Desde el inicio de la diaria, su sección de humor ha sido objeto de confusiones o malentendidos. Durante varios años, sus noticias inventadas fueron publicadas en un recuadro llamado “El Faro del Final del Mundo”, que si bien no especificaba en forma explícita su intención humorística, utilizaba un diseño y una tipografía diferentes del resto de las páginas del medio como forma de diferenciarse. Aun así, y a pesar del clarísimo absurdo de muchas de sus publicaciones, la información que contenían fue asumida como cierta en más de una oportunidad.

En setiembre de 2006, el resumen de noticias del sitio en internet del Partido Nacional reprodujo una de esas notas, cuyo título era “El Partido Nacional busca la destitución de un portero de OSE”, una sátira a raíz de un pedido de esa agrupación política de destituir a Carlos Demassi, renombrado docente de Historia que, en el marco de un seminario para profesores y estudiantes, osó decir que Wilson Ferreira había llevado a su partido “a la catástrofe”. En esa oportunidad la confusión no llegó a mayores, algo que sí ocurrió en la siguiente, cuyo protagonista fue el diputado nacionalista José Carlos Cardoso.

En julio de 2009, Cardoso escribió un artículo en el que auguraba el fin de los depósitos bancarios extranjeros a partir de unas declaraciones del por entonces candidato José Mujica publicadas en la diaria, lo difundió a través del correo electrónico y el texto llegó al sitio en internet del semanario digital Patria, del Partido Nacional. Nadie cuestionó la información hasta que un periodista de El País se comunicó con la diaria para chequear que fuera correcta y descubrió que la supuesta frase de Mujica (“Los depósitos extranjeros en nuestro país tienen los días contados; se van a ir a la mierda cuando yo pronuncie mi primer discurso como presidente electo”) formaba parte de una de esas notas satíricas.

Consultado al respecto, Marcos Morón -responsable de la sección de humor- expresó que ya hace unos años que no ocurren confusiones como las relatadas, quizá porque adquirieron “cierta notoriedad” y eso provocó que “mucha gente entendiera que son en broma”. Más allá de los hechos anecdóticos, hay otras ocasiones en las que el resultado del chiste va más allá del malentendido y termina provocando molestias u ofensas.

Así ocurrió con una pastilla publicada en esa sección el martes 3 de junio, dos días después de las elecciones internas. Allí se presentó una lista titulada “Las cinco promesas uruguayas que nunca terminaron de explotar”, que incluía a la agrupación radical Fogoneros, Bethel Seregni, el músico Pájaro Canzani, la Fundación Gonchi Rodríguez y Graciela Bianchi. El texto que acompañaba la imagen de Bethel Seregni era el siguiente: “Cuando aún estaba fresco el recuerdo de las últimas corridas hacia la derecha de Liber Seregni, surgió una figura que parecía destinada a levantar la antorcha del General: su hija Bethel. Según Blanca Rodríguez, Bethel ya sonaba para los altos cenáculos de la política local y las listas al Senado. Pero los agujeritos existentes en su formación política y sus problemas a la hora de arengar a las masas destruyeron la atractiva promesa de nuevo liderazgo femenino con linaje incluido”.

Ese mismo día, el ingeniero Ariel Rodríguez Yánez se comunicó con la Defensoría para manifestar su molestia con lo publicado, considerándolo “una agresión injusta e incalificable”. Como allegado a Bethel Seregni desde hace varias décadas, el lector está al tanto de la delicada situación de salud que atraviesa desde hace un tiempo la hija del fundador del Frente Amplio. Esta circunstancia era ignorada, tanto por los colaboradores de la sección como por su responsable, quien explica que de haber estado al tanto habría optado por no hacer referencia a la señora Seregni, ya que mantiene cierta política respecto a no hacer humor sobre personas que estén enfermas de gravedad o hayan fallecido recientemente.

El debate sobre los límites del humor es tan eterno como interminable, y no es la intención de esta columna entrar en ese terreno, al menos esta vez. Lo que se pretende es comunicar a los lectores algunas de las pautas que se manejan en ciertas ocasiones y este reclamo resultó válido para hacerlo. Según Morón, “los márgenes son muy difusos”, por lo que la decisión de hacer o no humor con algo se basa más en la sensibilidad personal que en un criterio preestablecido. Los factores que evalúa Morón están más relacionados con “la cercanía temporal o geográfica”, ya que se procura “no dañar innecesariamente a los lectores o a los involucrados en el chiste”, pero se define en cada caso específico.

Aclarado este punto, si bien la ignorancia de la situación no exime de responsabilidad pero puede justificarla en parte, desde esta columna se ofrecen las disculpas del caso a quienes pueden haberse sentido afectados por una broma más allá de la intención de su autor.

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