Un vallado impedía ayer el paso de los peatones y autos al entorno del edificio que en 2010 se prendió fuego y desde entonces quedó inutilizado. Detrás del vallado, lentamente se fueron agrupando curiosos. Maní, pop y garrapiñada acompañaban la jornada gris y lluviosa. De las vallas hacia adentro, pero todavía lejos del edificio del Cilindro Municipal Estadio Dr. Héctor Grauert, en una carpa, trabajadores de los medios de comunicación e invitados de diversas dependencias estatales y departamentales disfrutaban de un brindis. La presidenta de Antel, Carolina Cosse, daba la bienvenida a los jerarcas y personalidades del ámbito político. En la lista figuraban Ricardo Prato, secretario general de la Intendencia de Montevideo (IM); Jorge Rodríguez, prosecretario de la IM; Daniel Olesker, ministro de Desarrollo Social; Miguel Brechner, presidente de Plan Ceibal; Wilson Netto, director del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública; el arquitecto y ex intendente de Montevideo Mariano Arana, y el director general del SODRE, Gerardo Grieco, entre otros. El evento fue visto por muchos más uruguayos porque fue transmitido en directo por internet y la televisión abierta. La conducción estuvo a cargo del presentador Fernando Vilar, el único comunicador que se salvó de lucir un chaleco fluorescente, indumentaria que suele utilizarse en las visitas a obras y que ayer todos los presentes vestían.

Alarma

Próximo a las 16.00 sonó la primera alarma, que avisaba que la implosión sería a la brevedad. 30 segundos más tarde, sonó la segunda alarma prevista y finalmente, a la hora en punto, se escuchó el último aviso y la edificación comenzó a caer en tres grandes bloques. A medida que se acercaba el momento, comenzó a reinar el silencio y todas las miradas se concentraron en el descolorido Cilindro. Una vez que el edificio estuvo reducido a escombros y polvo, comenzaron los aplausos, los abrazos y las manifestaciones de emoción entre las autoridades de Antel y los demás jerarcas. Antes de que la celebración decayera ingresaron a la carpa los ingenieros responsables del derrumbe, quienes fueron recibidos con demostraciones de alegría por las autoridades.

Minutos más tarde, Cosse cerró la jornada felicitando al equipo que trabajó en el operativo y sostuvo que “todo salió según lo planeado”. Indicó que la “perfección” del trabajo no se debió “a ninguna casualidad ni a nada mágico, sino que respondió a mucha profesionalidad, coordinación y el trabajo de mucha gente”.

El derrumbe del Cilindro representa para las autoridades de Antel el puntapié inicial de la construcción de Antel Arena, espacio multifuncional donde se desarrollarán espectáculos culturales y deportivos, entre otras actividades. El costo de la implosión fue de 700.000 dólares y, en primera instancia, se informó que el nuevo proyecto implicará una inversión de 40 millones de dólares.

Estiman que el retiro de los escombros, que serán trasladados al costado de la Usina Felipe Cardozo, llevará 60 días. Una vez que la tarea culmine, se comenzará a construir una guardería y una canchita de fútbol en la zona. Luego se hará una plaza pública y para después de setiembre está previsto el inicio de las obras de Antel Arena. La apertura se proyecta para abril de 2016.

¿Ya está?

Florencia, Lucas y Dilan, de 15, 18 y 15 años, respectivamente, manifestaron desilusión tras la implosión. “¡Fue muy rápida!”, dijeron, al tiempo que reconocieron que esperaban algo “más como en las películas”.

Un sentimiento similar tuvieron Tatiana y Katerin, de 22 y 26 años. “Me esperaba otra cosa, por lo menos que avisaran para poder grabar”, comentó Tatiana, quien dijo que las alarmas no habían sido lo suficientemente fuertes y se quedó sin imágenes propias. Luego se pusieron más reflexivas y dijeron que no era “justo” que tiraran el edificio, y sostuvieron que “va a ser raro pasar por acá y no verlo”.

El descontento avanzaba a medida que aumentaban las edades de los espectadores. Mario, de 72 años, contó con lágrimas en los ojos que él había participado en la construcción del edificio. Señaló que ayer fue al lugar para “ver morir a un amigo”. Criticó los aplausos de los jóvenes cuando se produjo la implosión y la celebración por parte de las autoridades. Algo similar cuestionó Beatriz, de 63 años. “Allá adentro las autoridades están comiendo y celebrando con nuestra plata mientras tiran abajo el Cilindro [...] ¡Es como enterrar a un amigo... más que un amigo!”. Tanto Beatriz como Ana María, otra espectadora, de 53 años, opinaron que el edificio podía haber sido restaurado o al menos parte de su estructura podía haber sido tenida en cuenta para el nuevo proyecto polifuncional. Esto último también fue considerado por arquitectos que participaron en el concurso para el proyecto de Antel Arena, que sostienen que no accedieron a ningún informe que determinara que la estructura corría peligro de derrumbe. También cuestionaron que no se haya hecho una muestra con los distintos proyectos, puesto que impulsaría un debate con la comunidad que podría enriquecer la futura obra.

Por su parte, tanto Arana como Eneida de León, presidenta de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, sostuvieron que la restauración no era viable. Ambos opinaron que el edificio ya contaba con “serios problemas” antes de que se produjera el incendio, y según De León, a partir de entonces el edificio “fue declarado ruinoso”. Recordó que la edificación original era provisoria pero desde 1956 quedó en pie, al tiempo que no había sido declarada Patrimonio. Asimismo, sostuvo que el proyecto Antel Arena será “muy bueno para Montevideo” porque beneficiará una “zona deprimida”.

Por su parte, Arana opinó que el Cilindro, desde el punto de vista constructivo, era “deslumbrante” en su idea pero no en la realización, puesto que era “un poco compleja”. Detalló que tenía importantes problemas acústicos y que por fuera era un poco “tosco”; sin embargo, en su interior se apreciaba una obra arquitectónica “singular”, que el arquitecto pudo apreciar con precisión los días en que estuvo allí detenido, cuando el recinto funcionó como cárcel desde el inicio de la dictadura hasta junio de 1976.