En ese sentido, para De los Santos, un ex militante del Partido Comunista, sigue todavía vigente el pensamiento de Rodney Arismendi, en cuanto a que “la mejor consigna es la que más acumula, la que más moviliza”.

Dos cortitas

-¿Qué opina de la idea de que el gobierno necesita un giro hacia la izquierda? -El programa del FA es de centro izquierda. Lo que está pactado con la sociedad es eso y se está cumpliendo. Si alguien quiere que gire más a la izquierda tiene derecho a protestar, de eso se trata la democracia, pero no tiene ningún derecho a poner en tela de juicio un proyecto político que es de todos. La gente no votó cualquier cosa, votó un candidato y un programa. En todo caso, que estos compañeros acumulen fuerzas pensando en un nuevo programa del FA que sí incorpore esos aspectos que supuestamente son débiles desde una perspectiva de izquierda. No hay derecho a que posiciones minoritarias, mediante estructuras que no son representativas, impugnen cuestiones programáticas que la inmensa mayoría de la sociedad no les lleva.

-¿La polarización pone en riesgo al FA? -No le temo a la polarización porque la izquierda sabe buscar equilibrios. Es ilógico que el FA tenga 29 sectores, hay poco esfuerzo por encolumnarse en un par de bloques de fuerzas políticas, que aseguren el equilibrio, que no es algo menor. Pero ningún proceso de acumulación de bloques debe ser para aislar a otro, sino para construir un proyecto de ideas para discutir. En lo particular, no le temo para nada a la confrontación de ideas de cómo conducir el país. Lo que sí quiero que quede claro es que vamos a confrontar ideas dentro de un modelo que es el capitalista. Podré soñar con el socialismo, pero al menos la discusión la vamos a dar en el marco de un modelo de desarrollo capitalista. En eso hay que sincerarse.

Reconoce que el clima de la campaña electoral para el 27 de mayo “todavía no es el óptimo, está demasiado frío”, aunque el FA “siempre calienta los motores tarde”. En esta coyuntura, según dijo, la discusión no debería centrarse sólo en la presidencia, sino que es necesario pasar a un terreno político y programático. “El debate, cuando es franco y leal, no debilita la unidad, la fortalece. Sabemos dónde están las diferencias, no hay que inventarlas. No me atrevo a decir que una tercera vía en el FA sea funcional a uno de los polos, pero sí creo que en el partido no hay espacio para más que un par de concepciones”, continuó.

El intendente de Maldonado sintetiza cuáles serían esas dos posiciones: una de ellas es la que apunta a volcar el programa “hacia lo que sería ir más hacia la izquierda”, y otra, a la que él adhiere, es la que considera que este programa “sirve para mantenernos unidos, que hay que concretarlo y que para eso hay que mejorar los niveles de eficiencia en la gestión” que comenzó en marzo de 2010.

En cuanto a ese último punto, De los Santos puso como ejemplo que el oficialismo “dilató demasiado” la discusión de las asociaciones público privadas para las obras de infraestructura vial, portuaria y logística “por problemas político ideológicos”.

También ha costado consolidar herramientas como las empresas públicas de derecho privado para la caminería, la energía alternativa, el saneamiento y la reestructura edilicia de los lugares públicos, como escuelas o liceos, según dijo.

Politécnico

De los Santos agregó que el FA también “ha cometido errores” en los criterios para designar jerarcas, y por eso la nueva dirección política tendrá que encargarse de la formación de nuevos cuadros políticos y técnicos para los próximos 20 años.

“Hay que mirar los modelos de gestión que se han implementado, con aciertos y errores, en otros lugares. La distribución de cargos en un gobierno no puede tener como único correlato la representación político partidaria, pero sin que la política quede sólo en manos de la academia. La política cumple un rol en sí mismo y cualquier toma de decisiones requiere un respaldo popular, por eso la tensión entre lo técnico y lo político es permanente”, resumió.

En esa línea, el intendente de Maldonado piensa que el FA todavía tiene pendiente una discusión respecto de “cómo prioriza los intereses colectivos por sobre las aspiraciones sectoriales o personales”, ya que actualmente sucede que “los colectivos más chicos suelen tener una visión más estrecha”.

“En el fondo hablamos de problemas ideológicos. Coincido con Danilo [Astori] en la necesidad de plebiscitar la estructura. Quienes tienen derecho a equivocarse son las mayorías, no la estructura. Nos equivocamos en la izquierda cuando no reconocemos el derecho de las mayorías, ya sean frenteamplistas, blancos, colorados o lo que sea”, cuestionó.

Ese razonamiento, según De los Santos, puede aplicarse tanto para la interna del FA como para otros campos de la vida social: “Hoy parece normal que un núcleo de 150 trabajadores paren una obra y que otros 350 vayan al Ministerio de Trabajo para que los dejen trabajar. La pregunta es: ¿hasta dónde puede acumular un proyecto de cambio, por justas que sean las reivindicaciones, si no tiene respaldo de las mayorías?”.