Los empresarios en la política en Uruguay en tiempos de cambio (2000- 2015) fue la presentación que hicieron Miguel Serna, sociólogo y doctor en Ciencia Política, y Eduardo Bottinelli, magíster en Sociología, el miércoles, en el marco de las XVI Jornadas de Investigación Científica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. El proyecto se propone analizar los cambios “en el reclutamiento, composición y movilidad de las elites políticas y económicas en el ciclo posliberal en el Uruguay”. Se ejecutó en el marco de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), con el nombre “¿Nuevas elites empresariales y políticas en un nuevo ciclo de desarrollo en Uruguay?” y participaron, además de Serna y Bottinelli, Marcia Barbero y Franco González.

Los investigadores estudiaron a 375 políticos del Poder Ejecutivo (presidente, ministros y subsecretarios) e integrantes de las cámaras alta y baja del Parlamento, en el período 2000-2015, lapso en el que muchos de los personajes se repiten. De estos 375 políticos se obtuvo información sobre su ocupación principal antes de obtener el cargo político, su posicionamiento ideológico, su sector político y su partido, su formación y su participación en asociaciones sociales, mediante diversas fuentes: encuestas, entrevistas en profundidad y también información en currículums, páginas web y perfiles en redes sociales.

Bottinelli aclaró que fue importante consultarlos por la segunda ocupación, ya que “hay muchos casos en que aparece como segunda ocupación la empresarial, y aparece como principal la actividad política o profesional, pero en realidad hay una actividad económica detrás de estas actividades”. La investigación clasificó en cuatro categorías a quienes, de una manera u otra, se relacionaban con el mundo empresarial: los comerciantes, los productores rurales, los empresarios urbanos y los managers o gerentes, encargados de áreas de dirección de empresas pero sin tener la propiedad de la firma.

Algunas de las preguntas de arranque fueron: ¿cuáles son las modalidades de participación de los empresarios en la política uruguaya contemporánea?; ¿las elites empresariales están sub o sobrerrepresentadas en el campo político? y ¿cómo ha sido la orientación de los empresarios que participan en la política en relación con los partidos y el campo político en Uruguay?

El primer dato que surge de la investigación es que en el conjunto del sistema político 20,2% de los cargos son ocupados por empresarios. El dato no varía demasiado con el paso del tiempo: en el año 2000 era 21,1%, pasó a 19,5% en 2005, a 21,3% en 2010 y a 20,2% en 2015. De ese total, 8,5% son productores rurales, 6,4% empresarios, 2,9% pequeños comerciantes y 2,4% ocupan cargos de dirección en empresas.

Surgen variaciones al analizar la cantidad de empresarios por partido: 13,9% de los políticos del Frente Amplio (FA) son empresarios, 22,4% de los del Partido Colorado (PC) y 32,3% de los del Partido Nacional (PN). Al analizar los cambios en el tiempo entre los partidos aparece que, si bien entre los políticos del FA y el PC la proporción de empresarios varió moderadamente (de 14,3% a 16,5% en el FA, y de 24,1% a 18,8% en el PC), en el nacionalismo se ve “un proceso de crecimiento de la cantidad de empresarios”, explicó Bottinelli. Entre el año 2000 y 2005 el porcentaje estaba estable: entre 25% y 26% de los políticos nacionalistas eran empresarios, pero en 2010 el porcentaje creció a 29,7% y en 2015 a 34,1%.

Al analizar los datos por tipo de empresarios y por partido también “aparecen diferencias sustanciales”. De ese casi 14% de empresarios que hay entre los políticos del FA, 5% son productores rurales, 5% son empresarios urbanos, 2% tienen cargos de “alta gerencia” y otro 2% son pequeños comerciantes. En el PC, de los 22,4% que ocupan cargos políticos, casi la mitad, 9,2%, son empresarios urbanos, 6,6% son productores rurales, 3,9% ocupan cargos de dirección de empresas y 2,6% son pequeños comerciantes. En el PN, del 32,3%, más de la mitad, 18,3%, son productores rurales, lo que confirma la “clásica relación entre el PN y la propiedad del ámbito rural”, constató Bottinelli. De los restantes, 7,5% son empresarios, 5,4% son pequeños comerciantes y 1,1% son managers o gerentes de empresas.

Los investigadores concluyen que hay “una sobrerrepresentación formal de empresarios ocupando cargos políticos”, sobre todo cuando “se los compara con el peso que tienen esas categorías en la estructura social de cada país”, pero, según explicó Serna, el caso uruguayo “no es tan excepcional pero es distinto al resto de América Latina”. Aclaró que en otra investigación, en la que hicieron un estudio comparado sobre nueve países de América Latina, el resultado fue que el promedio de participación de empresarios en la política es de 25%, lo que nos ubicaría por debajo del promedio, aunque “tampoco tan lejos”.

Según Serna, la preeminencia de los empresarios en el PN les “sorprendió”, porque “en la década del 90 esa relación había cambiado: el PC estaba más cercano al mundo empresarial que el PN”, por lo que consideró que “en este período hubo un cambio que habrá que estudiar un poco más”.

En la cúspide empresarial

En el marco del mismo proyecto de CSIC, Serna presentó otro estudio, llamado “Elites empresariales en Uruguay: jerarquización y segmentación social de la función directiva en el campo económico”. El objetivo, en este caso, era investigar los cambios en el reclutamiento y la composición social de las elites empresariales, con una mirada en particular sobre el surgimiento de grupos directivos de empresas.

Para identificar quiénes integran las elites empresariales se indagó entre los directorios de las grandes empresas y sus cargos de alta gerencia, y en los directorios de las principales cámaras empresariales del país. Se tomó a las 100 empresas más grandes del país, en función de sus ingresos económicos anuales y del número de ocupados, y los investigadores hicieron un corte en las primeras 50, ya que, según explicó Serna, el resto eran empresas pequeñas. De esas 50, luego de la consulta con expertos se agregaron tres firmas importantes que funcionan en zonas francas, y se sacaron algunas del ámbito del mutualismo y del sector educativo (“empresas de perfil no típicamente capitalista”), hasta llegar a una lista final de 43 empresas.

Los datos del estudio, de 1998 y 2009, permiten determinar que hubo persistencia entre las grandes empresas (57% de las de más de 100 empleados se mantuvo en el período) y un incremento “muy relevante” del número de grandes empresas: “en 2009 nos encontramos con un 61% de empresas nuevas”, señala la investigación.

Mediante consultas al Registro de Comercio, la investigación indagó entre 198 integrantes de directorios de estas 43 empresas, 198 altos ejecutivos de las firmas y entre los 64 directivos de mayor rango en el período 2005-2016 de los directorios de las cámaras empresariales.

Una primera segmentación por nacionalidad indica que 100% de los directivos de las cámaras empresariales (se tomaron cinco) son uruguayos, que 69% de los integrantes de los directorios de las empresas son uruguayos, 19% son extranjeros de la región y 12% de otras nacionalidades, y que en los cargos de alta gerencia 90% también son uruguayos, 6% de la región y 4% de otras nacionalidades.

El corte de género confirma que el “techo de cristal” está bajo para las mujeres en el mundo empresarial: en las cámaras empresariales 97% de los directorios estuvieron integrados por varones en el período investigado, 89% de los cargos de directorios de las grandes empresas fueron ocupados por varones y para 90% de los cargos de alta gerencia también fueron designados varones (ver tablas). “La jerarquización y discriminación de género es más fuerte a medida que se asciende a la cúspide de poder”, se concluye.

Tienen más | La presentación de estos estudios se llevó a cabo en la mesa “Cambios recientes en la composición de las elites y grupos dirigentes del campo político y económico en Uruguay”, en la que también presentaron su investigación, Los grupos de altos ingresos y riqueza en Uruguay (2009- 2014), Joan Vilá y Mauricio de Rosa, de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. La tesis de maestría de De Rosa ya presentaba muchos datos sobre la concentración de la riqueza, pero el miércoles él y Vilá presentaron datos actualizados, según los cuales 1% de las personas de mayor riqueza en Uruguay posee 34,1% de la riqueza total del país, mientras que 0,1% de las personas más ricas, tienen 20,19% de ella.