El decano de la Facultad de Psicología, Luis Leopold, el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, y el subsecretario de Educación y Cultura, Óscar Gómez, expusieron ayer en una mesa redonda en la Rural del Prado, denominada “La sociedad montevideana y sus valores”.

Leopold destacó como características de la sociedad montevideana “lo cosmopolita”, la solidaridad, las “nuevas oportunidades”, porque se trata de “un colectivo en el que se pueden experimentar formas distintas de hacer las cosas”. Para Leopold, estas señas de identidad “no son nada originales”, y se explican porque Montevideo “es una ciudad puerto y eso es una situación privilegiada”. “Es muy difícil ser ciudadano de una ciudad puerto si uno no está abierto a relacionarse con lo que no conoce”, afirmó. Pero también habló de las “enormes ine-
quidades” de la capital, donde por ejemplo los jóvenes menores de 25 años tienen “los más altos índices de desocupación”, y opinó que la baja de la edad de imputabilidad es un “cambio inadecuado”.

Por su parte, Gómez saludó la presencia de Sturla y dijo que la sociedad “se construye con las religiones, y la Iglesia Católica sigue dando fortalezas para la convivencia”. Agregó que hoy existe “una reflexión sobre la familia y los valores que está por encima de las ideologías”. Explicó que Montevideo tiene “instituciones integradoras” de los inmigrantes como las educativas, los sindicatos, las “redes sociales de convivencia como las comisiones barriales deportivas” y “espacios de debate político en los barrios”. Sin embargo, dijo que los gobiernos del Frente Amplio (FA) heredaron “un país fracturado” que hizo necesario “apoyos y acompañamientos” para la integración social porque la “sociedad estaba en riesgo de de-
sintegración”.

También destacó los avances en los derechos de las personas con el matrimonio igualitario, las “acciones afirmativas contra la discriminación” y la ley de regulación del consumo de marihuana. “Estamos en un momento en que hay avances, oportunidad y desafíos”, agregó Gómez. Destacó entre los desafíos “la redistribución”, pero “no solamente de bienes materiales”, sino también del conocimiento, la recreación y los espacios públicos, y anunció que esto último será el tema del Día del Patrimonio de este año.

Varias Montevideos

Sturla confesó que para él, como obispo, fue “un dilema” ir a la Criolla “en Semana Santa”, pero dijo que lo vivió con el espíritu del papa Francisco, que prefiere “una Iglesia accidentada, porque sale, y no enferma por encerrada”. Después mencionó su libro ¿Santa o de Turismo?, un estudio sobre el “colofón del proceso de secularización en Uruguay” cuando se intentaron eliminar todos los feriados religiosos. Según Sturla, hubo propuestas “radicales” que proponían eliminar la Navidad y “hasta los domingos”, estableciendo cinco días de trabajo y uno de descanso que sería “rotativo”. Pero la solución fue “transar, uno de los valores uruguayos”, y se dejaron los feriados religiosos pero con nombres laicos, explicó Sturla. Por eso, se puede hacer una semana que es “Santa, de Turismo, Criolla, de la Cerveza y hasta del Río, allá por el Olimar”, agregó.

Este “espíritu de transacción a veces deja a algunos no del todo conformes”, dijo Sturla. Luego opinó que existen “varias Montevideos” y contó que durante una reunión con jóvenes de distintas obras salesianas, en la que cada uno exponía sus problemas, uno que era alumno del liceo Juan XXIII “no sabía cuál de todas las oportunidades que tenía iba a elegir”, mientras que uno que era estudiante de Tacurú se quejó “por no tener ninguna oportunidad”.

Sturla destacó como otro “valor” de Uruguay que sea “un país de cercanías” y de integración “formidable”, y remitió a una frase del historiador Juan Pivel Devoto: “Aquí naides es más que naides”. Sobre los valores que la Iglesia Católica y otras “expresiones religiosas” les aportaron al país, el arzobispo dijo que el principal es el de “la solidaridad”, por medio de una gran cantidad de obras sociales en los barrios y la educación que brindan los colegios. “Otro elemento que aportamos es que en la iglesia rezamos”, sorprendió Sturla, y agregó que si bien es “algo incomprensible en el Uruguay laico”, “la oración es una de las cosas que más eleva el corazón humano”. Finalmente, dijo que los cristianos aportan también “el valor de la esperanza”, aclarando que no se trata de la esperanza “de alcanzar el cielo de allá arriba y desentenderse del mundo”. “El cielo lo vamos construyendo acá, con lo que hacemos en la Tierra”, concluyó.

Antes de cerrar la mesa redonda y ante una pregunta, Sturla reiteró que personalmente está en contra de bajar la edad de imputabilidad penal, porque eso “tiende a estigmatizar a los jóvenes”. Dijo que si bien hay una problemática de inseguridad, ésa “no es la solución”. Consideró que la salida es “mucho más compleja” y pasa por “lo educativo”.