El bohemio empató 2-2 ayer de tarde, en la revancha de la semifinal, con Río Negro de San José y se clasificó para definir el máximo torneo de clubes del interior, por puntos, tras haber ganado el encuentro de ida en Artigas 3-0. En un partido en el que el protagonista fue el local, el club de la frontera tuvo en su arquero, Fabiano Mazzini, a la figura clave; gracias a varias tapadas providenciales del 1, Wanderers pudo aguantar el cero en su arco cuando Río Negro apretó con todo. Fue en la segunda mitad que los artiguenses consiguieron abrir el marcador, tras un centro al área. En esa instancia prácticamente decidieron la serie. Quiso el milrayitas, que logró adelantarse 2-1, pero el tiempo ya era escaso y, para colmo de sus rebeldes expectativas, tras otro error defensivo recibió el empate definitivo. Gerardo Monge y Luis Martínez hicieron sendos goles para los fronterizos, mientras que Enzo Colla y Juan Manuel Gómez convirtieron para los milrayitas. Río Negro puso todo. No sólo fue valiente, también elaboró en el juego las posibilidades de acortar la brecha con que arrancó la revancha. Bien parado en el mediocampo, con un cinco de los de antes, Fabricio Martínez, y Nicolás Pereyra a un costado, el milrayitas ganó la zona central y, con ella, la pelota. Esa recuperación rápida del balón provocó que tanto Pablo Negris como Leandro Cardozo generaran muchas situaciones de peligro para Río Negro, sobre todo en la primera mitad, que fue prácticamente un aluvión sobre el arco que defendía Mazzini. En todo momento pareció que el gol de los maragatos llegaría en cuestión de minutos; en ningún momento Mazzini aflojó en el rendimiento ni escatimó en reflejos, para que eso fuera posible.

Hubo una jugada extraordinaria: cuando faltaban diez minutos para que terminara el primer tiempo y Río Negro ya había anunciado varias veces, de una pelota detenida levantaron un centro al corazón del área bohemia. Nadie la despejó, y un puntín entre mil piernas la desvió hacia el arco. Era gol, pero Mazzini voló y la sacó, aunque dio rebote. La pelota salió hacia arriba y como para el punto penal. Pereyra, que venía de frente, la cabeceó con gesto de trámite y salir corriendo a festejar; no obstante, Mazzini, que estaba en el suelo, saltó como un resorte hacia el otro lado y tiró al córner una pelota imposible. Nadie lo podía creer. Pero no quedó otro remedio, porque fue verdad.

Antes, en el principio del partido, el goleador de la copa, Juan Manuel Manolo Gómez, ya había sufrido en carne propia que la cosa iba a ser difícil, cuando Mazzini le trancó un mano a mano. Iban nueve minutos, y sirve como inicio del conteo de las jugadas claras que tuvo Río Negro. Cuatro minutos más tarde, fueron dos centros, uno desde la derecha y otro desde la izquierda, en los que pudo haber convertido, pero tampoco fue la ocasión: en la primera, tapó la pelota el cuerpo de Gerardo Monge; en la segunda, la patearon afuera del Martínez Laguarda. ¿Wanderers? Mazzini, la defensa que soportaba como podía, los mediocampistas que no la veían y los puntas, demasiado lejos como para recibir una bocha en condiciones prudentes. Claro, el 3-0 del partido en la ida era (y fue) su caja de ahorro.

La parte de adelante

El segundo tiempo tuvo características similares: Río Negro yendo (y viniendo, porque hizo todo el desgaste) y Wanderers esperando con intenciones de contragolpear. Manolo Gómez -cuándo no- tuvo la primera para (suena reiterativo, pero...), una vez más, abrir el tanteador. Su cabezazo se fue desviado.

Cosas del fútbol: los artiguenses llevaban hasta el minuto 60 de juego una sola ocasión de gol. Fue una apilada messiana de Rodrigo Álvez, quien dejó cuatro hombres por el camino, tiró un autopase para escapar del offside y de su único marcador, pero definió horrible ante la salida del arquero Eduardo Demaría. Pero no desaprovechó la segunda oportunidad de gol: centro frontal, un defensor maragato la deja pasar, y el zaguero Monge la manda adentro. 1-0, y la distancia era un abismo. En ese momento Río Negro necesitaba cinco goles en cadena para ganar la serie. La historia dice que no lo consiguió, aunque apareció la reacción. Los cambios que mandó el entrenador aportaron piernas frescas y aires nuevos para continuar el asedio al arco de Mazzini, que se atajó todo, pero es humano. Colla y Gómez, a los 77 y 80 minutos, dieron una luz de esperanza con el 2-1, pero fue totalmente apagada cuando, en la hora, la perdió en la salida el arquero milrayitas y Martínez definió con el arco solo.

En la gráfica

Estadio: Casto Martínez Laguarda de San José. Árbitro: Marcelo Palacios. Asistentes: Raúl Bonilla y Ricardo Suárez (Canelones). Público: 1.500 personas.

Río Negro (2): Eduardo Demaría; Diego de los Santos (Felipe Bauza), Gonzalo Rodríguez, Gonzalo Bochita Cardaccio y Diego Fernández; Germán Travieso (Enzo Colla), Fabricio Martínez y Nicolás Pereyra; Pablo Negris, Leandro Cardozo y Juan Manuel Gómez. DT: Augusto Camejo.

Wanderers (2): Fabiano Mazzini; Bruno Lima, Gerardo Monge, Hugo Paz y Joaquín Burutarán; Rodrigo Álvez, Germán Díaz y Freddy López (Pablo García da Rosa); Luis Martínez, Ramón Souza y Cristian Fagúndez (Horacio Peralta). DT: Raphael Aguerre.

Goles: 62’ Gerardo Monge (W) aprovechó el quedo defensivo y marcó de cabeza; 77’ Enzo Colla (RN), con toque corto; 80' Juan Manuel Gómez (RN) definió en el área chica ante la salida de Mazzini; 90' Luis Martínez (W) recibió solo tras un error defensivo del milrayitas, en el que el arquero Demaría sacó mal y la dejó corta.

Expulsado: Gonzalo Rodríguez (RN).