“Éstas son buenas noticias que le damos a nuestro pueblo: la era de la división terminó”. Con esas palabras, el primer ministro de Gaza y líder de Hamas, Ismail Haniye, anunció que tras meses de idas y vueltas, su movimiento y el partido de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Al Fatah, crearán un gobierno de unidad nacional en un plazo máximo de cinco semanas. También acordaron convocar elecciones presidenciales y parlamentarias para el 15 de enero.

Según informaron los medios palestinos, el gobierno de unidad estará formado por tecnócratas. Para liderarlo se mencionó el nombre del ex vice primer ministro Nasser al Din al Shaer, que integra Hamas y formó parte en 2006 del gobierno de unidad de entonces. Ese gobierno terminó en 2007, con enfrentamientos entre las dos partes que lo integraban, y desde entonces, por la vía de los hechos, Al Fatah gobierna en Cisjordania y Hamas en Gaza.

El cronograma se pactó en la noche del martes, en una reu-
nión que mantuvieron en Gaza Haniye y Azam al Ahmad, mano derecha de Abbas en temas de reconciliación palestina, y que ambas partes calificaron como muy positiva. Las condiciones de este acuerdo son las que ya se habían anunciado en Doha en 2012. A comienzos de este año hubo una renovación pública de la confianza por parte de Hamas, que aseguró que contaba con que Abbas defendería los intereses palestinos en las negociaciones que mantiene con Israel desde mediados del año pasado.

Entre esas condiciones acordadas figura la reforma de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) -históricamente controlada por Al Fatah y considerada representante del pueblo palestino- para que a su máximo órgano, el Comité Ejecutivo, puedan integrarse miembros de Hamas y de otros sectores políticos. Así lo confirmó Mustafá Barguti, miembro de la OLP que estuvo presente en los encuentros, y que informó que junto a las elecciones presidenciales y legislativas se votará para elegir al Consejo Nacional de Palestina, el cuerpo legislativo de la OLP.

Nada indica que el acuerdo incluya un cese de las negociaciones con Israel, a las que históricamente Hamas ha sido contrario, pese a las declaraciones de los últimos meses que parecerían mostrar un tímido respaldo. Los fundadores de Hamas, que se creó tras la primera intifada, de 1988, declararon la guerra santa a Israel y su ala militar es responsable de ataques reiterados contra ese país. De un tiempo a esta parte se cree que estos ataques son lanzados por pequeñas facciones armadas que están dentro del paraguas de Hamas, pero actúan de una forma cada vez más independiente. Aun así, estos ataques continuados en el tiempo le han valido a Hamas el ingreso a la lista de organizaciones terroristas de Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

Ellos o yo

Este anuncio de acuerdo le cayó muy mal a Israel, que inmediatamente canceló “las reuniones previstas en el marco del proceso de paz que tenían que celebrarse” el miércoles, según un comunicado que difundió la oficina del primer ministro de ese país, Benjamin Netanyahu. “Dije esta mañana que Abu Mazen [nombre clandestino que en el pasado usó Abbas] debía elegir entre la paz con Israel o el acuerdo con Hamas, una organización terrorista asesina que exhorta a la destrucción de Israel [...] Mientras aún había contactos para prolongar las negociaciones de paz, Abu Mazen ha elegido a Hamas en lugar de la paz. Quien elige a Hamas no quiere la paz”, concluye el breve comunicado oficial.

Mientras la oficina del primer ministro emitía este comunicado, el Ejército lanzaba un bombardeo en el norte de la Franja de Gaza en el que fueron heridas una decena de personas. Según fuentes israelíes citadas por diversos medios, el ataque se dirigía a dos miembros de la Yihad Islámica, vinculada a Hamas, pero no alcanzó su objetivo.

El pronunciamiento de Netanyahu abre la posibilidad de que Israel dé por terminadas unas conversaciones de paz que habían sido bastante accidentadas y que se habían detenido, al punto de que Abbas advirtió que si no se lograban resultados podría desmantelar la ANP para que la población palestina fuera entera responsabilidad de Israel.

Estados Unidos, que promovía ese diálogo entre israelíes y palestinos, también se pronunció ayer sobre la decisión de la ANP. Una portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, calificó como “preocupante” que el acercamiento se impulsara ahora. “Nos sentimos decepcionados”, dijo. Si bien varios medios israelíes señalaron que la firma de este acuerdo es un recurso de los palestinos para presionar a Israel, el negociador jefe palestino, Saeb Erekat, subrayó que “no se puede lograr la paz [con Israel] sin que haya antes una reconciliación” palestina, a la que calificó como “una prioridad nacional”.