Por inconveniencia, falta de oportunidad o de apoyo político, y también porque, en ocasiones, el presidente José Mujica no creía en las propuestas, hubo pautas del programa oficialista que no pudieron ser llevadas a cabo.

La convocatoria a una Convención Nacional Constituyente “en el primer año de gobierno”, una práctica que sólo se realizó una vez en los casi 200 años de historia uruguaya, fue una de las tantas iniciativas que no prosperaron. El tema comenzó a tomar cierto impulso recién a partir del segundo año de gobierno, en 2011, con el apoyo de sectores como el Partido Comunista y del Movimiento de Participación Popular, principalmente mediante la senadora Lucía Topolansky, quien proponía, por ejemplo, pasar de un sistema legislativo bicameral a otro unicameral. La idea finalmente fue digerida por el propio aparato burocrático del FA. En 2012 se conformó una comisión para avanzar en los contenidos que debía tener la reforma constitucional (el programa del FA ya establecía algunas propuestas) y los posibles mecanismos para implementarla. La propuesta nunca tuvo el impulso del vicepresidente Danilo Astori, que no consideraba que la idea estuviera entre las “necesidades fundamentales” del país. Entre reunión y reunión, el trabajo de la comisión terminó dilatándose. El tema finalmente no fue incluido en los lineamientos programáticos que el FA presentó en las últimas elecciones. La comisión retomará su trabajo este año.

El programa del FA también aseguraba la creación de un “ente estatal del mar”, que incluiría puntos como una “flota nacional, control del ‘empadronamiento de buques’, adecuación y utilización del astillero de la Armada”. El astillero de la Armada consiguió su repunte, pero la flota nacional de pesca, tan ansiada por el senador comunista Eduardo Lorier, no tuvo la misma suerte. El proyecto de Ley de Presupuesto enviado al Parlamento en 2010 no incluyó ni el ente del mar ni la flota pesquera; tampoco el frigorífico nacional, otra idea comprendida en el programa que nunca contó con el apoyo de Mujica.

A nivel de relaciones internacionales, el programa del FA también consideraba “necesario avanzar” a “la integración hacia la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América [ALBA]”, como “alternativa” a los “procesos panamericanistas del Área de Libre Comercio de las Américas o los planteos de los tratados de libre comercio”. Uruguay se mantuvo durante el período como miembro observador del ALBA, aunque también hizo lo mismo con la Alianza del Pacífico en 2012, un organismo que no es de afinidad ideológica con el bloque bolivariano.

Innovación + Desarrollo

Ya es casi un lugar común: lo que puso a Uruguay en la mira del mundo fue, además de la figura de su presidente, la aprobación de leyes avanzadas en relación a la denominada “agenda de derechos”: la ley de matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la regulación del mercado de la marihuana. Esta última medida, que será implementada casi en su totalidad por el gobierno que asume este domingo, pudo concretarse a raíz del impulso de las organizaciones vinculadas a la temática y de jerarcas de gobierno que creían en la necesidad de un paradigma distinto para pensar el problema de las drogas. Si bien el programa del FA no hacía mención a la medida, el programa de los jóvenes de la coalición de izquierda reclamaba que la anterior legislación permitía el consumo pero para comprar se debía incurrir en la ilegalidad.

La integración regional fue uno de los aspectos en que más hizo hincapié su administración, en particular la cancillería conducida por Luis Almagro. En materia de logros, hubo luces y sombras. En el plano político se destaca la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en 2011, que supuso la instalación de un ámbito para dirimir diferencias antes inexistente que posibilitó, por ejemplo, reducir tensiones entre Colombia y Venezuela. En cambio, el Mercosur no logró avances sustantivos. En el programa del FA para el período 2010-2015 se señala que se buscará en el ámbito del Mercosur “fijar un cronograma a efectos de restablecer lo más rápidamente posible la disciplina del Arancel Externo Común [AEC], eliminar el doble cobro, aprobar el Código Aduanero y la plena vigencia de la libre circulación de bienes entre los países del bloque”. Hubo un acuerdo presidencial para la eliminación del doble cobro del AEC y la aprobación de un Código Aduanero del Mercosur, pero ninguna de estas medidas fue implementada. En cuanto a la libre circulación de bienes, el propio Mujica cuestionó en los últimos días nuevamente el proteccionismo del gobierno de Cristina Fernández. Con Brasil sí hubo avances concretos y significativos a nivel bilateral, que se plasmaron institucionalmente en la conformación del Grupo de Alto Nivel y se tradujeron en resultados concretos; por ejemplo, la eliminación de controles adicionales para el ingreso de más de 90% de los productos uruguayos.

En el tintero

El programa frenteamplista visualizaba un futuro diferente para AFE: “Se reactivará y se desarrollará como principal medio de transporte manteniendo el Estado la gestión y la mayoría del capital”. A juzgar por el volumen de cargas, 2014 fue el cuarto peor año en la historia del ente desde que existen registros, lo que implicó incluso una baja de 129.721 toneladas respecto de 2013 (13% menos), según destacó Búsqueda.

En cuanto a la vivienda, el déficit calculado en 2014, según datos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, es de 50.000 viviendas, cuando en 2011, según la ministra de aquel entonces, Graciela Muslera, alcanzaba las 65.000. El programa del FA establecía la “utilización del stock existente en todo el país” y la posibilidad de manejar instrumentos como “gravámenes a su abandono”. El diputado Alfredo Asti presentó un proyecto de ley para esos fines, pero su iniciativa no consiguió aprobarse.

La novedad principal de Mujica pasó por un proyecto con sello propio y para el cual donó cerca de 400.000 dólares: el Plan Juntos. Logró concretar unas 1.500 soluciones habitacionales, tiene otras 1.000 en proceso y un futuro cambio de institucionalidad, ya que pasará al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

Siga así

Es probable que la política energética haya sido uno de los puntos más fuertes del gobierno. El programa establecía como prioridad una mayor diversificación de la matriz energética preferentemente con energías renovables. Durante el gobierno de Mujica, el porcentaje de energía renovable de la matriz energética pasó de 49% a 55%.

El programa del FA también pregonaba la necesidad de “definir políticas e instrumentos tendientes a una expansión de las prácticas cooperativas y modelos de la economía social”. Mujica creó una herramienta específica para ello: el Fondo de Desarrollo, que se estableció por decreto y contribuyó a financiar 14 emprendimientos autogestionados.

En materia de medios de comunicación, el programa del FA señalaba la necesidad de “continuar en la construcción de un marco regulatorio adecuado en materia de adjudicación de frecuencias de radio y TV”. La traducción normativa de este propósito puede sintetizarse en la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) y en el proceso de asignación de nuevos canales de televisión digital.