La parada de Montevideo no fue fácil para Uber. La empresa, que inició su viaje en 2010 en California, Estados Unidos, abrió el viernes una convocatoria para aspirantes a chofer en Montevideo, y ya se anotaron 3.500 personas. El sistema funciona así: el usuario descarga una aplicación en su celular, crea una cuenta y la sincroniza con su tarjeta de crédito; Uber localiza por GPS al coche más cercano y, terminado el viaje, se debita el precio de la cuenta del pasajero. Un punto fundamental diferencia a esta aplicación de EasyTaxi: cualquiera puede ser chofer, aunque no tenga libreta profesional, y sin firmar ningún contrato.

Hace por lo menos dos años que desde el Centro de Propietarios de Automóviles con Taxímetro del Uruguay (CPATU) se alerta sobre este tipo de tecnologías, que ven como amenazas a su actividad. En junio de este año, la gremial suspendió a varios taxistas por utilizar EasyTaxi y recibió una multa de 310.000 pesos por parte de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia. Pero ahora parten de CPATU las quejas sobre competencia desleal: “Uber pretende depredar la actividad del transporte”, se quejó su presidente, Óscar Dourado, el martes en El Espectador. Para el dirigente, empresas como Uber, PedidosYa y Woow se quedan con porcentajes de ventas pero “no ponen nada”.

Otras organizaciones se sumaron a las críticas. La mesa directiva de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (UNOTT), que no suele coincidir con la patronal, difundió ayer un comunicado que reclama un mayor papel del Estado en el sistema de transporte y exige que la nueva empresa cumpla con las mismas normativas que el resto o que, de lo contrario, se prohíba el uso de la aplicación. Es que Uber no se define como una empresa de transporte, sino de servicios informáticos, porque técnicamente su función es contactar pasajeros y conductores que trabajan en régimen de monotributistas y manejan sus propios autos.

Manejate

Al entrar en la versión local de la página web de la empresa (drive.uber.com/uruguay) se encuentra el logo “El conductor privado de todos”, y un botón invita a registrarse como chofer. Aceptar las condiciones incluye autorizar a Operaciones Rasier BV, la empresa que selecciona al personal, a “consultar y obtener información de cualquier fuente legítima y legal”, lo que incluye la verificación de antecedentes penales. La web pide agregar fotos de la licencia de conducir, la cédula, el seguro de responsabilidad civil, la libreta de propiedad y el auto, que debe estar “en perfectas condiciones” y “sin daños visibles”, tener al menos cuatro puertas, ser de un modelo no anterior a 2008 y tener un motor superior a los 1.200 centímetros cúbicos. Si el postulante supera esta primera serie de filtros, pasa a una capacitación presencial. Hoy habrá dos en el hotel Viewpoint, una a las 10.00 y otra a las 14.00.

Las recomendaciones incluyen abrir la puerta, consultar al pasajero por su ruta preferida, ofrecer golosinas y contemplar sus preferencias en cuanto al volumen y el tipo de música de la radio. Los coches no estarán visiblemente identificados, pero la aplicación guarda un registro de los datos personales de los conductores y ofrece la posibilidad de calificarlos: los que tengan peores puntajes serán dados de baja.

Según fuentes vinculadas a la empresa, la tarifa se calcula de forma similar a la de los taxis, o sea, en base a una bajada de bandera, el tiempo y la distancia. El conductor se queda con 75% del precio del viaje, que se deposita en su cuenta bancaria. No está permitido cobrar en efectivo ni con tarjeta de crédito, ni tampoco aceptar propina.

En el resto del mundo, viajar en autos de Uber es entre 15% y 20% más barato que usar un taxi tradicional. La explicación radica en que la empresa se ahorra el costo de la habilitación de taxi de la Intendencia de Montevideo (IM) -entre 80.000 y 100.000 dólares- y los aportes en seguridad social, que corren por cuenta de los conductores.

La llegada de Uber tampoco agradó al Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas (SUATT), que hoy difundirá un comunicado de prensa al respecto. Según adelantó el dirigente Carlos Silva, la llegada de esta empresa es responsabilidad directa de la IM y de la patronal, que hace seis años dejaron de convocar un ámbito tripartito en el que se discutía la reglamentación del transporte en la capital. “Quedó en evidencia lo que venimos sosteniendo hace tiempo: que en la organización de nuestro trabajo hay vacíos municipales evidentes”, dijo Silva a la diaria. Desde el SUATT creen que permitir la circulación de choferes con libreta general va en contra de los avances por profesionalizar el sector. “Los taxistas tenemos que tener un conocimiento de la ciudad, del auto, de dónde están los hospitales y las comisarías; un montón de requisitos que hacen al oficio”, justifica Silva. ¿Habrá interés por migrar a Uber entre los casi 7.000 taxistas de Montevideo? El sindicalista dice que, al menos, se generó curiosidad.

Cartel de pare

Abogados de la comuna de la capital están analizando el tema “en detalle”, dijeron a la diaria fuentes departamentales, y la semana que viene habrá reuniones con representantes de Uber. De todas formas, el intendente, Daniel Martínez, se pronunció sobre el tema el martes en la sede del PIT-CNT: “No puede haber un sistema de transporte que esté por fuera de la regulación y el control de la IM”.

Por ahora, Uber inició la búsqueda de choferes sólo en Montevideo, pero, por las dudas, la Dirección General de Tránsito y Transporte de la Intendencia de Canelones se pronunció ayer en un comunicado que declara “preocupación” por el sistema de transporte y las fuentes de trabajo de taxis, ómnibus y remises. El texto amenaza con multas y retiro de matrículas en caso de que la empresa no se ajuste a las reglamentaciones departamentales.

Por ahora, la Asociación Nacional de Consumidores por la Seguridad Vial (Ancosev) es la única voz a favor de Uber. La asociación civil, que desde su creación en 2014 estudia temas de tránsito desde la perspectiva de los pasajeros, publicó ayer en su sitio web un editorial que señala los “efectos perjudiciales” del sistema actual de transporte y critica las limitaciones a la libre competencia que impone la IM con respaldo de la UNOTT y el SUATT. La Ancosev valora que los autos vinculados a Uber vayan a prescindir de la mampara (ya que no habrá intercambio de efectivo), que entienden como “un elemento contrario a todas las normas de seguridad vial”, y cuestionan la falta de medidas de seguridad destinadas a los niños en los taxis.

“Los gobiernos no están preparados para la economía colaborativa”, es la respuesta que los representantes de Uber dieron en las charlas de capacitación de esta semana. En julio, el gobierno mexicano dispuso un impuesto de 1,5% de las ganancias para la empresa. El mismo mes, taximetristas de Río de Janeiro bloquearon rutas a la hora pico de la mañana para presionar al gobierno; la presidenta, Dilma Rousseff declaró que Uber “le quita trabajo a la gente” y dio libertad a los gobiernos de las ciudades para aprobar o prohibir el uso de la aplicación. No va a ser un viaje tranquilo.