El evento fue originalmente pensado para la noche del 20, organizado por las bandas y la Sociedad Uruguaya de Artistas Intérpretes. Pocos días después la Intendencia de Montevideo (IM) otorgó su apoyo: se agregaron las bandas colombianas Puerto Candelaria y La República en otro show al día siguiente, y se incorporó el festival al calendario de las actividades de Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura.

El primer día de espectáculo en el Teatro de Verano está compuesto exclusivamente por bandas locales. L’Autentika es una de las bandas más conocidas: surgida como una fracción de Karibe con K (fracción y pico, formada Óscar Gómez, que era el director musical, el gran bajista Eduardo Molina y, en sus comienzos, por Gerardo Nieto), tuvo una gran repercusión en la época del pop latino (a fines de la década de 1990 y principios de los años 2000) con éxitos como “Cumbia tanga”, “Shakira” o “La cumbia del orto”. Por un lado, esto relacionaba la banda con los enlatados de la época, zafando por el nivel de interpretación y arreglos musicales. En la actualidad cuenta con las voces de Daniel Kimba Pintos y Yesty Prieto, habiendo perdido un gran valor vocal como Damián Lescano, que recientemente largó su carrera solista. Este año celebran su aniversario número 15 y traen su nuevo éxito, “Liberaron la maruja”.

KGB parece no haberse recuperado de la partida, hace un tiempo ya, del cantante Carlos Corti, con quien había logrado el momento de mayor calidad y reconocimiento de su historia como banda. Los nuevos vocalistas no han pegado mucha onda con la gente y, salvo “El amor y la plena”, sus temas no parecen haber logrado mucha llegada, o al menos no con la dimensión de las épocas con Corti.

Banda América y Kilovatio son otras dos bandas invitadas. Se las podría agrupar dentro del costado más “ortodoxo” o clásico de la música tropical. Los primeros tienen un repertorio muy relacionado con los 80 y los 90, con una mezcla de cumbias románticas y plenas del estilo de El Cubano de América: clásicos como “La sopa” (de Celia Cruz), “El negro Chombo” o “A mis hermanos”. La segunda, con una propuesta aún más clásica, homenajea a la plena tradicional de los 60 y 70, muy especialmente al importantísimo salsero portorriqueño Rafael Cortijo y su Combo.

El repertorrio de Kilovatio incluye “La virgen de los colores” y “Uy qué pote”, que interpretan de forma tradicional, con muy pocas de esas variantes de la plena centroamericana que se ha hecho en Uruguay.

Antillano es una banda con muchos años, quizás una de las más viejas dentro de las que siguen en rodaje. Después de muchos años de perfil bajo, a partir de la llegada de Miriam Britos como cantante -y de cierto éxito logrado por su tema “Cobarde”- se ha vuelto a posicionar en las radios y en la noche. Cuenta también con una verdadera leyenda de la cumbia uruguaya como bajista y cantante, Chico Martin, figura muchos años de El Gran Maracaibo y de Combo Camagüey (grupo con el que grabó la conocidísima “El baión de Madrid”) que conserva su carisma y capacidad interpretativa.

La Revancha tiene una buena banda, con un buen sonido y una muy característica forma de tocar plenas rápidas y vertiginosas, el palo que ha hecho reconocido a Denis Elías (ex integrante del grupo). Lo que parece haber afectado a La Revancha es justamente ese gran momento de hace casi diez años, lo que a veces parece llevarlos a hacer canciones muy parecidas, casi calcadas. Sebastián Torres, a pesar de tener su público, no ha estado a la altura de su pasado en Cumanacao y, a pesar de algún éxito pasajero como la muy buena plena “Hoy se van a juntar” (junto al gran Martín Quiroga) o “Plena que arrasa” (gran dúo con uno de los mejores cumbieros de Argentina, El Tecla), La Revancha parece estar decayendo desde hace unos años.

Sonido Profesional va a ser la representante de la charanga en el festival. Esta variante de la cumbia, que no usa vientos (y pocas veces incorpora pailas en la percusión) y le da preponderancia al teclado y a la batería eléctrica, es tan popular en el interior del país que se ha ganado un lugar en la capital que antes no tenía gracias a propuestas como las de Sonido Caracol, Mario Silva y el propio Sonido Profesional. Con una fuerte presencia de las canciones de corte romántico, sufridas y melancólicas, cantadas por un cantante desesperado y con mucho reverb, la orquesta hará bailar a sus muchos seguidores (muchos estudiantes del interior residentes en Montevideo) con sus nuevos éxitos, “Prende la radio”, “Me dormí en la plaza” y los más viejos “Caña brasilera” y “Llora, me llama”.

Dos de los puntos altos de la noche van a ser, sin dudas, Gerardo Nieto y Sonora Borinquen. El primero ya se ha desmarcado (sin negarla) de su etapa de Karibe con K, basado en dos discos que están entre lo mejor de la cumbia de los últimos 15 años: Punto G y G.C.P., que explotan el estilo de Karibe con K de la cumbia romántica y agregan un trabajo en colaboración con Carlos Fernández en las letras, que ha significado un nuevo rumbo en nuestra cumbia. Temas como “Mi barrio”, “Cristóbal Pérez” o “Héroes” dan cuenta de un nuevo mensaje, que sin llegar al extremo de ser cumbias de protesta (por suerte), hacen hincapié en problemáticas sociales, sin caer en panfletos o en cursilerías.

En este momento la banda se encuentra en pleno proceso de grabación de un nuevo disco, lo que significa una gran noticia dado el altísimo nivel de sus discos anteriores. Ya está circulando en internet una de sus nuevas canciones, “Te suplico”, que no sólo deja muestra del estilo de cumbia que ha venido forjando sino de su vigencia interpretativa.

Otra crónica

Completa el primer día Sonora Borinquen, una de las más viejas de las que están en rodaje (cumple 50 años este 2013) con Carlos Goberna (recientemente declarado Ciudadano Ilustre de Montevideo) al firme como desde el primer día. Lamentablemente, hace varios años que no graban un disco nuevo, aunque eso seguramente no va a afectar la calidad de su espectáculo del 20, ya que interpretan su enorme repertorio -que cuenta con no menos de 20 éxitos- con un profesionalismo y con un nivel poco común en un ambiente lamentablemente cada vez más descuidado.

Con un sonido basado en unos vientos muy potentes y en las voces de Carlos Goberna y sus hijos Carlos y Pablo, timbres característicos de lo mejor de la historia de la cumbia uruguaya, ver a la Borinquen siempre es un placer. Se trata quizás, junto a otros artistas como Gerardo Nieto, de una de esas bandas que no se guarda nada y da cada show, por más corto que sea, como si fuera el último.

Lo más nuevo de Borinquen son las versiones de “Yo no sé mañana” (de Luis Enrique) y “Los campeones de la salsa” (de Willy Chirino), que demuestran una de las cosas que hicieron grande a esta orquesta y que también distinguía a otras grandes como El Cubano de América, Combo Camagüey, Sonora Cumanacao o Karibe con K: la capacidad para hacer un cover ostensiblemente mejor que la versión original.

Los de afuera son del palo

El segundo día del festival ofrece dos bandas colombianas que llegan a su cumbia por caminos diferentes. Por un lado, Puerto Candelaria, con una propuesta más festiva (quizás sea más apropiado decir circense) y un énfasis menor en cierta cadencia cumbiera de ésas que te hacen mover el cuerpo privilegiando otro palo más de agite. Por eso quizás entre las influencias más notorias de Puerto Candelaria no estén los clásicos de la cumbia colombiana, sino algo tan poco caribeño como Emir Kusturica y The No Smoking Orchestra. Con más tendencia a la parodia o al pastiche que al rescate, al estilo de la banda argentina Los Labios o incluso Agapornis, quizás el hecho de que privilegien el pogo o el descontrol les haga perder bastante en lo musical y la interpretación, sobre todo vocal.

Por otro lado, La República viene con un estilo más tradicional. Es decir, no hay un diálogo fuerte con la tradición de cumbia colombiana, sino más que nada con la salsa y otros ritmos un poco más del norte del continente. Al igual que el sonido de La 33 (que tocó el viernes pasado en la rambla del Cerro, también en contexto de Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura), que parece establecer un fuerte diálogo con las obras de Óscar de León, Héctor Lavoe o Willie Colón, hay en La República una fuerte influencia del sonido que durante años ha forjado el panameño Rubén Blades.

En definitiva, el segundo día va a ser disfrutable incluso para los más ortodoxos de la cumbia, es decir, ésos a los que les cuesta ver tipos menores de 30 haciendo salsa, cumbia o guaracha. Por un lado está lo festivo de Puerto Candelaria, que genera un contacto muy fluido con el público y, por otro, el sonido más clásico de La República.

Lo cierto es que este festival permite varias cosas importantes: en primer lugar, la posibilidad de que el público que no puede ir a ver a sus bandas favoritas a los bailes nocturnos pueda presenciarlos en vivo; en segundo, la posibilidad de que quien quiera acercarse a la cumbia y no lo ha hecho encuentre un lugar propicio sin tener que meterse en una discoteca. Por último, y quizás lo más importante, convencer a mucha gente -entre ellos los propios cumbieros, músicos y productores- de que este tipo de propuestas no sólo son necesarias sino también rentables, y que pueden salir bien y ser parte de una temporada de eventos pensada incluso desde lo estatal. Y, más allá de todo esto, nunca está de más ir a mover un poco el cuerpito, ¿no?