Dos ex dirigentes sindicales, Juan Castillo (Partido Comunista del Uruguay [PCU]) y Luis Puig (Partido por la Victoria del Pueblo) fundamentaron el voto por los respectivos candidatos, y ambos quedaron conformes con los resultados. “Fijate el simbolismo: dos dirigentes sindicales, y los dos negros”, comentó en tono de broma a la diaria Castillo, quien evaluó como “bueno” el respaldo del Congreso a Vázquez y el clima del encuentro de ayer en el Palacio Peñarol.
Asistieron 1.219 congresales. Vázquez obtuvo, al límite, los dos tercios: recibió 820 votos (67%). Moreira recibió 287 votos (23,5%) y hubo 112 abstenciones (9,5%). Fue más reñida la votación en el momento de elegir el procedimiento por el cual el Congreso mostraría sus preferencias por los candidatos. Los partidarios de la candidatura de Moreira pretendían que el Congreso no votara, actuando, a su entender, en sintonía con la resolución del Plenario Nacional del FA, que simplemente habilitó las candidaturas. “Hubiéramos preferido que no se nos llevara a elegir entre dos excelentes compañeros”, lamentó Puig.
Los sectores mayoritarios del FA, que apoyaron a Vázquez, se habían puesto de acuerdo en “marcar los votos” en el Congreso. Insistieron en esto el Movimiento de Participación Popular y el PCU, y respaldaron esta postura, entre otros, el Frente Liber Seregni y el Partido Socialista (PS). El secretario general del PS, Yerú Pardiñas, argumentó que “el FA tiene que posicionarse claramente ante la sociedad” y que “la ciudadanía tiene el derecho de saber cómo se pronuncia el Congreso”. “No es jugar a dividir, es jugar a transparentar”, sostuvo.
Pero al Congreso asisten en su amplia mayoría representantes de base, y pese al acuerdo sectorial, la votación fue pareja: 57% a favor de votar y 43% a favor de habilitar las candidaturas sin un pronunciamiento expreso por una o por otra.
Llegó el turno de fundamentar. Castillo manifestó que Vázquez tuvo “aciertos y errores”, pero es capaz de “conducir al FA a un imprescindible tercer gobierno”. “Se trata de quién reúne las mejores condiciones hoy de encabezar un proyecto político que pueda entusiasmar a nuestro pueblo. No podemos darnos el lujo de que la derecha recale otra vez en el gobierno”, planteó.
A su turno, Puig defendió las posibilidades de Moreira de triunfar en las elecciones nacionales. “No cometeríamos la aventura incalificable de hipotecar el futuro del pueblo uruguayo”, manifestó. Destacó también que Moreira “es la única precandidata mujer en nuestro país”. Tras la votación, Puig dijo a la diaria que “se reafirma”, “contra muchos planteamientos”, que la de Moreira es “una candidatura seria” y una “opción atractiva y convocante para muchísimos frenteamplistas”.
Gestos
Moreira fue la primera en hablar. Parada junto al atril, en sus primeras palabras mencionó al dirigente Hugo Cores, que dio nombre al Congreso que culminó ayer. “Yo no estaría acá si no hubiera sido por él”, afirmó. Moreira había sido pareja de Cores. Recordó que Cores “mucho rabiaba, y hubiera rabiado mucho en este Congreso, pero siguió siendo frenteamplista hasta el último día de su vida”.
Los agradecimientos y recuerdos fueron cálidamente aplaudidos por los integrantes de la mesa, en su mayoría representantes de sectores. Distinta fue la situación cuando Moreira se empezó a referir a cuestiones programáticas. “Respetaré el programa punto por punto y coma por coma, porque soy de las que luchaban por la despenalización del aborto”, declaró la senadora, y se borraron las sonrisas entre los integrantes de la mesa. Sostuvo que actuará con “corazón latinoamericano”, que si es presidenta hará todo lo posible para que el presupuesto de la educación llegue a 6% del Producto Interno Bruto e hizo referencia a la discusión que se dio sobre la conveniencia de fijar impuestos en el programa del FA (ver http://ladiaria.com.uy/articulo/2013/11/consenso-en-el-programa/). “Quien habla en contra de los impuestos detesta el Estado, detesta la igualdad”, aseguró. Llamó a no renunciar a la “identidad de izquierda” y a construir una “contrahegemonía contra la cultura del poder que hemos internalizado”, para “hacer otra política”.
Al final evaluó que la votación demuestra que “la política nunca es destino” sino “pura construcción humana”.
Cuando se retiró del atril, le dio la mano a Vázquez, el siguiente orador.
Los militantes de las primeras filas sacaron sus celulares y se dispusieron a sacarle fotos, pero no surgió el clásico canto “Y ya lo ve, el presidente es Tabaré”. Vázquez recorrió todo el estrado durante su discurso y su primera mención también fue para Cores, que fue su secretario político cuando ocupó la presidencia del FA.
El ex presidente afirmó que “es cierto que tenemos un buen país”, pero “es posible hacer un mejor país aun”, con “una democracia de mayor calidad” y “una mejor convivencia y seguridad ciudadana”. Declaró que el FA es “el mejor proyecto político” y que “los cambios no son de realización instantánea”. Dijo que “ni los mesiánicos ni los ansiosos se sienten bien en el FA” y mencionó la necesidad de actuar en forma unitaria. “Quien no actúe en consecuencia podrá autodefinirse como frenteamplista, pero no es frenteamplista”, sostuvo. Llamó a “no dejar de soñar” con una sociedad “sin explotados ni explotadores” y se despidió con su frase habitual: “Hasta la victoria, siempre”. Moreira había hecho lo propio con su frase: “Arriba los que luchan, todas las luchas”.
Sobre el final, la presidenta del FA, Mónica Xavier, tuvo que pedirle a Moreira que se acercara al atril porque quería dar un mensaje final junto a los dos precandidatos. Cuando terminó, Vázquez y Moreira se fueron cada uno por su lado, y Xavier respondió con un encogimiento de hombros a la solicitud de los fotógrafos de que los precandidatos posaran juntos. Empezaba otra etapa.