A la vuelta de un cuarto intermedio, los partidos de oposición resolvieron dejar sin cuórum a la Asamblea General, que se disponía a votar cuatro de los cinco integrantes del Consejo de Comunicación Audiovisual, creado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) para velar por su propio cumplimiento. Ahora la bancada del Frente Amplio (FA) analiza y realiza consultas jurídicas para establecer si el mecanismo de votación propuesto en la sesión de ayer es el correcto, ya que surgieron incluso dudas internas al respecto. En la propia LSCA “está muy claro el procedimiento [de integración del Consejo] hasta llegar a la Asamblea General, pero cómo seguir no está claro, y hay que ver si en el plenario [de la Asamblea] se puede poner a consideración o no una moción alternativa”, admitió un legislador del FA.

En la discusión, que comenzó ayer al mediodía, se cruzaron dos posturas. En el informe de la senadora socialista Mónica Xavier (FA), en nombre de la mayoría absoluta de la comisión bicameral prevista por la LSCA para seleccionar a los candidatos, interpretó que sólo se debía votar en la Asamblea General la propuesta de esa comisión, para ver si reunía las mayorías requeridas. En el informe de la minoría, a cargo del senador colorado Pedro Bordaberry, se entendió que la comisión bicameral no podía quitarle potestades a la Asamblea General y que, por tanto, no correspondía considerar sólo los nombres planteados por la comisión, sino que cada legislador podía votar a quien quisiera.

Todo empezó cuando Bordaberry dijo que quería votar a sus propios candidatos, tres de ellos distintos de los seleccionados con votos del FA en la comisión. En esta se había resuelto promover a David Javier Bonilla, Daniel Lema, Gabriel Kaplún y Virginia Martínez; Bordaberry propuso a Bonilla, a Leandro Ordeix, a Pablo Urquizó y a Alejandro Lourido. Entonces Xavier respondió que la LSCA establece etapas precisas, y que en la de ayer se debía votar la propuesta aprobada por mayoría absoluta en la comisión. “El procedimiento es muy claro”, afirmó. La norma establece que si los nombres propuestos por la comisión no logran la adhesión de dos tercios de la Asamblea General, en 60 días pueden ser aprobados por mayoría absoluta.

A su vez, Bordaberry arguyó que esa aplicación de la norma recordaba a “los países de partido único”, y que además no era lo que disponía la LSCA. “¿Para qué esperar 60 días si sólo podemos votar los cuatro que nos traen? Es ridículo, y además sería transferirle la soberanía de la Asamblea General a una comisión”, expresó. Además, afirmó que la votación que proponía el FA era “una barbaridad jurídica-constitucional y un atentado al Estado de Derecho”, y que quienes se vieran impedidos de votar a sus candidatos podrían presentar con éxito un recurso administrativo contra la votación. Las palabras de Bordaberry fueron respaldadas por otros opositores, como el diputado nacionalista Pablo Abdala y el senador del Partido Independiente (PI) Pablo Mieres. Este último dijo que una comisión no puede tener potestades para establecer ningún mandato, y que si se decidía votar otros nombres se tenían que poner a consideración del cuerpo. “Esta ley es tan mamarracho que no previó este tema”, afirmó. Inmediatamente, Xavier volvió a insistir en que se debía haber previsto en la LSCA, y comenzó a defender la utilidad de esta. Pidió discutir qué significados tienen los medios de comunicación en una democracia, y dijo: “Sin duda su equilibrio es muy importante para la profundización democrática, pero no estamos en el mejor lugar del ranking de Latinoamérica sobre concentración de medios”, comentó, y aseguró que esta ley viene a corregir eso.

El otro debate

Si bien en ningún momento se atacó directamente a los nombres propuestos por el FA, la oposición sí cuestionó los criterios de la elección. “No estamos hablando de discordia con los nombres, sino con los criterios”, sostuvo el senador nacionalista Álvaro Delgado, y destacó que para su partido es importante que haya “equilibrios” en la integración del Consejo. Luego, Bordaberry alegó que, dadas las “competencias grandes y fuertes” que tendrá el Consejo, lo “mínimo” es que su integración le dé garantías a todos los partidos. Minutos después, el diputado de Unidad Popular, Eduardo Rubio, reveló sin mayores eufemismos uno de los motivos de fondo del debate: explicó que la oposición quería elegir a dos de los cuatro miembros que designa el Parlamento, y que el oficialismo no aceptó eso. Minutos antes, Mieres había anunciado que si el FA pierde las próximas elecciones, el PI promoverá la derogación de la LSCA.

Estos embates generaron una respuesta oficialista. Xavier adujo que era un “insulto a la inteligencia” decir que la LSCA es una ley “peligrosa o de partido único”, y recordó que la norma fue respaldada por varias sentencias de la Suprema Corte de Justicia, a la cual “también le caería esto”, de modo que “no sólo a la mayoría del Parlamento se la acusa de generar un desequilibrio en función de una visión totalitaria”, y “no se puede decir que salió apenas por un voto de la fuerza política”. A su vez, el diputado frenteamplista Carlos Varela preguntó: “Si yo creo que la ley es antidemocrática, ¿cómo es que me posiciono para proponer nombres para el organismo?”.