Integrantes de la academia, de instituciones públicas y de organizaciones de Uruguay junto a expertos extranjeros participan desde ayer en el Primer Simposio Internacional sobre Uso Problemático de Alcohol, organizado por la Junta Nacional de Drogas (JND) y la Unidad de Trastornos Relacionados con el Alcohol de la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Se desarrolla hasta hoy en la Torre de las Telecomunicaciones.

Sin tiempo

El proyecto de ley fue catalogado por el Frente Amplio (FA) como una de las prioridades legislativas de 2014. Pero su aprobación está en cuestión, según los diputados que integran la Comisión de Drogas y Adicciones. Julio Bango (FA) dijo a la diaria que la bancada oficialista quiere hacerle cambios y que se evaluaba si era conveniente hacerlos antes del 15 de setiembre, cuando finalizan las sesiones ordinarias de esta legislatura. “No veo mucha chance de que pueda salir en este período”, reconoció. Sebastián Sabini (FA) aportó que una de las diferencias alude al consumo en espacios públicos, algo que les correspondería determinar a las intendencias, ya que los casos de desbordes por consumo ya están contemplados en la Ley de Faltas. “Siendo realistas, no vamos a llegar”, admitió.

La oposición cuestiona la creación de la Unidad Reguladora de Bebidas Alcohólicas, que dependería de Presidencia y estaría encargada de otorgar licencias de distribución y comercialización, y de aplicar las sanciones. De todas formas, en términos generales ve favorablemente el proyecto, dijeron Martha Montaner (Partido Colorado), Pablo Iturralde (Partido Nacional) y Daniel Radío (Partido Independiente). Tanto Bango como Iturralde expresaron que el proyecto llegó tarde del Poder Ejecutivo y que lo esperaron más de un año.

En la apertura, Stella Bocchino, directora de la Cátedra de Psiquiatría, Ariel Montalbán, director del Programa de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, y Julio Calzada, secretario general de la JND, coincidieron en catalogar el consumo problemático de alcohol como un problema sanitario y social. Los técnicos dimensionaron su relevancia al nombrar la incidencia en el alto índice de suicidios, la siniestralidad vial y los homicidios.

En diálogo con la prensa, Calzada expresó que hay alrededor de 250.000 usuarios problemáticos de alcohol de entre 15 y 64 años, y cerca de 60.000 adictos. Preocupa la edad en que se empieza a consumir, en el entorno de los 12,8 años, y la frecuencia con la que los adolescentes tienen intoxicaciones agudas. Calzada negó que sea un problema de los adolescentes, dijo que es un tema de “la cultura uruguaya”, que considera que el alcohol es una sustancia inocua, cuando no lo es.

Calzada apuesta a la aprobación del proyecto de ley de regulación del consumo, distribución y expendio de bebidas alcohólicas que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento en julio de 2013. Opinó que la normativa actual es muy dispersa e intervienen en ella muchos actores. El referente de la JND expresó que la Comisión de Drogas y Adicciones de la Cámara de Diputados terminó de recibir a las diferentes delegaciones y que resta la discusión en el pleno de la cámara (ver recuadro).

El coordinador del Observatorio Uruguayo de Drogas, Héctor Suárez, fue un poco más duro. Dijo que el proyecto “recogió mucha evidencia científica respecto de lo que había que hacer, pero lamentablemente los tiempos políticos no son los tiempos que requiere el sistema sanitario”, y afirmó que “seguramente no se vote en esta instancia, lo cual, después de un año y medio de trabajo, es una frustración”.

Suárez expresó que “hay una tolerancia muy grande respecto del consumo y una permisibilidad respecto del consumo abusivo” y que, a diferencia de lo que ocurre con otras drogas, sólo 5% de las personas con signos de dependencia alcohólica han consultado a un especialista.

Suárez dijo que los estudios regionales muestran que Uruguay, junto con Colombia, son los dos países con mayor consumo de alcohol por parte de los adolescentes. Señaló que en 2007 uno de cada cuatro estudiantes de enseñanza media abusaba del consumo de alcohol los fines de semana, y que en 2011 eso pasó a ocurrir con uno de cada tres. Advirtió que cuanto antes se inicia el consumo, mayores posibilidades habrá de generar dependencia. Aseguró que 50,4% de los padres tolera que sus hijos de 13, 14, 15 años tomen bebidas alcohólicas.

Expresó que se toma para alterar la conciencia, para desinhibirse, y que eso explica el aumento del consumo de bebidas destiladas, que generan ese efecto con más rapidez; indicó que la situación se agrava porque ahora los adolescentes toman energizantes para no dormirse, y de ese modo, terminan bebiendo aun más.

Gerardo Barrios, presidente de la Unidad Nacional de Seguridad Vial, también participó en la jornada. Detalló que en 2007 26% de las espirometrías en siniestros de tránsito eran positivas (a partir de 0,8 gramos de alcohol por litro en sangre, que era lo permitido) y que hoy se está en 6% (con una graduación de 0,3). Barrios remarcó que hubo un cambio cultural importante y que hoy se entiende que no está bien manejar si se consumió alcohol. Añadió: “Hay gente que sólo entiende el idioma de la sanción. De hecho, en la base de datos que tenemos en todo el país, hay 13.000 conductores que están inhabilitados de conducir por haber sido encontrados con espirometrías positivas”.