El movimiento estudiantil y el PIT-CNT convocaron a una marcha y posterior acto hasta el Palacio Legislativo, durante la votación de los incisos de la Ley de Presupuesto referidos a los organismos de la educación. Mientras la Cámara de Representantes llevaba adelante su largo debate, los gremios estudiantiles y la central sindical convocaron a la primera movilización grande después del episodio del desalojo del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública. De hecho, la seguridad de la marcha, principalmente provista por el PIT-CNT, fue abundante.
La procedencia política de quienes asistieron a la marcha fue variada y se podía ver a dirigentes estudiantiles y sindicales, varios de ellos pertenecientes al Partido Comunista, y a otras figuras vinculadas al Frente Amplio, como el ex ministro Daniel Olesker, así como a la militante de Plenaria Memoria y Justicia Irma Leites y otros grupos críticos con el partido de gobierno.
Esas diferencias quedaron a la vista cuando la marcha arribó a su destino, un escenario que esperaba por Avenida del Libertador, a una cuadra del Palacio Legislativo. Varios manifestantes, entre ellos Leites, decidieron seguir de largo hasta las escalinatas del Palacio, donde esperaba un vallado y varios efectivos de la Guardia Republicana. Consultada por la diaria, Leites dijo que tomaron esa decisión porque “lo que se estaba definiendo estaba de ese lado”, en referencia al debate parlamentario.
Mientras el orador del PIT-CNT, Federico Barrios, que integra el secretariado de la organización, hablaba al público sobre la necesidad de “unidad” en el movimiento social, varios manifestantes se dirigían a las escalinatas del Palacio y tildaban de “alcahuetes” a los representantes del PIT-CNT. Uno de ellos fue empujado y retirado por varios integrantes de la seguridad del acto.
Durante el acto, el movimiento estudiantil criticó al gobierno y cuestionó especialmente dos artículos del Presupuesto: el 619, que plantea que si los gremios no firman el acuerdo salarial el gobierno puede redirigir los rubros destinados a aumentos de salarios; y el 49, que consigna la posibilidad de establecer compromisos de gestión a los funcionarios, y para los estudiantes eso restringe la autonomía de las instituciones de enseñanza.
En dos
Entre los espectadores estaban el secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, que se excusó de hacer declaraciones, y el diputado comunista Óscar Andrade, que explicó a la diaria que se encontraba de licencia porque mantuvo reuniones con algunas organizaciones por el tratamiento de otros puntos del Presupuesto. El secretario general del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos, Daniel Diverio, dijo que fue una marcha “tranquila” y que la responsabilidad de la organización no llegaba hasta lo que ocurriera en las escalinatas del Palacio.
Según pudo saber la diaria, en algunos sectores del movimiento estudiantil existió molestia con la actitud de la central sindical, porque se había acordado colocar el escenario más cerca del Palacio Legislativo y porque sostienen que el PIT-CNT aportó principalmente fuerzas de autodefensa y no manifestantes.
Previo a la manifestación, hubo gremios de estudiantes, como el del Liceo Miranda, que convocaron a no participar en la marcha pero concurrir al Palacio a su término. El gremio de ese centro de estudio emitió una declaración en la que afirma que el PIT-CNT dio “nula relevancia” a la lucha por el 6% del Producto Interno Bruto para la educación, en particular ante los pedidos de la realización de un paro general de 24 horas por esa causa. También acusa a la central de mediar “falsamente” y a favor del gobierno en el conflicto que se suscitó a raíz de la declaración de esencialidad, y de haber tenido un “nulo compromiso” con la ocupación del Codicen y el posterior desalojo del edificio. A esto se suma la “creencia” del PIT-CNT de que las organizaciones sociales que estuvieron en el lugar lo hicieron por motivos políticos.
El gremio no convocó a la marcha, sostiene, por las intenciones “vende humo” de la central sindical, y considera que la marcha se encargó de “usar” a los estudiantes “para mostrar cierta conciliación entre los involucrados en el conflicto”, algo “totalmente fuera de la órbita de la realidad”.