Representantes del Sindicato Único de Trabajadores del Supergás (SUTS) concurrieron ayer a la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados a plantear los problemas de salud que tienen los trabajadores del sector. Además de los problemas de columna por cargar las garrafas de 13 kilos y la exposición a ruidos y gases más allá de los niveles permitidos, denuncian que hay trabajadores que tienen niveles elevados de plomo en la sangre. Estas denuncias están fundadas en un estudio del Departamento de Salud Ocupacional de la Facultad de Medicina.

El diputado frenteamplista Luis Puig (Partido por la Victoria del Pueblo) recordó que un recorrido que realizó en 2010 la Comisión de Legislación por los lugares de trabajo “reafirmó todos los puntos que los trabajadores han venido planteando”.

El sindicato entiende que una de las causas de la plombemia es que los trabajadores continúan manejando roscas de las garrafas con restos de litargirio, un producto que se usaba para sellar las válvulas y que ya no se utiliza hace tiempo, pero se siguen manipulando roscas con restos de él. Los trabajadores también denuncian que no se hacen los controles necesarios para prevenir eventuales explosiones de las garrafas.

Puig coincidió con los trabajadores en que el Estado, por intermedio de Ancap, debería ejercer un control mayor de esta situación. Yuri Pérez, del SUTS, afirmó que desde 2008 se viene planteando el tema a las autoridades del ente y éstas no han dado “respuestas de ningún tipo”. “Sólo dicen que tenemos razón, pero nadie se hace cargo”, cuestionó.

La comisión convocará al Ministerio de Trabajo, a las autoridades de Ancap y a la Cámara Uruguaya de Gas Licuado para seguir analizando el tema.

Por otra parte, hoy el SUTS realizará una asamblea para evaluar la situación de los trabajadores de Fadibel, una empresa tercerizada de Ducsa (propiedad de Ancap), que mantienen desde fines de setiembre un conflicto por reclamos salariales y puestos de trabajo. Ayer el sindicato se reunió con el vicepresidente de Ancap, Germán Riet, pero se llamó a silencio sobre lo conversado.