada parecía funcionar. Tuve la idea de que se viera como una suerte de Guy Fawkes resucitado, pero no sé cómo fue que se me ocurrió, debió de ser accidental. En todo caso, parecía una buena idea darle a un revolucionario fallido de la historia británica una segunda oportunidad: traerlo de vuelta y hacer que tuviera éxito en hacer explotar al Parlamento, justo aquello en que falló el personaje original.
–¿Qué sentís cuando ves que tanta gente se manifiesta y protesta bajo una máscara vinculada a tu trabajo y al personaje que creaste junto a Alan Moore?
-Me hace feliz que la máscara aparezca como un símbolo de resistencia a la opresión. Representa en el mundo real lo mismo que en el mundo ficcional de V.
–La trama de ese cómic transcurre en un futuro cercano al momento de publicación, en el que Gran Bretaña es gobernada por el fascismo. En la novela gráfica, ese gobierno ascendió al poder tras una catástrofe nuclear, pero ahora quizá el miedo a esa posible conflagración no esté tan presente como en los 70 y los 80. La adaptación cinematográfica de 2006, en la estela de los ataques del 11 de setiembre [de 2001], cambió el tema nuclear hacia atentados terroristas y armas químicas. ¿Qué elegirías ahora?
-La catástrofe fue sólo un elemento de la trama, una manera de aislar a la sociedad para que hubiera más posibilidades de explotación. No se me ocurre nada que pueda aislar a una sociedad de esa manera desde nuestra manera actual de entender una amenaza mundial, de modo que el relato en sí debería ser diferente si fuera creado para nuestra época.
–¿Qué pensás del ascenso de gobiernos de derecha (o de extrema derecha) en Estados Unidos, Europa y Sudamérica?
-Me entristecen todos los ascensos al poder de la derecha, pero especialmente en Sudamérica, donde han tenido experiencias tan penosas y extremas durante décadas. Pero una cosa que aprendemos de la historia es que pocos aprenden de la historia. La gente podrá resistir la situación o no, y el factor determinante será si la distribución de la riqueza resulta justa o injusta.
–Uno de los temas de V de Vendetta era el del control y la vigilancia. ¿Cómo te parece que eso se traduce a nuestra situación presente, cuando tanta gente está, de hecho, feliz de ser monitoreada o vigilada?
-Bueno, por supuesto que la vigilancia pública bajo una dictadura autoritaria es diferente de la vigilancia pública en democracia. No hay nada intrínsecamente malo en proveer seguridad y rastrear criminales con herramientas así. La diferencia es el gobierno. Como la Policía: en una democracia está idealmente al servicio del público; en una dictadura, al servicio del Estado. Todo es relativo.
–Además de colaborar con Alan Moore, lo hiciste con guionistas tan célebres y prestigiosos como Grant Morrison, Garth Ennis y Jamie Delano. ¿Cómo fue? ¿Tu estilo o tu manera de encarar la ilustración cambiaron en forma significativa de una colaboración a la siguiente?
-Los buenos escritores son maravillosos a la hora de trabajar con ellos. Sólo una vez colaboré con alguien que no sabía cómo hacer su trabajo. La diferencia más importante entre Garth y Jamie fue que Jamie estaba feliz de trabajar con el “método Marvel” y Garth no, pero nunca le pregunté a Garth al respecto y sólo trabajé con él una vez. Con ese método, que se originó en los primeros días de Marvel Comics, en vez de que cada viñeta de cada página sea descrita por el guionista junto a texto y diálogos, el desarrollo de la acción en cada página queda a cargo del artista. Asegura mayor libertad para el artista a la hora de crear un flujo visual perfecto, pero también reduce el control del escritor. Más allá de eso, no hay diferencia en cómo colaboro con diferentes guionistas.
–En 2006 escribiste y dibujaste Kickback, una novela gráfica policial. ¿Qué nos podés contar al respecto? ¿Te parece que tu estilo evolucionó de alguna manera desde V de Vendetta?
-Nunca fui consciente de una evolución en mi estilo; sólo de que mis dibujos mejoraran o de que, por el contrario, no fueran tan buenos como debían, porque estaba ocupándome de algo que no me interesaba. Pienso que tengo un mecanismo inconsciente en mi cerebro, que evita que me inmiscuya de verdad en algo que en realidad no me importa. A cada historia que dibujo le doy el estilo que me parece necesario, como cualquier dibujante debe hacer si está contando historias diferentes sobre mundos diferentes. Vendetta era sobre un futuro austero, sombrío, desolado, así que elegí un estilo austero, sombrío y desolado. Kickback era un thriller policial, y quise producir el clima de mis películas policiales favoritas de los 60 y 70. Lamentablemente, no recibió suficiente promoción de la gran mayoría de sus editores, especialmente del de Estados Unidos, Dark Horse, de modo que pocos lectores la conocieron. Ahora, por suerte, puede ser adquirida en formato digital, con todo tipo de extras, en la edición de Sequential. Estoy muy orgulloso de Kickback: trata de un policía corrupto en un cuerpo de Policía corrupto, y de cómo él se aparta del sistema. Me interesa mucho el tema de la corrupción y cómo todos podemos ser tentados. Es la falla principal en cómo estamos hechos.
–Qué nos podés contar de Aces Weekly?
-Es una compilación -exclusivamente digital- de historias cortas y series, creadas por artistas talentosos de todo el mundo. No imprimimos en papel porque no lo necesitamos: vamos directo a los dispositivos de los lectores, y lo que ofrecemos cuesta una libra por semana. El ciberespacio permite la mejor reproducción y distribución, y también la más barata que haya sido inventada hasta ahora. Puede ser usado con la misma eficiencia para contar historias en cómic o en cualquier otro lenguaje; y beneficia a los lectores y a los creadores económicamente, porque elimina todos los procesos costosos y anticuados de la impresión en papel.
–Ahí se publicó Dungeons and Burglars, con guion de Rodolfo Santullo, quien es seguramente el guionista de comics más importante de la historieta uruguaya reciente. ¿Qué te parece su trabajo? ¿Conocés a otros creadores uruguayos o argentinos?
-Me alegra que Rodolfo sea tan bien considerado. ¡Lo queremos mucho en Aces Weekly! Si leíste Dungeons and Burglars, sabés que es una serie de fantasía divertida e inteligente, ambientada en un mundo de brujas y dragones, sobre las desventuras de un par de ladrones que nunca logran llevar a cabo sus planes. Rodolfo y Jok, que es argentino, de hecho son nuestros colaboradores más regulares, y contamos con el trabajo de otros dibujantes y escritores de Sudamérica, así como del resto del mundo. Publicamos sólo en inglés -aunque tenemos planes de traducir a otras lenguas-, pero eso no nos impide contar con un equipo internacional de colaboradores. Eso replica el alcance del producto en sí mismo, que, al operar en el ciberespacio, es ilimitado.