Trota lento rumbo a la mitad de la cancha. Levanta los dos dedos índice y mira al cielo. Sus pasos son iguales a los de un goleador en su tarde redonda, sus gestos parecen señales de agradecimiento. Cristian Palacios acababa de convertir su tercer gol de la tarde y la tribuna de Juventud de Las Piedras, loca de la vida. Él no lo sabía, apenas si disfrutaba el presente, pero los resultados en las demás canchas de Primera División lo pusieron en el sexto puesto de la Tabla Anual y peleará, en las dos jornadas que quedan, por clasificarse a la Copa Sudamericana. Además, en esto de que las matemáticas importan, la cuenta le da para ilusionarse con el Clausura, y entonces, hasta con la posibilidad de llegar a la Libertadores. Acaso ambas cosas circunstanciales, no despreciables, demuestran que haber dado la batalla en la lucha más importante que tenía da resultados: llegó a los 75 puntos en la tabla del descenso y se salvó. Eso festejó la tribuna al canto de “¡Soy del Juven, del Juven soy yo!”. La vereda de enfrente fue la otra cara de la moneda. El viejo Rampla sufre, y el yugo de los puntos lo tiene acorralado entre la A y la B. Desmoralizado tras perder en el clásico de la villa el fin de semana, tras la nueva derrota de ayer quedó bastante comprometido. La esperanza serán los puntos dobles que pueda conseguir. Claro, el tiempo pasa y tiene que sumar.

Casi un tiempo y medio pasó hasta que se destapó el grito de gol. Gastón Puerari, de gran nivel ayer, asistió con un centro a Palacios y el goleador la mandó a guardar de cabeza: 1-0. Enseguida se perdió el segundo, pero cinco minutos más tarde tuvo la revancha: se internó en el área y el arquero Bernardo Long lo enganchó con sus piernas. Penal y gol es gol: 2-0. El tercero también fue obra de Palacios: se escapó por la izquierda, acomodó el cuerpo para definir con la derecha y la tiró cruzada, inatajable, como cuando pega en el interior de la red del costado. Al final, a la pelota, testigo de todo, se la llevó con mimos bajo el brazo. Palacios, que hace goles en todos los equipos que le dan confianza, llegó a 13 tantos y es el goleador del Clausura.

Rampla apenas descontó en la hora con cabezazo del argentino Orlando Muriel; muy tarde para sus pretensiones. No hizo un buen partido, ésa es la conclusión. El querer de Mauro Vila no fue suficiente, por lo que Richard Núñez entró en la segunda parte. Apenas Diego Galo y su empuje se salvaron en un juego de discreto para abajo. Y abajo lucha: tiene 60 puntos en el descenso y está a ocho del que hoy se estaría salvando, Cerro. En la próxima etapa debe viajar al norte para enfrentar al descendido Tacuarembó. La última, la fatídica, será contra Defensor Sporting.