“Nos aprestamos a hacer una evaluación de la situación y a hacer un reparo económico”, declaró anoche el presidente Tabaré Vázquez a Telemundo. Anunció que en conjunto con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Congreso de Intendentes se discutirá “cómo debemos distribuir los recursos que se necesitan” para reparar los daños, en particular en las viviendas.

Así como Vázquez, los referentes de Rivera, Salto, Artigas y Paysandú con los que dialogó la diaria, al igual que el director superior del Sistema Nacional de Emergencia (Sinae), Juan Andrés Roballo, resaltaron la colaboración que hubo entre el sistema y las intendencias, la Policía, la Dirección de Bomberos, el Ejército, los diferentes ministerios, instituciones educativas y sociales donde fueron alojados los evacuados, brindando apoyo desde el comienzo de las inundaciones: en el traslado de personas y de bienes, pero también en la asistencia de salud y alimenticia, y ahora en el despliegue de estrategias para reparar las pérdidas.

El impacto de estas abundantes lluvias, que se atribuyen al fenómeno climatológico de El Niño, es regional. Según datos de la agencia Efe, había ayer cerca de 8.000 evacuados en Brasil, más de 20.000 en Argentina y han sido entre 70.000 y 90.000 los evacuados en Paraguay.

Volviendo

Rivera llegó a tener 101 personas evacuadas y 950 autoevacuadas, debido a la crecida del arroyo Cuñapirú, explicó a la diaria Gustavo Guedes, coordinador del Centro Coordinador de Emergencia Departamental (Cecoed) del departamento. Ayer de tarde Guedes se encontraba en el barrio Larraca de la capital riverense, acompañado por representantes de la Agencia Adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), para entregar kits de higiene personal y de limpieza a 81 familias que estaban retornando a sus hogares. Los representantes de ADRA también habían recorrido Artigas, Salto y Paysandú.

Colchones, pañales, alimentos secos, ropa de cama y repelente son los principales artículos que se necesitan. También se necesitan muebles y electrodomésticos, dijo Guedes, quien mencionó la imagen de muebles destrozados que quedaron en las veredas, luego de que el agua se retiró.

También en Artigas volvían a sus casas. El intendente Pablo Caram explicó a la diaria que algunos no estaban respetando los códigos; “la gente se apura” comentó, y remarcó la importancia de que vuelvan después de que la División de Arquitectura confirme que la estructura edilicia está apta. Comentó que se cayeron viviendas y que muchas quedaron en malas condiciones: 1.200 quedaron bajo agua, contó, remarcando que la crecida del río Cuareim fue “la más grande de la historia”.

Quienes no puedan regresar se quedarán por ahora en alojamientos mientras se busca llegar a soluciones definitivas “a la brevedad”, dijo. En paralelo se trabaja en salubridad e higiene, con el reparto de hipoclorito. La situación sigue siendo complicada en Bella Unión, donde no ha bajado el río Uruguay.

En conferencia de prensa, el intendente de Salto, Andrés Lima, contabilizó el desplazamiento de 642 familias de sus hogares. Anunció que el río Uruguay estaba alcanzando ayer el pico de la creciente, con 16,50 metros de altura, y que si no ocurrieran lluvias en la región a partir del 4 o 5 de enero el río “tendría que comenzar a bajar”.

Una situación similar esperaba Paysandú, según transmitió a la diaria Marco García, coordinador del Cecoed sanducero. García habló también de la coordinación interinstitucional, que llevó luz y agua potable a los campamentos de personas autoevacuadas, y del apoyo de camionetas del gobierno nacional y departamental, pero también de la ayuda brindada por empresas, entes, sindicatos y organizaciones sociales.

Pérdidas productivas

Los daños en caminería son muy importantes, dijeron a la diaria los intendentes de Salto y Artigas. A nivel productivo, Caram mencionó la pérdida de 1.500 hectáreas de arroz, lo que ronda diez millones de dólares. Dijo, además, que se perderá cerca de 70% de la cosecha de uva en Tomás Gomensoro y que los ganaderos perdieron alambrados y animales. Cayeron cientos de árboles en espacios públicos y muros del estadio Matías González.

Lima mencionó las pérdidas de invernáculos por vientos en el “cordón hortifrutícola” que bordea la ciudad de Salto y anunció que las gremiales de productores hortifrutícolas “firmaron una nota pidiendo la declaración de emergencia para obtener algún tipo de indemnización económica, sobre todo para los pequeños productores”. Han caído las reservas en las termas del Daymán y el Arapey, y obviamente está frenado el turismo de río, como ocurre en todo el litoral.

En diálogo con la diaria, Roballo comentó que “el gobierno nacional está analizando la necesidad de dar apoyo especial para todas estas situaciones”. Enumeró los problemas que enfrentan los areneros y ladrilleros de Artigas, que “quedaron complicados porque perdieron los núcleos productivos, se los llevó el agua”. Detalló que con la OPP y el MEF no sólo se está evaluando el arreglo de caminería: “Estamos hablando de cuestiones de fondo, porque queda afectada la posibilidad de trabajar” de muchas personas, remarcó Roballo.

El jerarca destacó el trabajo previo de coordinación que estaban realizando el Sinae y cada Cecoed, que permitió que desde el primer día se desplegara el apoyo. “El gobierno nacional y departamental ha estado al lado de las personas desde que empezó a llover, y, de alguna manera, se han podido minimizar los riesgos”, consideró. En diálogo con Subrayado, Vázquez pidió que no se utilice a las personas desplazadas “con fines electorales” y saludó la colaboración del senador Jorge Larrañaga (Partido Nacional), a quien convocó para colaborar con el Sinae. La primera referencia era para legisladores del otro sector nacionalista, Todos hacia Adelante, como Javier García, que cuestionaron que el gobierno nacional estuviera “ausente” ante esta situación.