Más de 13.000 personas seguían ayer fuera de sus casas por las inundaciones más grandes de los últimos 50 años, que provocaron el desplazamiento de al menos 24.600 personas en los departamentos de Rivera, Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro.

Las fuertes lluvias ocurridas a mediados de diciembre en el norte del país y más al norte, en la cuenca del río Uruguay sobre territorio brasileño, hicieron crecer los cursos de agua, que desde el 19 de diciembre superaron la cota de seguridad en Rivera, Artigas, Salto y Paysandú; el 26 de diciembre se desbordó en Río Negro.

Tras la Navidad, el arroyo Cuñapirú en la ciudad de Rivera volvió a su cauce normal y permitió que ese fin de semana retornaran a sus casas cerca de 1.050 personas desplazadas. Fernando Traversa, director del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), explicó ayer a la diaria que en Rivera se continuaba revisando el estado de las casas y la atención de las personas.

La ciudad de Artigas fue de las más afectadas. La crecida del río Cuareim provocó el desplazamiento de 10.545 desplazados de sus hogares, es decir, uno de cada cinco habitantes de esa ciudad. El sábado 26 el Cuareim volvió a estar dentro de la cota de seguridad, pero el destrozo provocado por las aguas y las condiciones de higiene llevaron a que el retorno a los hogares comenzara a hacerse recién el jueves 31. Ayer todavía quedaban 700 personas fuera de sus casas.

En Bella Unión si bien el río Uruguay, que alcanzó los 9,56 metros de altura (la cota de seguridad está en 6,5 metros), ha tenido un descenso importante (estaba ayer en 8,3 metros), seguía habiendo 474 personas desplazadas.

El lago de la represa de Salto Grande funcionó como un colchón, evitando inundaciones mayores, pero ahora ha tenido que ir liberando poco a poco el agua contenida. Durante días el río en la ciudad de Salto tuvo una altura de 16,30 metros (la cota es de 12) y de ahí no se movía. Recién el viernes 1º comenzó a bajar, a 16,25, y ayer se preveía que descendiera a 15,40 metros. Andrés Lima, intendente de Salto, explicó a la diaria que hoy comienza el operativo retorno en esa ciudad, que hasta ayer tenía 5.896 personas desplazadas.

En Paysandú el río Uruguay permanecía hasta ayer en 9,1 metros, cuando la cota de seguridad está en 5,5 metros. El río se comporta allí de la misma manera que en Salto, con un día de retraso por la distancia que tiene respecto de Salto Grande, explicó Traversa. Hasta ayer había allí 6.717 desplazados.

En Río Negro hay 57 personas desplazadas (la gran mayoría de San Javier); si bien el río no superaba por varios metros la cota de seguridad, Traversa dijo que es esperable que se comporte de manera similar al descenso que se produce en Salto y Paysandú, aunque no puede afirmarse con certeza que eso ocurra, debido a la incidencia que puedan tener las mareas y el río Negro.

Habitabilidad

El miércoles 29 sesionó la Comisión Sectorial de Descentralización, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Congreso de Intendentes. Allí se anunció que el gobierno destinará 275 millones de pesos a reparar daños provocados por las inundaciones en Artigas, Rivera, Salto y Paysandú. Una de las principales preocupaciones refiere a los daños de las viviendas que quedaron bajo agua. El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) entregará 3,5 millones de pesos a cada intendencia, para repararlas.

El intendente de Artigas, Pablo Caram, explicó a la diaria que el equipo de arquitectos de la intendencia visitó viviendas que son recuperables, pero contabilizó “más de 50 que no están en condiciones de ser habitadas, entre destruidas y con daños muy importantes”. Adelantó que hoy empezarán a trabajar “con la gente que no quiera vivir en la orilla del río, ellos van a tener la prioridad”. Comentó que muchas personas viven del río, como quienes trabajan con la arena, el pedregullo, los ladrillos, y hasta “los boteros”, que hacen contrabando, y no quieren irse.

Según Caram, se elaborarán uno o dos planes de vivienda. Dijo que hoy medirían un terreno de la comuna y que la idea es comenzar a edificar 15 viviendas; añadió que se cuenta con otros dos lugares, donde podría hacerse 55 viviendas más en cada uno. Cuando estén prontas, las viviendas se entregarán en comodato, para evitar que las familias las vendan y vuelvan a vivir a la orilla del río. Parte del plan es que los ladrilleros (hay 120 relevados) a los que el agua les llevó los materiales y los medios de producción puedan trabajar en el predio del Ejército mientras tanto, y les vendan ladrillos a la intendencia. Por el momento, la intendencia de Artigas necesita armar más cuadrillas de construcción, dijo Caram.

Los departamentos de Salto y Paysandú, aún bajo agua, no saben con qué panorama se encontrarán cuando baje. Lima dijo que son 1.400 las viviendas afectadas, pero que todavía desconocen la entidad de los daños. Afirmó que primero harán una evaluación general para luego ver cómo distribuir la ayuda, de forma de no generar falsas expectativas. Aclaró que el fondo del MVOTMA “es para atender la emergencia, comprar una puerta, chapas, pintura, es para casos puntuales”, y que para las viviendas que no puedan habitarse “hay que pensar más a largo plazo”. Dijo que la intendencia dispone de terrenos donde se pueden realojar familias. Ya saben que algunas serán las que viven en el asentamiento La Humedad -el nombre lo dice todo- pero aclaró que algunas casas son de material y que los propietarios no tienen intención de moverse; en esos casos, la comuna prevé ayudarlos a mejorarlas.

El senador nacionalista Jorge Larrañaga propuso en la reunión de la Comisión Sectorial de Descentralización que se cree un fideicomiso por 300 millones de dólares (con aportes de Rentas Generales) para construir entre 6.000 y 7.000 viviendas para los damnificados. Larrañaga entiende que los recursos dispuestos por el gobierno nacional son insuficientes, tal como publicó ayer el diario El Telégrafo.

Lucía Etcheverry, directora nacional de Vivienda, reafirmó que los 3,5 millones son para resolver situaciones de emergencia: “Que las familias que puedan ir retornando tengan una asistencia en materiales para pintar, reparar la instalación eléctrica, aberturas, eso es en lo inmediato”. En el mediano plazo, dijo que se hará un trabajo que “se va a coordinar con la Dirección Nacional de Aguas [Dinagua] a los efectos de determinar cuál es la situación, corriendo los modelos que determinan la línea de inundación, y eso implicará que en acuerdo con los gobiernos departamentales se elaboren, cuando corresponda, los planes de realojo dentro del plan nacional de relocalizaciones que ya tiene el ministerio”. Dijo que en el período pasado la prioridad de realojos estuvo en sitios inundables y contaminados, y que de esa forma se trasladó a más de 4.000 familias, muchas de ellas habitantes de los departamentos afectados. “No hay resoluciones inmediatas”, dijo, y señaló que “estamos asistiendo a un fenómeno que tiene más que ver con la variabilidad climática que con otras cosas”, y que habrá que “distinguir cuáles son las situaciones que se podrá eventualmente reparar e ir mitigando con sistemas de alerta temprana y con planes de contingencia que Dinagua aporta desde el punto de vista técnico a los gobiernos departamentales, y qué situaciones, sin dudas, van a tener que ser atendidas de manera definitiva”. Por lo pronto, adelantó que en función de los informes del Sinae, “se irá analizando si es necesario aportar más recursos”.