En el marco de un homenaje a Carlos Maggi, con lectura de pasajes de sus piezas teatrales y proyección de un video, el sábado se llevó a cabo la entrega de los premios Bartolomé Hidalgo, otorgados por la Cámara Uruguaya del Libro.

La distinguida como revelación fue Andrea Di Candia por su primera novela, La partida (Banda Oriental), que el año pasado había recibido el segundo premio en la categoría narrativa inédita del Premio Anual de Literatura, entregado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). El jurado de narrativa (José Gabriel Lagos, Rosario Peyrou y Alicia Torres) premió a Como si fuera poco, de Roberto Appratto (Irrupciones Grupo Editor), para quien 2014 fue un año intenso en el que publicó cuatro obras: Poesía, Sin palabras, Como si fuera poco y el libro de teoría La ficcionalidad en el discurso literario y en el fílmico.

Como si fuera poco es una novela de 2005 que por distintas razones había quedado archivada hasta que la retomó en 2012 para corregirla y modificarla. “Le agregué muchas cosas y casi que la volví a escribir. Fue como si el trabajo teórico de La ficcionalidad... me hubiera sido útil también para reflexionar sobre lo que es esa escritura biográfica narrativa, que ya tiene más de 20 años -desde Íntima (1993)-”, dijo. Es la cuarta novela de una serie vertebrada por la autoficción, y el autor de 18 y Yaguarón adelantó que ya “hay dos trabajos más, que no son propiamente narrativos, pero sí reflexivos y en primera persona”, al igual que las otras. Appratto definió esta obra como una narrativa del yo, “autobiográfica, en la que tomé lo que podría haber de ficción en mi propia realidad, que es lo que vengo haciendo cada vez más, y que tampoco escapa a cierta escritura poética, que, en definitiva, es lo que soy”.

Apuntó que es la primera vez que se distingue a un libro de estas características. “Si uno piensa en la literatura uruguaya -no así en la argentina-, no encuentra una tradición de lo autoficcional o lo autobiográfico en el estatuto de lo literario. Por eso me sentí reconocido, y consideré que, indirectamente, también fue un premio a toda mi trayectoria”, comentó. Además, considera que esta premiación legitima tanto como si fuera un premio del MEC -como los que recibió en 1998 y 2002- o de la Intendencia de Montevideo -como los que obtuvo en 2007 y 2011-, o “tal vez más, sobre todo porque los institucionales no tienen ninguna repercusión social”. Hoy a las 19.00 Appratto participará en la Feria Internacional del Libro, en el el café literario organizado por el Museo de Arte Precolombino e Indígena, En otras palabras: Sacbé. Camino blanco, donde leerá junto a Mercedes Estramil y Ana Luisa Valdés.

Este año se incorporó una nueva categoría a los premios: el primer ganador de un Bartolomé Hidalgo en relato gráfico fue Luis Ernesto Tunda Prada con Siete historias (Almacén), seleccionado por Matías Bergara, Antonio Dabezies y Milton Fornaro. En Ensayo político o periodístico, Daniel Chasquetti, Jaime Clara y Adolfo Garcé distinguieron a Las cartas contra el pecho. El regreso de Wilson, de Gerardo Sotelo (Planeta).

En poesía, Jorge Arbeleche, Rafael Courtoisie y Hugo Achugar otorgaron el premio a la reconocida poeta Circe Maia por Dualidades (Rebeca Linke), mientras que en ensayo de historia nacional Mario Dotta, Ana Frega y Ana Ribeiro eligieron a Una historia silenciada. Presencia y acción del falangismo en Uruguay, de Carlos Zubillaga (Cruz del Sur). En literatura infantil, Dinorah López, Sylvia Puentes de Oyenard y Dinorah Polakof galardonaron a Tatuajes rojos, de Federico Ivanier (Criatura editora); y en libro álbum infantil el ganador fue Chiche, mi ovejero, de Susana Aliano, con ilustraciones de Mauricio Marra (¡Más Pimienta!).