-¿Qué busca el CFE al impulsar la discusión para cambiar el plan de estudios de las carreras de Formación Docente?

-El plan que rige actualmente es de 2008 y tiene un núcleo común en educación para todas las carreras. Fue un plan muy participativo en su gestación, pero cuando se puso en práctica empezó a recibir críticas. Por ejemplo, se sostiene que el núcleo común en educación no está suficientemente coordinado con las asignaturas propias del diseño de cada carrera, que tiene muchas asignaturas, que la práctica no está bien resuelta en algunos casos. También se le critica que demanda mucho tiempo a los estudiantes: especialmente en Magisterio, se quejan de que les lleva todo el día y, por lo tanto, es muy difícil poder trabajar y estudiar. A partir de críticas y propuestas que se formularon desde el período anterior, estamos iniciando un proceso de construcción de una nueva propuesta curricular, en el que comenzamos cada etapa con un documento orientador que resuelve el CFE y que da a discutir a distintas instancias, en las que participan los actores.

-¿Cómo será la discusión?

-Queremos partir de un camino diferente del tradicional; primero discutir cosas generales y comunes a la formación de un profesional de la educación, independientemente de la carrera por la que vaya a optar. Proponemos discutir el perfil docente, la identidad, y después aterrizar en características generales de la organización curricular, también comunes a todas las carreras. Por ejemplo, si para cada formación vamos a tener un camino único o distintas modalidades, que dependa de poder captar estudiantes que vengan con otros trayectos a nivel terciario, también si el núcleo común que hoy tenemos va a ser exactamente igual para todos o va a tener énfasis según las carreras. Tratando además de incorporar criterios como la semestralización, la acreditación de todas las carreras, que el Plan 2008 no tiene, y otras cosas que irán surgiendo en el proceso de discusión. Finalmente, aterrizaríamos en el diseño de cada carrera.

-Formación docente también busca cambiar su estructura académica.

-Hoy nuestra estructura académica está basada en cargos docentes muy vinculados a horas desperdigadas en distintos centros, y queremos ir a una estructura de cargos que estamos pensando en cinco grados. El primero sería para iniciar la carrera de Formación en Educación; se empezaría por una ayudantía a profesores de segundo, tercer o cuarto grado, y habría exigencias de formación a nivel de posgrado. En el segundo y tercer grado seguramente van a estar la mayoría de los docentes; en cuarto y quinto tendrán más responsabilidades de gestión e investigación. En eso estamos, iniciando esta discusión que se retrasó por el conflicto que hemos vivido.

-¿Cuáles considera que son esos rasgos generales que hoy debería tener un docente en Uruguay?

-Tiene que ser un docente innovador, que cuestione los modelos vigentes en primaria, educación media y tecnológica, que no fueron pensados para esta realidad del siglo XXI, y que ahora están siendo revisados por los propios consejos desconcentrados de ANEP. Tiene que ser un docente con una sólida formación en educación, que sepa de su asignatura pero, sobre todo, de cómo enseñarla, teniendo en cuenta que ese proceso tiene que estar centrado en el que aprende y no en el enseñante, como ha sido tradicional. El docente tiene que poder diseñar estrategias inclusivas para la diversidad de estudiantes, en un marco de trabajo interdisciplinario y en equipo, ya no centrado exclusivamente en el aula y el trabajo solitario. Deben ser sólidamente formados en el contexto actual, con capacidad de analizar los contextos locales en los que vaya a trabajar, y de trabajar con el conjunto de la comunidad educativa para lograr la inclusión. El sistema educativo sigue sin ser inclusivo, más allá de que en 2014 haya un poco más de retención a nivel del primer tramo de la educación media; eso no quiere decir que hayamos superado una crisis estructural.

-¿Cuál es la situación en la educación media?

-La crisis se manifiesta sobre todo ahí, pero en realidad afecta a todo el sistema educativo. En la educación media ocurre que los estudiantes no encuentran la pertinencia de lo que están recibiendo. Hay una serie de factores económicos o socioeconómicos para que los estudiantes se desvinculen, pero en las encuestas que ha hecho el Instituto Nacional de Estadística también sale con mucha fuerza que los estudiantes en ese tramo dicen que no les resulta atractiva la oferta y que no le encuentran mucho sentido.

-¿Cómo se vuelven más atractivas las carreras de formación docente? ¿Alcanza con aumentar los salarios?

-El salario es un elemento importante, que hace a la valorización de la carrera docente, hoy muy desvalorizada, pero no es el único. También se puede valorizar al docente ofreciéndole una carrera más atractiva, la posibilidad de cursar posgrados. Si logramos concretar la nueva estructura de cargos y grados, va a ser atractiva. En lo inmediato, estamos iniciando una promoción de la carrera docente que va a tener presencia en los medios a fines de octubre o en noviembre. En lo inmediato estamos promocionando la carrera invitando a los estudiantes a sumarse a algo que está en transformación.

-¿También se apostará a aprovechar las trayectorias de profesionales y estudiantes universitarios?

-Planteamos que se les reconozcan sus trayectos a estudiantes o profesionales para que tengan una formación específicamente pedagógica y que tengan que hacer lo que se establezca en el núcleo común de educación, buscando las modalidades para acortar ese proceso. Hay que aprovechar esas formaciones, así como nuestros egresados tendrían que poder ser reconocidos para hacer posgrados en la Universidad, para poder terminar licenciaturas con muy poco trayecto más del que ya tienen.

-Ya hay experiencias de posgrados de la Udelar para docentes de la ANEP. ¿Cómo se avanza para profundizarlo?

-Vamos a seguir en esa línea, tratando de que lo que se haga no sea para unos pocos, algo que ha ocurrido en el pasado muy reciente. Que haya realmente posibilidades de hacer posgrados para nuestros docentes y para los de la ANEP. El año que viene seguramente vamos a tener una maestría importante y potente en educación.

-¿Cómo se tomó la noticia de que no se reflotará en este período el proyecto de la Universidad de la Educación?

-En nuestro acto de asunción dijimos que, independientemente del marco legal que tuviera la formación en educación, se iba a procurar llegar al nivel universitario, y en ese camino estamos. Con el actual estatuto no es fácil, porque tenemos limitaciones, pero la transformación curricular se puede dar con este estatuto, y el cambio de organización académica también. Tal vez logremos un proyecto de futura Universidad de la Educación más consensuado, porque fue muy discutido en su momento.

-A diferencia de lo que pasó en otros subsistemas, los únicos gremios que entraron en conflicto en formación docente fueron estudiantiles. ¿Qué postura tomará en la instancia de conversación con ellos el viernes?

-Escucharlos, en primer lugar. Al Centro de Estudiantes del Instituto de Profesores Artigas [CEIPA] le propusimos que integre la comisión de becas y de reválidas; los estudiantes contestaron que no, porque no iban a estar suficientemente representados. Creo que no van a ser mayoría tampoco en una estructura universitaria: como orden, los estudiantes nunca son mayoría. Con los estudiantes del Instituto de Formación en Educación Social hemos tenido varias charlas. Lo que ellos están pidiendo para el edificio, como la rampa, se empezaba a construir el día que ellos ocuparon, también la claraboya. Eso se está retomando, junto con otras pequeñas cosas que se rompen en los edificios. En el IPA se están arreglando las luminarias y después se verá dónde se podría poner una rampa. Los edificios tradicionales no estaban pensados para la discapacidad, las personas con discapacidad no accedían a la educación en ese momento, hoy sí.