No hubo goles y como antes de que se suspendiera iban 1-1, el conjunto de Juan Tejera se puso primero tras ese empate y manda en la tabla. Tiene 18 puntos, uno más que River Plate y Peñarol, cuando faltan 6 partidos para concluir el segundo torneo chico del Uruguayo. Una situación impensada al comienzo, cuando reinaba la preocupación por los números del descenso.

Discreto, entreverado, opaco. Características de un partido con un campo de juego que parecía prolijo desde la tribuna pero que fue perjudicial para el juego a ras del piso. Digamos que fue una comprobable ilusión óptica. Fénix retocó la alineación y puso a los dos bombarderos en el área de ataque, Lucas Cavallini y Maximiliano Callorda, con intenciones de cargar por arriba. Los miró de cerca el Cachorro Leonardo Burián, arquero de Juventud, quien volvió a jugar luego de su suspensión en uno de los clásicos de verano entre Nacional y Peñarol. Justo enfrente, en la otra portería, también atajó uno que no había estado últimamente: Darío Denis.

Su ingreso se debió a la ausencia del golero panameño Luis Mejía, quien fue operado de una rotura de ligamentos cruzados y de meniscos en una de sus rodillas, que lo mantendrá en proceso de recuperación no menos de seis meses. Esas novedades fueron lo más relevante del rato que duró el primer tiempo, porque no se atacaron. Parados como estudiándose, procuraban cuidar la defensa más que dar un paso en ataque.

En la mochila estaban aquel gol de tiro libre de Aníbal Hernández y el inmediato empate del zaguero Darío Flores para los pedrenses; era el 1-1 del inicio en el día de la lluvia que obligó a suspenderlo cuando transcurrían 33 minutos de la primera parte. Quiso el azar climático (y el fixture) que justo el otro primero, River Plate, jugara aquel día y que ese partido también fuera interrumpido por el agua. Suspicacia e incertidumbre a la orden del día, en canchas cuyos alambrados permiten ser partícipes de la información de los equipos que juegan en otros escenarios. Midiendo, como una especie de minuto a minuto televisivo, jugaron las cartas con astucia.

Cortado, con muchas faltas innecesarias en la mitad del terreno, ambos equipos apostaron por lanzar tiros libres al área rival, buscando cabezas y goles. Una de ésas pasó cerca, cuando Pallas conectó un córner del ingresado Ligüera. Juventud tuvo la más clara con Blanes, que resolvió desde el piso tirando al arco y pasando cerca.

Al igual que contra Nacional, el conjunto de Las Piedras terminó muy cerca del arco de su rival. Cambiando piezas en ataque terminó con José María Franco y Néstor Falucho Silva, y éste, en la primera que le quedó, casi convierte la diferencia. No fue. Juventud sigue remando el descenso. Fénix, como aquel que renace de las cenizas, quedó otra vez en lo más alto.