Mientras el Frente Amplio (FA) papa moscas con las redes virtuales, el Partido Nacional y el Partido Colorado (sobre todo Vamos Uruguay) sacan provecho de Twitter y se apoderan de la próxima trinchera política. El FA no le encuentra la vuelta a esta herramienta de comunicación, al punto que el diputado Jorge Orrico, cuando asumió como presidente de la cámara baja, cerró la cuenta de los diputados, al verse desbordado por su funcionamiento. Y el propio presidente del FA ni siquiera tiene una.

Pero quizá de este letargo el FA pueda aprender algo, por ejemplo, a partir de los errores de la oposición, que vienen siendo unos cuantos. Van aquí dos ejemplos.

El 25 de marzo, de recorrida por las redes sociales, me encuentro con este retuit de Pedro Bordaberry: “El Frente Amplio sigue recreando el nuevo Uruguay, si salis te roban, si te internas te matan, si estudias no ensenian, si trabajas te cobran y?” (sic).

Sin dudas que en militancia virtual Bordaberry viene adelante. Su actividad en las redes sociales duplica a la de cualquier político que le quiera hacer frente. Jorge Larrañaga va tras sus pasos, pero parece que los dedos del colorado andan más ágiles que los del Guapo. Pero cantidad no significa calidad. Ese tuit en particular, del diputado de Vamos Uruguay Juan Ángel Vázquez, es la muestra de la baja política que encuentra campo fértil en Twitter.

Acá estamos ante un discurso que, de tan reduccionista, queda enano ante un canto de hinchada de fútbol. Y sin embargo Bordaberry hace propias esas palabras -entiendo que retuitear significa compartir lo expresado- y alimenta un discurso de barricada que no se lee ni en los muros de la Biblioteca Nacional. Y no es que Bordaberry retuitee todo lo que escriben sus correligionarios. Selecciona. Y al seleccionar opina. Y aquí opina que la matanza en la salud está extendida. Las otras afirmaciones, aunque reduccionistas hasta el escándalo, pueden encerrar significados a considerar: se puede entender con eso de “si trabajás te cobran” que el IRPF es injusto; del “si estudiás no enseñan” se puede inferir que se queja de los liceos inhabilitados. Lo de “si salís te matan” se comprende en el marco de la campaña de este sector por bajar la edad de imputabilidad, cuyo eslogan fue “para vivir en paz”. Ahora, ¿si te internás te matan? No está de acuerdo ni Bordaberry, que sin embargo lo comparte para todos sus seguidores.

Caso dos. El tuiterismo precoz. La opinión al instante en menos de 140 caracteres. Puede ser un golpe certero si la agudeza mental está aceitada. Puede derivar en pifia si no se le pone pienso.

El portal Observa publica un video de la canción “Yo soy Marconi”, del artista Don Cony, grabada en la Usina Cultural de Casavalle. Estos centros regionales, dependientes del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) ofrecen, sin filtro alguno, la posibilidad de grabar, con tecnología óptima, canciones y videos a artistas de la zona. En su canción, Don Cony dice, entre otras cosas: “Basta ya de poner presión./ Ya no estamos en la dictadura para tanta represión./ Quiero que saques a mi barrio de tanta persecución”. Y en otro pasaje se escucha: “Quiero dejar un mensaje claro. Mi barrio no es 100% delincuencia./ Gobierno,/ no es la solución/ hacer cárceles nuevas;/ mejor preocúpese/ por hacer nuevas escuelas./ No es un atentando,/ es un llamado de atención para el Senado./ Claro, es muy difícil pensar sentado/ con aire acondicionado”.

Por la noche, Subrayado reproduce el video. Hasta ahí la trascendencia de la canción sería ínfima: apenas serviría para considerar si se trata de una alternativa más eficaz a la campaña de desestigmatización de ciertos barrios realizada el año pasado por el Ministerio del Interior. Poco más. Ni la forma ni el contenido de la canción son una novedad. Es un género que ya tiene décadas en Uruguay. Un estilo y una lírica acuñados desde hace tiempo por bandas como VDS o La Teja Pride. Hip hop con color local. Nada nuevo bajo el sol... hasta que aparece una seguidilla de tuits del diputado de Vamos Uruguay Fitzgerald Cantero y se concreta el acto político.

  • “En @Subrayado pasan rap del Marconi financiado por el MEC cantado por un muchacho con acento centroamericano que critica al @MI_UNICOM”.

  • “Según el rap del Marconi emitido en @Subrayado financiado por el MEC hay personas presas 'inocentemente'...??”.

  • “La forma de sacar los muchachos de la calle como dice el rap financiado por el MEC es con más escuelas y liceos más obras y menos dialéctica”.

En el primer tuit, Cantero se sorprende por el acento centroamericano. Cuestionar que alguien cante así, al estilo Tego Calderón o Vico, C es como decirle a Claudio Taddei que evite el acento funky cuando canta “Estoy contento, nena”.

Cuestionar que la Usina del MEC permita a un artista grabar una letra que critica al Poder Ejecutivo (en particular, al Ministerio del Interior, por los operativos de saturación, y al MEC, por no crear más escuelas) es pensar que hay que prohibir la disidencia porque se da financiación.

Cantero pide explicaciones por el pasaje de la canción en el que se habla de gente encarcelada inocentemente. “Hay personas presas 'inocentemente'...??”, se pregunta Cantero, quien seguramente comenzará también a interpelar las letras de La Chancha, Cambiá la Biblia y La Sangre de Verónika.

Por último, tenemos el discurso “más escuelas/menos cultura (“más escuelas y liceos más obras y menos dialéctica”). Un razonamiento que uno supone sigue con “más vivienda/menos escuelas”. Y luego con “más comida/ menos vivienda”.

El tuiteo precoz es un arma de doble filo. Y junto con el retuiteo sin reflexión convierten el uso político de las redes sociales en otro espacio de baja política.