Chávez había anunciado los cambios en la red social Twitter el sábado y horas después invistió a los seis nuevos ministros y a Nicolás Maduro, que además de continuar en su cargo de canciller asumió la vicepresidencia en sustitución de Elías Jaua. El ex vicepresidente enfrentará en las elecciones regionales, en el estado de Miranda, al ex candidato presidencial derrotado por Chávez, Henrique Capriles.

Además el gobierno comunicó la creación de un nuevo ministerio que hará un seguimiento de la gestión para corroborar que los anuncios y las promesas se cumplan. El martes Chávez había mencionado la necesidad de una secretaría con estas características para terminar con “la falta de seguimiento” de los proyectos y para elevar “la eficiencia en todos los frentes y en todos los niveles”.

El nuevo Ministerio de Seguimiento de la Gestión de Gobierno estará a cargo de Carmen Meléndez, la primera mujer venezolana que obtuvo la jerarquía de almirante, que ahora también lidera el Ministerio de la Presidencia. En julio, cuando se convirtió en almirante, Meléndez fue designada viceministra de Educación y es una de varios militares que pasan a la primera línea de gobierno.

Los cambios también afectaron al Ministerio de Interior y Justicia, cuyo titular será el general de la Guardia Nacional Bolivariana, Néstor Reverol, que fue director de la Oficina Nacional Antidrogas y viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana; por otra parte, en la cartera de Pueblos Indígenas fue designada como titular la hasta ahora viceministra Aloha Núñez.

Los ministros salientes de estas tres carteras con nuevas autoridades serán candidatos a gobernador en las elecciones regionales del 16 de diciembre. La ex ministra de Presidencia Érika Farías se postulará en el estado de Cojedes; Tareq el Aissami, ex ministro de Interior y Justicia, buscará el cargo de gobernador de Aragua; y la ex titular de Pueblos Indígenas Nicia Maldonado competirá en las elecciones de Amazonas.

En Aragua y en Cojedes el Partido Socialista Unido de Venezuela buscará mantener los gobiernos estaduales que obtuvo en las pasadas elecciones, en 2008, mientras que en Amazonas buscará recuperar el gobierno, que hoy está en manos del opositor Liborio Guarulla, que accedió al poder en 2001 con el respaldo del chavismo pero luego se convirtió en opositor.

Los otros cambios ministeriales afectaron a Ambiente, donde asumió Cristóbal Francisco, ex viceministro de Gestión del Agua y presidente de la gubernamental Hidroven, en lugar de Alejandro Hitcher; Agricultura y Tierras, que lidera otra vez Juan Carlos Loyo, que había sido destituido en enero y sustituido por Elías Jaua; y Comunicación, cuyo titular es ahora el periodista Ernesto Villegas, en sustitución de Andrés Izarra.

A todos sus ministros Chávez pidió una mayor eficiencia y los instó, en especial al de Comunicación, a realizar una ofensiva comunicacional para enfrentar los ataques y las tergiversaciones de la “burguesía venezolana” que “se encarga de negar” las obras del gobierno. “Nosotros no estamos al mismo nivel de intensidad estratégica produciendo el efecto contrario”, aseguró Chávez y pidió que se difundan programas, avances y obras del gobierno, con la ayuda del nuevo ministerio de seguimiento de su gestión.

En la mayoría de las designaciones se recurrió a gente que ya estaba o había estado en el gobierno y no a nombres nuevos, lo que va en línea con las intenciones que Chávez ha manifestado para este nuevo período de gobierno: apuntará a la profundización del modelo instalado en los anteriores mandatos y no tanto a incluir nuevos cambios.

En la misma línea se puede interpretar el ascenso del canciller Nicolás Maduro, una de las caras más visibles del gobierno venezolano tanto dentro como fuera de fronteras. Es una figura más reconocida incluso que el hasta ahora vicepresidente, Elías Jaua. Algunos analistas opositores indicaron a medios venezolanos e internacionales que el crecimiento de Maduro en el gobierno lo perfila como el más probable sucesor de Chávez, tanto ante una eventual retirada de la política como ante la posibilidad de un regreso del cáncer que a mitad de año el presidente anunció que había superado.