-¿Cómo evalúa la forma como encaró Uruguay la lucha contra la gripe AH1N1? -Uruguay ha dado una respuesta muy efectiva. Es un país que históricamente ha tenido mucha experiencia en el manejo de la influenza hasta por razones geográficas. Es uno de los mejores países del continente en cuestiones de manejo de la vigilancia epidemiológica. Además ha sido oportuno, no ha perturbado demasiado la vida de las personas. Ha sabido trabajar con los medios y con la población para generar confianza en las medidas que se estaban instrumentando. Sabemos que si uno insiste en la planificación, preparación y capacitación de recursos humanos y en los mensajes apropiados a la población las cosas van a salir bien.

-¿El virus de la gripe AH1N1 se mantendrá en nuestro país luego de que termine el invierno? -Definitivamente el virus nació y se va a quedar en la familia. No lo vamos a poder sacar, como a ninguno de los gérmenes que han ido surgiendo en el mundo. Nosotros vamos a vigilar mucho cómo es la recorrida del virus en el hemisferio norte en la temporada invernal, porque los virus tienen una tendencia a mutar, a veces para hacerse más suaves y otras veces para adquirir características más agresivas o cambiar de grupo poblacional.

-¿Cómo va a garantizar la OPS que la vacuna que se está elaborando llegue a todos los países? -La industria ha ido postergando la fecha de lanzamiento de la vacuna porque hubo problemas para domar el virus y lograr que se reproduzca como todos esperábamos, para luego entrar en el proceso industrial. Ahora esperamos que para noviembre esté afinado el proceso y podamos contar con la vacuna. Sólo alrededor de 10 productores mundiales son los que quizá puedan entrar a pleno en la producción, por lo que se estima que se van a fabricar alrededor de 90 millones de dosis semanales. Eso indica que hay que hacer un ejercicio muy importante de consenso entre las autoridades de todos los países para escoger a qué países y a qué población se le destinará esta vacuna, ya que no estará disponible para todos los países ni para todas las personas, porque tampoco va a ser necesaria. Habrá que establecer esos criterios de prioridad. En la región de las Américas, que ha sido la cuna del virus, hay un consenso general de los distintos países en cuanto a no competir unos con otros y a utilizar los mecanismos conjuntos que se disponen en la región, como el Fondo Rotatorio que administra la OPS para la negociación con la industria y para el trabajo de definición de las poblaciones y de las fechas más oportunas para la aplicación, porque tampoco vamos a dispensar la vacuna en cualquier época del año.

-¿Cuál sería la época ideal? -En el sur tendríamos que disponer de ella en los meses de marzo y abril, que es cuando se empieza la vacunación de la gripe estacional. Tenemos un sistema de salud y poblaciones que están acostumbradas a la vacunación estacional, pero, lamentablemente, en otras regiones del mundo no tienen su sistema preparado y, aunque esté la vacuna, no van a tener la capacidad de colocarla como se requiere. En esta región se garantizará la aplicación de la vacuna cuando esté disponible. Además se destinará 10% de la producción a los países y a grupos poblacionales que tengan prioridad.

-¿Qué grado de prioridad tiene Uruguay en la región? -Siempre el Cono Sur es la zona más afectada por la influenza estacional, también por este nuevo virus que ha cambiado de grupos de edad y ha desplazado a los virus más frecuentes que aparecían acá. A partir de marzo y abril la prioridad la tienen los países del Cono Sur.

-¿A qué población se destinará vacuna? -Ninguna vacuna en el mundo es para toda la población. En primer lugar, será para los trabajadores de la salud y para los grupos que han sido más afectados con este virus, aquellos que hemos visto que han hecho cuadros graves y han progresado a casos fatales, como las embarazadas, los niños y los adultos jóvenes con factores de morbilidad asociada, como la obesidad mórbida, la enfermedad pulmonar crónica y los inmunodeprimidos.

-¿Cuál será su costo? -Por ahora no está determinado. Sólo sabemos el precio de la vacuna estacional y ésta tendría que rondar el mismo precio. Se está discutiendo mucho porque algunos de los productores están hablando de cifras muy por encima del costo de la vacuna de la gripe estacional, cuando sabemos que se utiliza la misma tecnología, que países como México y Estados Unidos han cedido sus virus sin costo y que, además, ha sido trabajada con apoyo de instituciones científicas financiadas por fondos públicos. En algunos contratos de venta anticipada se habló de 30 dólares la dosis, precio que sería absolutamente exagerado en comparación con los costos de la vacuna estacional. Todavía hay incógnitas y los gobiernos están haciendo predicciones.

En Uruguay los sujetos de vacunación son un millón de personas y ya se están haciendo las previsiones presupuestales para 2010 cuando haya que asumir ese costo.

-¿La vacuna contra la influenza AH1N1 sustituirá la de la gripe estacional? -Ése es otra tema que estamos vigilando muy de cerca porque incluso, cuando entró este virus, inició un desplazamiento de los otros virus. En la cola de la epidemia estamos viendo un retorno de esos virus que habían sido desplazados. Por eso estamos vigilando la composición de la vacuna y dialogando con los productores.

La expectativa es que si este virus se queda para circular se integre finalmente al cóctel y tengamos una sola vacuna estacional aunque eso implique cambiar los grupos de edad a los que estaba destinada.

-¿Quiénes están produciendo la vacuna? -Hay muchos productores internacionales, pero también nuevos productores que trabajan con ingeniería genética que no son tan conocidos. También se está produciendo en países con economías emergentes, como India, Tailandia y China.

-¿No cree que se reaccionó con cierto grado de psicosis ante la aparición de este virus? -Creo que no, porque el pánico lleva a la parálisis y eso no sucedió. Lo que sucedió fue que la gente fue sorprendida por la aparición de este virus. Nadie se ha suicidado porque se haya enfermado, no creo que haya habido demasiado pánico en la población.