Jorge Bergoglio se reunió ayer con víctimas de abusos sexuales cometidos por integrantes del clero en lo que fue el primer encuentro de este tipo en la historia del Vaticano. Además, consideró que la Iglesia Católica cometió “pecados de omisión”, y que sus invitados fueron víctimas de “crímenes graves”, por los que pidió “humildemente perdón”.

Admitió que los líderes de la Iglesia “no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso”. Las personas a las que recibió ayer el papa son tres hombres y tres mujeres, dos alemanes, dos ingleses y dos irlandeses, que llegaron el domingo a Ciudad del Vaticano. Ese mismo día vieron al papa y ayer de mañana asistieron a una misa celebrada por Bergoglio en su residencia, la Casa de Santa Marta.

De acuerdo con el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, citado por la agencia de noticias Efe, su sermón fue “duro, denso y muy significativo”. En éste, Francisco condenó estos “crímenes que tanto sufrimiento han causado” a las víctimas y a sus familias, y dijo que “los pecados de abuso sexual de menores por parte del clero tienen un efecto virulento en la fe y en la esperanza en Dios”.

“Muchos de los que han sufrido esta experiencia han buscado paliativos por el camino de la adicción. Otros han experimentado trastornos en las relaciones con padres, cónyuges e hijos”, dijo. “Tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no tiene explicación, hasta que alguien sintió que Jesús miraba”, agregó, según la agencia de noticias Reuters.

Después de la misa, el papa se reunió en privado con cada una de las víctimas durante media hora, junto con un intérprete. “Pido la gracia de que la Iglesia llore y repare por sus hijos e hijas que han traicionado su misión, que han abusado de personas inocentes”, dijo luego, según una transcripción del Vaticano.