El Proyecto X, basado en un software de base de datos, sería un plan elaborado por la Gendarmería argentina para recolectar información sobre dirigentes sociales con el fin de prever eventuales protestas. Su existencia fue revelada la semana pasada por el canal argentino TN, aunque el caso había sido denunciado ante la Justicia ya en noviembre por la abogada y dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) Myriam Bregman. Presentó la denuncia luego de que, en el marco de otra causa, el jefe de la Gendarmería Nacional argentina, Héctor Schenone, reveló la existencia de una base de datos de inteligencia. Pero el escándalo estalló una vez que la prensa divulgó el caso.

La ministra de Seguridad, Nilda Garré, dijo el viernes que “antes de aventurar conjeturas” ordenó “una auditoría del Proyecto X, que es en realidad un software, para evaluar qué contiene”. Según la prensa argentina, estaba previsto que la investigación interna demorara una semana. “No admitimos espionaje y si llegara a haber seremos inflexibles”, agregó la ministra. También recordó que el gobierno argentino mantiene “una clara posición respecto a la no criminalización de la protesta social” y que establece “límites a la acción policial”. Además, se está averiguando si el Ejército tuvo algo que ver con ese proyecto.

Durante el fin de semana, desde la cartera de Garré se dispuso el pase a retiro de 19 comandantes de Gendarmería, aunque el jefe de la fuerza, Héctor Schenone, fue ratificado en el cargo. Pero en paralelo, el Ministerio de Seguridad efectuó cambios entre los oficiales de la Prefectura Naval y la Policía Federal, aunque el gobierno negó que esas decisiones tuvieran que ver con el caso de espionaje.

La Ley de Inteligencia Nacional de Argentina prohíbe a cualquier organismo oficial de inteligencia obtener datos de personas por el solo hecho de que éstas integren organizaciones partidarias, sociales o sindicales.

Desde el diario argentino Página 12, afín al gobierno, surgieron cuestionamientos hacia el actual senador oficialista y ex jefe de gabinete, Aníbal Fernández, que lideró las fuerzas de seguridad hasta fines de 2010, cuando se creó el Ministerio de Seguridad. Por lo tanto, estaba al frente de la Gendarmería cuando el gobierno adquirió el software que sirve para el Proyecto X, en 2005. El viernes Fernández dijo a Radio 10: “El plan X no existe... Qué plan X ni ocho cuartos”.

La líder de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, dijo el lunes a Radio Continental que el proyecto que se está investigando “no se condice” con el sistema democrático y reclamó “una gran investigación” sobre estas actividades de espionaje. “Necesitamos una democracia segura y no con estas circunstancias de espías y persecución a la gente por su actividad social”, dijo Cortiñas. Sin embargo, valoró como “positivo” que “haya salido a la luz” el asunto.

En el mismo sentido se pronunció el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel en diálogo con TN. Dijo que observó “cambios” en el gobierno en materia de derechos humanos y citó como ejemplo casos de represión a manifestaciones contra proyectos mineros. De manera general, denunció la “fuerte represión desatada en los últimos tiempos contra distintos sectores sociales” y se declaró “preocupado” porque, en su opinión, el gobierno “privilegia el capital financiero sobre la vida del pueblo”, en referencia a la explotación minera. Insistió en la necesidad de que se investigue el Proyecto X y opinó que “si bien en materia de juicios a los represores de la última dictadura militar hubo cosas muy importantes, los derechos humanos están siendo violados en el día de hoy”.