Es un área que reúne humedales, islas fluviales, bosques de parque y ribereños y suelos de blanqueales; se ubica a la altura del departamento de Río Negro e incluye dos pequeñas localidades: Nuevo Berlín al sur y San Javier al norte. la diaria visitó "Berlín", como le dicen los lugareños. Allí subimos a La Chuchi, la barca de Ángel Rosano, guardia ribereño de Esteros de Farrapos; junto con él y Daniel Jaso, director del área, recorrimos en una pequeña fracción del total.

El área comprende 17.496 hectáreas que fueron designadas en 2004 como sitio Ramsar, que es el tratado intergubernamental para la protección de los humedales. El decreto que estableció el ingreso al SNAP, en noviembre de 2008, estipuló una "incorporación gradual" e incluyó en aquel momento sólo a Estero de Farrapos -área continental próxima a San Javier, que abarca 6.972 hectáreas- y dos islas del río Uruguay (Barco Grande y La Paloma). Jaso confirmó que la división de Jurídica del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) está estudiando el borrador del decreto para incluir las 15 islas restantes (que abarcan cerca de 7.000 hectáreas) y el espejo de agua (unas 3.600 hectáreas), para que el área protegida coincida territorialmente con el sitio Ramsar. Explicó que en su momento se tomó la decisión de hacerlo gradualmente porque tres de esas islas están en aguas jurisdiccionales argentinas y "en aquel momento el diferendo que había entre Uruguay y Argentina a raíz de la instalación de Botnia había generado un montón de susceptibilidades, por lo que no se quiso agregar más problemas".

Rosano parecía saberse de memoria el recorrido. Tiene poco más de 30 años y es oriundo del lugar. No sólo sabe por ser guardia ribereño y habitante del lugar, sino por ser apicultor: como tantos en Nuevo Berlín, instala sus colmenas en algunas islas. La balsa a motor tenía escasa altura, lo que permitía bajar la mano para refrescarse en un día de calor. Avanzamos hacia el norte por un área que parecía el río pero era la Laguna del Burro, situada al interior de la Isla del Burro, la más grande y cercana a Nuevo Berlín, con unas 1.600 hectáreas. El agua se veía verde y al mirar más arriba podía verse la infinita variedad de otros tonos de ese color, desde el de los camalotes que tapaban los espejos de agua hasta el de las decenas de variedades de árboles (ingá, naranjillo, arrayán, sarandí, sauce criollo, canelón, entre otros) así como de las enredaderas. En paralelo vimos y escuchamos a algunas de las 225 especies de aves relevadas en el lugar.

Recorrimos mínimamente un sendero de la isla. Jaso precisó que podíamos transitarlo porque ésa era la isla más cercana y frecuentada; en otras la vegetación tupida impide la circulación. Así llegamos a un área donde había colmenas, encima de una estructura de palos y bidones vacíos y tapados, instalados para desafiar las corrientes, que suelen inundar las islas de un momento para otro, ocasionando pérdidas totales a los apicultores; la idea de aquella instalación era que los apiarios flotaran, en lugar de hundirse. Posteriormente hicimos un recorrido más al sur y al acercarnos a la orilla se veía el contraste con el área de parque y camping creada en la década de 1990, cuando las autoridades decidieron talar el monte nativo para plantar pinos y eucaliptos.

Cambiar la pisada

El Plan de Manejo será "el plan rector de los próximos cinco años de gestión del área; una vez cumplido el plazo, que irá llevando evaluaciones intermedias, habrá que elaborar un segundo plan, orientado a cubrir los cinco años siguientes", dijo Jaso. El documento especificará qué tipo de actividades pueden desarrollarse y en qué medida.

Jaso confirmó que antes del 15 de marzo lo entregará a las autoridades de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y que "con el ok" del organismo se presentará a la Comisión Asesora Específica, en la que participan cinco ministerios (MVOTMA; Ganadería, Agricultura y Pesca -MGAP-; Defensa Nacional; Interior; Turismo y Deporte), el gobierno departamental y municipal, las sociedades de Fomento Rural de Nuevo Berlín y de San Javier, una cooperativa de pescadores de Berlín (Copesnube), la asociación civil Grupo Esteros de Farrapos, el grupo Los Girasoles y la ONG Vida Silvestre.

El SNAP se encarga de la coordinación general del Plan de Manejo, que se está elaborando sobre la base de insumos recibidos de las facultades de Ciencias y de Agronomía de la Universidad de la República.

Esteros de Farrapos (el área continental ingresada al SNAP) pertenece al MVOTMA. El sitio fue traspasado por el MGAP en 2001, cuando estaba a cargo del Instituto Nacional de Colonización. Productores ganaderos (colonos y no) ponen a pastorear allí sus animales, aprovechando la fertilidad de la tierra, que tiene la desventaja de ser inundable. Más allá de que el área es propiedad estatal, no se quiere poner un corte tajante que termine con una práctica que forma parte de “una tradición generada en los 20 años anteriores”, dijo Jaso, quien consideró que “los procesos para llevar adelante un área tienen que ser graduales y adaptativos a ir hablando uno a uno, abrir mesas de negociaciones, dar viabilidad económica a aquellos que tenían una actividad dentro del área, ir buscando caminos que permitan que cada uno vaya reencauzando su economía doméstica y evitando choques; nos sirve hacer un área con la gente”.

Gustavo Widmaier, técnico representante de la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR) en el acuerdo de trabajo que ésta desarrolla con el SNAP desde 2009 en Esteros de Farrapos, indicó que las “rispideces” generadas al inicio de la implementación del área "se han ido superando con el diálogo y la capacitación permanente de los productores” y agregó que hay coincidencia en la necesidad de preservar el ambiente.

Las actividades asociadas al territorio varían en la parte sur del área. En Nuevo Berlín la mayoría de los productores se dedica a la apicultura y a la pesca. Rosano valoró que para ambas actividades la situación no se va a modificar demasiado con el Plan de Manejo, ni siquiera para la pesca, que ya respeta las reglamentaciones de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos. Agregó que “se puede complicar” para la caza, que es otra de las actividades económicas que se practican -básicamente la de carpincho-, pero valoró que se intentará "suplementar" el ingreso obtenido por ella con el turismo: "Son baquianos que conocen mucho el área y que pueden ser buenos guías de turismo".

Entre los aspectos importantes del Plan de Manejo, Jaso afirmó que se apunta a crear "un programa de restauración de monte nativo, con tiempos y metas claras y definidas", para controlar la flora exótica.

A su vez, la asociación civil Grupo Esteros de Farrapos, de San Javier, impulsora de la definición del área como sitio Ramsar, está dedicada a la restauración del monte nativo y para ello tiene un proyecto con el Programa Pequeñas Donaciones. Nelly Chulak, integrante de esa asociación, dijo que tienen un vivero que funciona dentro del liceo de San Javier, "con miras a que el SNAP nos incluya en el Plan de Manejo o tome las plantas para ir sustituyendo las exóticas por nativas" y mencionó especies como ingá, coronilla, monte rivereño y trepadora.

Visitantes

El turismo se ve como una nueva oportunidad económica para muchos habitantes de ambas localidades; la visita a áreas protegidas atrae a cientos de turistas y es un mecanismo para sustentar estas zonas, cuya explotación de recursos disminuye con la preservación.

Jaso indicó que hay que “ordenar lo que hay y ver cómo se va incluyendo a toda la comunidad en general para desarrollar aspectos de turismo de naturaleza y de turismo náutico fluvial, que son potencialidades que tenemos en el área pero que deben ir complementadas con importantes inversiones privadas que tendrán que ver con gastronomía y hotelería”.

Chulak opinó que ve el proceso “muy estancado, muy lento”. Puntualizó que “cuando promocionás una zona dentro del SNAP es bueno tomar acciones respecto al turismo” y que es necesario instalar cartelería que identifique el trayecto de los senderos y qué caminos alternativos se pueden recorrer en caso de inundación, que presente los montes nativos, que anuncie al visitante que se encontrará con algo temático, o información sobre las características del río Uruguay, sugirió.

José Luis Camesasca, presidente de la Sociedad de Fomento Rural de Nuevo Berlín, también mencionó la inquietud de la población del lugar por visualizar los cambios; sin embargo, el productor dijo que se viene trabajando de manera continua puertas adentro y destacó la participación en la Comisión Asesora Específica, y contempló, a la vez, que los tiempos del Estado son otros. De todos modos, la inquietud tiene razón de ser si se considera que el proceso de incorporación al SNAP comenzó en 2006.