“A las 4.25 de la tarde de hoy, 5 de marzo, ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías”, anunció el vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, una hora después, cerca de las 20.00 de Uruguay. Al dar la noticia, Maduro citó al músico Alí Primera: “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos y a partir de este momento es prohibido llorarlos”.
Cronología
Como comandante, Hugo Chávez lidera un fallido intento de golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez que le costaría la cárcel.
El presidente Rafael Caldera indulta a Chávez, quien funda el Movimiento Quinta República y comienza una gira por el país explicando su proyecto político.
Chávez gana las elecciones con 56% de los votos respaldado por varios partidos de izquierda y, al asumir, al año siguiente, se convierte en el presidente más joven de Venezuela.
En referéndum y con 72% de los votos se aprueba la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que entre otras cosas cambia el nombre del país.
En el marco de la nueva Constitución se llama a las “megaelecciones”, comicios en todos los niveles de gobierno. Chávez es ratificado presidente con 59% de los votos y el oficialismo logra 17 de las 24 gobernaciones estaduales.
Chávez formula la propuesta de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), bloque que integraría su país con Bolivia, Ecuador y Nicaragua, entre otros estados.
Tras la aprobación de varias leyes polémicas y marchas masivas en Caracas, Venezuela sufre un golpe de Estado que dura unas 48 horas.
El gobierno sobrevive sin mayores inconvenientes a una huelga general que se extiende por dos meses en busca de la destitución del mandatario.
La oposición junta las firmas suficientes para que se haga un referéndum revocatorio del mandato del presidente, pero Chávez recibe el respaldo de 59% de los votos. El mismo año las fuerzas chavistas ganan en las elecciones regionales las gobernaciones de 22 de los 24 estados que tenía Venezuela entonces.
Las elecciones legislativas se realizan sin la oposición, que rechaza participar en ellas, y el chavismo se lleva los 167 escaños de la Asamblea Nacional.
Chávez es reelecto con 62% de los votos. Días después crea el Partido Socialista Unido de Venezuela.
Una reforma constitucional que permitía la reelección ilimitada es rechazada con 51% de los votos.
En las elecciones regionales el oficialismo obtiene el gobierno de 18 de los 23 estados.
Las urnas dan el visto bueno, con el respaldo de 55%, a la misma propuesta de reelección pero por medio de un referéndum de enmienda constitucional.
El chavismo pierde una mayoría especial en la Asamblea Nacional y logra 98 escaños frente a 67 de la oposición.
El presidente anuncia que se le practicaron dos cirugías en La Habana que terminaron con la “extracción total” de un tumor cancerígeno pélvico.
Éste sería un año cargado para Chávez, que en febrero es operado nuevamente, en julio recibe la noticia de que se aprobó el ingreso de su país al Mercosur y comienza la campaña para las elecciones del 7 de octubre, en las que finalmente accede, con 55% de respaldo ciudadano, a un cuarto mandato que no llega a asumir formalmente. A comienzos de diciembre, días antes de las elecciones regionales en las que el chavismo se impone en 20 de los 23 estados, el presidente anuncia una nueva recaída en su salud, la cual amerita una cuarta intervención quirúrgica que se practica en La Habana y de la que nunca se terminaría de recuperar.
El vicepresidente llamó a los venezolanos a unirse “más que nunca” y “ser dignos herederos e hijos de un hombre gigante como fue y como siempre será en el recuerdo el comandante Hugo Chávez”. A los partidarios del presidente los convocó a reunirse ante el Hospital Militar de Caracas, en el que estaba internado, y en las plazas Bolívar de todo el país para rendirle homenaje. En esos lugares emblemáticos ya se habían sumado a lo largo del día manifestantes para expresar su respaldo al mandatario. A quienes “no apoyaron nunca al comandante Chávez”, Maduro les pidió que “respeten el dolor del pueblo”.
Antes de despedirse con un “¡Que viva Hugo Chávez! ¡Que viva por siempre!”, aclaró: “Todo lo que teníamos para decir lo dijimos en la tarde de hoy y en los días anteriores”. Ayer se habían reiterado los anuncios, cada vez más pesimistas, de que el estado de salud del presidente era crítico. Había empeorado con una infección respiratoria grave y recibía un nuevo tratamiento de quimioterapia cuando se recuperaba de su cuarta operación contra el cáncer que se le diagnosticó a mediados de 2011.
Mientras que los venezolanos respondían a la convocatoria de Maduro y salían a las calles, el gobierno anunciaba “un despliegue especial de toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, de la Policía Nacional Bolivariana” para “acompañar y proteger al pueblo”.
Con sospechas
La muerte de Chávez se anunció después de que su gobierno manifestara que tenía indicios de un plan para desestabilizarlo y no descartaba que también la enfermedad del presidente pudiera enmarcarse en ese contexto.
Maduro anunció la expulsión de dos agregados militares de la embajada estadounidense en Caracas, David del Mónaco y Devlin Kostal, y aseguró que desde Estados Unidos se estaba llevando a cabo un plan conspirativo económico, político y militar al que se intentó sumar a soldados venezolanos. Dijo que todavía se estaba “tras las pistas de otros elementos que configuran todo este cuadro venenoso, para buscar perturbaciones [...] y configurar un cuadro para dar un zarpazo”. El objetivo de esa conspiración era atentar “contra la vida social de nuestra patria, contra la paz de nuestra patria, de nuestro pueblo”, dijo.
“No tenemos ninguna duda de que los enemigos históricos de nuestra patria buscaron el punto para dañar la salud de Chávez” como parte de ese plan, aseguró el vicepresidente, dando a entender que para el gobierno es posible que la enfermedad del presidente haya sido provocada. “Ha habido casos en la historia, demasiados casos en la historia” y el “último, más resonante”, fue el del dirigente palestino Yaser Arafat, dijo. “En nuestro corazón no se nos quita eso, pero además ya tenemos pistas, y ya llegará el momento de desarrollar científicamente una investigación de estas características”, agregó.
Más tarde llegó la respuesta del Departamento de Estado estadounidense en un comunicado: “La afirmación de que Estados Unidos estuvo involucrado de alguna manera en la causa de la enfermedad del presidente Chávez es absurda, y la rechazamos completamente”.
También Chávez se llegó a preguntar, a fines de 2011, si es posible que “el cáncer pueda ser una enfermedad inducida, producida”, y llamó a los gobernantes de Ecuador, Nicaragua y Bolivia a cuidarse de ese mal que ya habían sufrido los brasileños Dilma Rousseff y Lula da Silva y el paraguayo Fernando Lugo.
Antes y después
Cuando todavía no se había anunciado la muerte del presidente el gobierno llamaba a los venezolanos a estar unidos y a defender el proyecto político que Chávez encabezó. “Tengan confianza en el rumbo de nuestra patria”, había dicho Maduro, que definió al mandatario como “el nuevo libertador del siglo XXI”. La reivindicación de Simón Bolívar fue una constante en el gobierno de Chávez, que comenzó en 1999, así como lo fue la personalización de su proyecto político en la figura del presidente. Por eso su muerte abre el interrogante acerca de cómo continuará el chavismo sin Chávez.
El presidente no había asumido su nuevo mandato el 10 de enero, tal como debía hacerlo según la fecha establecida en la Constitución, porque estaba todavía en tratamiento en La Habana. El Poder Legislativo y el Judicial entendieron que estaba contemplada una situación de este tipo y que era posible postergar la asunción.
La Constitución establece también, en su artículo 233, que ante la muerte del presidente electo “se procederá a una nueva elección [...] dentro de los treinta días consecutivos siguientes”. Mientras tanto, el cargo lo asumirá el presidente de la Asamblea Nacional, que en este caso es Diosdado Cabello, el número dos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela.
La posibilidad de nuevas elecciones ya era considerada desde hace algunas semanas por la oposición y por algunos medios de prensa. Una encuesta realizada a fines de febrero concluyó que si se convocara a votar, 50% de los venezolanos respaldaría a Maduro, a quien el propio Chávez nombró su sucesor y el eventual candidato oficialista en su última aparición pública en cadena nacional, el 8 de diciembre. Si la oposición mantuviera la candidatura de Henrique Capriles, que enfrentó al presidente en los comicios de octubre (en los que logró 44% de los votos frente a 55% de Chávez), recibiría un apoyo de 36%.
Venezuela dispuso ayer siete días de duelo. El canciller Elías Jaua llamó a usar un brazalete con los colores rojo, amarillo y azul de la bandera venezolana y anunció que hasta el viernes se suspenden las clases en las escuelas del país.
Más allá de los homenajes oficiales, que comenzaban a planearse anoche, el peso político de la figura del presidente quedaba de manifiesto en las calles y plazas de Venezuela, donde se escuchaba “Chávez somos todos” y “Chávez te quedas, Chávez no te vas”. También se plasmaba en las reacciones de gobernantes aliados y distantes, de dirigentes políticos de primer orden y de otros menos relevantes que tanto en declaraciones a la prensa como en redes sociales manifestaron su opinión o dieron su pésame por una noticia que no pasaba desapercibida.