La Cámara de Diputados se reunió ayer para debatir y aprobar el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo elaborado por una comisión especial.

La sesión comenzó sobre las 10.20, con el informe en mayoría de la comisión a cargo de Iván Posada. El diputado del Partido Independiente (PI) recordó que el primer proyecto para legalizar el aborto fue de los legisladores colorados Víctor Vaillant y Daniel Lamas, en 1985. Señaló que el proyecto en discusión recorre “un camino intermedio” entre quienes defienden “el derecho absoluto a nacer” y los que plantean “el derecho de la mujer a disponer sobre su cuerpo” y que recoge el ejemplo de la legislación alemana, que propone “la despenalización en cuanto se cumplieran plazos y requisitos determinados”.

El nacionalista Javier García (Alianza Nacional) fue el primero en argumentar en contra del proyecto: dijo que hablar de despenalización “es un eufemismo” para nombrar de otra manera la “lisa y llana legalización del aborto”. Consideró que la ciencia tiene una “opinión contundente” acerca de que la vida comienza en el momento de la concepción y expresó que el proyecto anula el derecho a vivir del “concebido porque opta por el adulto, la mujer”. Finalmente, comparó “lo que pensaba” la izquierda antes y ahora, y citó como un ejemplo de ese pasado “en defensa de la vida” al cantautor Daniel Vigiletti: “Niño, mi niño, aunque nazcas pobre te traigo también, se precisan niños”.

Cuando terminó de hablar García y ya con las barras repletas de jóvenes en su mayoría vestidos con las camisetas amarillas de la Coordinadora por la Vida, en contra de la despenalización, varios diputados blancos y colorados presentaron una moción para que el tema fuera derivado a la Comisión de Derechos Humanos de la cámara, lo que fue rechazado y el debate continuó. El colorado Fitzgerald Cantero (Vamos Uruguay) destacó su oposición a la iniciativa desde los valores “de un no creyente” y planteó que la iniciativa implica una “dramática transformación de los valores del sistema jurídico”.

Después fundamentó Juan Carlos Souza (CAP-L, Frente Amplio), presidente de la comisión especial que elaboró el texto alternativo al aprobado por el Senado, que hizo hincapié en la situación de las mujeres más pobres que mueren a causa de los abortos ilegales, algo que “sigue pasando” y el sistema político no ha resuelto.

Multimedia

La nacionalista María del Carmen Pereira, suplente de Miguel Otegui (Alianza Nacional), fue la primera en utilizar las pantallas instaladas en el plenario de la cámara. Mostró imágenes de una ecografía e incluso indicó cuándo aparecía el feto “saludando con la manito”. Otro que hizo uso de audiovisuales fue el blanco Daniel López Villalba, quien al comienzo de su intervención aclaró que es el presidente del Círculo Católico. Dijo que si bien es cristiano, intentaría basar su argumentación “en la ciencia y la filosofía”. Sin embargo, la mayor parte de su intervención fue la proyección, durante 15 minutos, de fragmentos del documental En el vientre materno, de National Geographic, que describe, con imágenes generadas a partir de ecografías, el desarrollo del embrión durante el embarazo.

El blanco Gerardo Amarilla, que habló “desde una cosmovisión cristiana”, citó versículos de la Biblia que para él hacen referencia “al embrión” humano. Sostuvo que las leyes a favor del aborto responden a una estrategia internacional surgida en Estados Unidos en los años 70, tendiente a reducir el crecimiento demográfico de la población del mundo, también hizo referencia a la canción de Viglietti, y adaptó a la situación otra canción popular: “Por los chiquitos que faltan, por los chiquitos que vienen, uruguayos nunca más... abortos”.

Bertha Sanseverino (Asamblea Uruguay, FA) recordó las definiciones programáticas del último congreso del FA de 2008, que estableció avanzar en la legislación sobre salud sexual y reproductiva “incluyendo la despenalización del aborto”, pero aclaró que la fuerza política no ha declarado el tema como cuestión política, decisión que comparte.

Por su parte, María Elena Laurnaga (Partido Socialista, FA) dijo que para la bancada oficialista el proyecto es “un paso que mejora la situación actual vigente”. Aclaró que la despenalización “implica la no aplicación de la pena a una situación que sigue siendo delito pero no es pasible de pena en determinadas circunstancias” y destacó que el proyecto “no es proaborto sino proderechos”. Dijo que ante determinados enfoques religiosos o filosóficos “no es posible contraponer argumentos racionales”. Son argumentos “de fe, de creencia, de dogma, pero obligan a quien adscribe con ellos a asumir esa posición. Tienen un carácter particular o competen al grupo de individuos que siguen esos argumentos, pero nunca sustituyen el carácter general de la ley de un Estado que es general y pública”, opinó Laurnaga. La ley debe “amparar a todos los ciudadanos” y hoy quienes necesitan un aborto “no están amparadas”, aseguró, y enfatizó que el proyecto “no obliga a nadie” a hacerse un aborto.

El último integrante de la comisión en hablar fue Walter de León (MPP), quien argumentó a favor del proyecto criticando la legislación vigente, que “no se cumple” y sigue “causando muertes de mujeres”. De León, también médico, dijo que en el debate “se ha planteado un conflicto de intereses entre el embrión y la madre, pero la escuela alemana dice que es una unidad en la dualidad”, por lo que “la única que está en condiciones de decidir es la madre”.

De a pasos

Álvaro Vega (MPP) dijo que “todos sabemos” que en Uruguay hay abortos y preguntó a modo de ejemplo “quién no sabe que arriba de La Pasiva de 18 de Julio y Ejido funcionaba una clínica abortiva”. Vega cuestionó: “¿Por qué todos los que estamos acá tenemos una mujer conocida que se hizo un aborto y lo negamos?”.

En el mismo sentido el colorado Fernando Amado (VU) dijo que llegó a la sesión “con mucho dolor” porque estamos en una sociedad “democrática pero hipócrita”, ya que en Uruguay “el aborto se practica de forma regular”. Y preguntó: “¿Saben cuántos de los que hoy son provida o a favor de la vida andan alerta por los abortos que se hacen? Ninguno”. Amado dijo que los argumentos en contra del proyecto son “demagógicos” porque “a nivel de nuestra moral privada la penalización del aborto no implica un impedimento para llevarlo a cabo”. Agregó que a la hora de votar estas leyes -que nos pueden hacer parecer a países desarrollados, dijo- “seguimos teniendo los mismos reflejos conservadores, no somos una sociedad valiente”. Explicó que está de acuerdo con la ley pero por imposición de la bancada de su sector no la puede votar: dijo que aceptó la decisión de la mayoría como “buen demócrata” pero que “están profundamente equivocados”. Luego, Amado pidió licencia; en su lugar su suplente votaría el texto. Otro integrante de VU, Aníbal Gloodtdofsky, dijo que estaba a favor de la despenalización del aborto, pero fundamentó su voto en contra basado en la disciplina partidaria.

Por fuera de disciplina

La Prosecretaría de Género del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado emitió ayer un comunicado en el que manifiesta que no tomó posición a favor o en contra del proyecto de ley, ya que la prosecretaría “está integrada por personas que se manifiestan por una u otra posición”. El texto destaca que no aceptan aquellas posturas que “demonicen” las posiciones y aclara que lo que se pretende dilucidar con este proyecto es “si es correcto o no sancionar penalmente a quien se realiza un aborto” y no la discusión a favor o en contra del aborto en sí mismo. De todas formas, el comunicado considera injusta para las mujeres la legislación vigente y afirma: “Despenalizar el aborto para la mujer que se lo realiza no significa darles carta libre a las mujeres para abortar, sino que significa sacar la problemática del ámbito de la Justicia penal y de la consideración del aborto en términos delictivos. Ambas cuestiones han resultado en la práctica formas de abordaje absolutamente impropias para el problema”. En relación a la decisión de los diputados colorados, la prosecretaría considera que sería “muy saludable que nuestra bancada exprese el sentir de la sociedad toda, un tema que divide y nos compromete a todos”.

Darío Pérez (Liga Federal Frenteamplista) recordó que nunca estuvo de acuerdo con la despenalización del aborto. Explicó, emocionado, que su conflicto tiene que ver con experiencias propias y contó que su mujer perdió un hijo. “En cumplimiento con mis compañeros y con mi conciencia”, adelantó que se iba a retirar de sala y dejaría su lugar a su suplente para que votara a favor.

Por su parte, el blanco Pablo Abdala (Corriente y Acción Renovadora), además de argumentar en contra de la ley, reafirmó que lanzará una campaña de recolección de firmas para plebiscitarla. Otros legisladores, entre ellos los blancos Pedro Saravia y Mario Silvera, cuestionaron que el proyecto no incluye la opinión del padre.

Víctor Semproni (Congreso Frenteamplista), uno de los dos diputados oficialistas que no iban a dar su voto al proyecto aprobado en el Senado en diciembre, recordó los compromisos del FA con la ciudadanía, aclarando que en ellos se plantea la despenalización y no la legalización. Por eso, “cuando vimos el proyecto del Senado dijimos que no lo podíamos votar”. Semproni dijo que la redacción actual “ni siquiera despenaliza” el aborto, sino que “exime de la pena a quienes cumplen con determinadas condiciones”.

Daniela Payssé (AU) explicó que votaría el proyecto en general porque significa “un avance importante”, pero como discrepa con algunos artículos -como el que limita las posibilidades de abortar hasta las 12 semanas de la concepción-, no participaría en la votación en particular y dejaría a su suplente.

Por su parte, Luis Puig (PVP, FA) enfatizó que el proyecto de ley aprobado en el Senado expresaba mejor su pensamiento y que el que se aprobaría en la noche “no refleja el conjunto de los aspectos por los cuales se vienen movilizando las organizaciones sociales”, pero sin embargo destacó que constituye un avance.

Ya sobre las 21.30, Andrés Lima, de la Agrupación Humanista Armando Aguerre de Salto, justificó su voto en contra del proyecto. Comenzó señalando que “ningún ser humano tiene el derecho ni la potestad de decidir sobre la vida de otro ser humano” y que eso significa la despenalización del aborto. “Consideramos más adecuada la legislación actual”, dijo, y explicó que actualmente se contemplan determinadas situaciones bajo las cuales se puede realizar un aborto: cuando hay malformaciones que impiden la viabilidad del feto, en caso de violación, en situaciones de aborto terapéutico y en casos de angustia económica, enumeró. En estos casos una comisión del Ministerio de Salud Pública evalúa y autoriza las solicitudes de aborto, señaló. “Hay mecanismos para que la mujer no tenga que recurrir a una clínica abortiva”, defendió. En relación al proyecto en discusión, opinó que “hasta sin un motivo, sin una causa justificante, podría habilitar la práctica de un aborto”.

Al cierre de esta edición todavía había varios legisladores por hablar y fundamentar su voto, pero el resultado ya se había despejado desde el inicio de la sesión: el proyecto se aprobaría con 49 votos del FA y el de Posada.