“Somos la institución con menos antigüedad en el fútbol profesional uruguayo”, comentó a la diaria el presidente de Canadian, Fernando Aldao, para explicar que es obvio que los simpatizantes de ese club en tierras orientales sean más bien pocos, máxime aun por lo inusual de su condición: fue fundado por uruguayos que, en su mayoría, viven a miles de kilómetros de distancia. Es que de sus aproximadamente 1.000 socios, más de 75% está en Canadá. “Canadian es un club creado -en 2010 y fundado en 2011- por uruguayos que han vivido o viven en Canadá”, indicó Aldao. “Canadian no es de comunidades extranjeras. Es un proceso inverso; es de uruguayos que viven o vivieron en algún momento fuera del país. Pienso que es la primera vez en Uruguay que una institución se gesta desde afuera, por eso quizá llame la atención”. Desde la Embajada de Canadá en Uruguay aclararon a la diaria que ésta “no tiene ningún vínculo con el equipo de fútbol Canadian”. Aldao apuntó que “sí [se relacionaron] con el cónsul anterior” y que aspiran a poder desarrollar proyectos junto a la actual representante diplomática, Claire Poulin.

El partido de Canadian en las canchas comenzó en 2011 en la Segunda División Amateur, en la que también compitió en 2012. En abril de 2013 ascendió a la Segunda División Profesional de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), en la que sigue hoy. El primer semestre de la temporada 2015-2016 que terminó con Rampla como campeón, dejó a los canadienses en la octava posición de la tabla Anual. “La idea era subir bien rápido a Primera, pero en el andar aprendimos que no se trataba sólo de tener logros deportivos. Nos está llevando a que primero nos afiancemos en la B, para estar preparados cuando llegue el momento de ascender. Hoy estamos en la B y pensamos en esta divisional”.

Una de las metas, precisamente, es multiplicar simpatizantes, y piensan que en Sarandí Grande lo pueden lograr, además de identificarse ellos con un punto específico del territorio nacional. “La idea es radicarnos fuera de Montevideo para poder arraigarnos allí. Y en Sarandí Grande hemos tenido una muy buena aceptación de parte de la gente. Se calcula que de local meteremos 2.000 personas, lo cual es imposible en Montevideo”, comentó Aldao.

Otro 12 de octubre

La fecha del título es la que recuerdan cada año los sarandienses, y no por la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanas en 1492, sino por la batalla de 1825, considerada una instancia fundamental en el multiinterpretable proceso de independización de tierras orientales, pese a que los actos recordatorios han pasado históricamente desapercibidos para las autoridades nacionales -a excepción de José Mujica, en 2014, cuando se las ingeniaba para “salir por todos lados”, como admitió luego-. Por el enfrentamiento armado de 1825 es que el estadio se llama Batalla de Sarandí, al igual que el principal raid hípico que se disputa en esas latitudes desde hace más de ocho décadas; lo organiza el Centro Social 12 de Octubre. La sede del 12 de Octubre se convirtió, tal vez sin habérselo propuesto, en una interesante exposición de afiches (están allí los de la mayoría de las ediciones del raid que se disputa en octubre), con dispares niveles de creación por parte del diseñador de turno, pero con la singularidad de abordar un mismo evento con las influencias estéticas de ocasión. ■

La cifra parece optimista. Sarandí Grande tiene, según el Censo 2011 del Instituto Nacional de Estadística, 6.130 habitantes. No lo dice el censo pero es un hecho tangible: el de Sarandí Grande es un pueblo futbolero, y de hecho es la ciudad con más clubes de fútbol per cápita del departamento. Hay cinco clubes en la liga local y dos más que compiten en las capitales departamentales más cercanas: Deportivo Sarandí en Durazno y Boquita en Florida.

Lo que tampoco dice el censo y puede resultar contradictorio con los datos anteriores es que los días que hay raid en Sarandí Grande, en la ciudad el fútbol se suspende; que hay jugadores que desisten de la selección porque tienen que varear caballos temprano en la mañana; que hay futbolistas que faltan a partidos de sus clubes incluso en instancias definitorias de campeonatos porque a cientos de kilómetros se corre un raid (aunque ellos no lo corran); y que la mayor gloria deportiva con la que fantasean los adolescentes no es necesariamente jugar en un club profesional y ganar un Uruguayo haciendo el gol en la hora de un clásico, sino ganar un raid Batalla de Sarandí un domingo de octubre, como admitió un futbolista de Deportivo Sarandí -el club más antiguo del departamento de Florida- en una nota de la revista Túnel. Eso ocurre porque si bien el fútbol en Sarandí despierta pasiones como en cualquier otro punto del país, no necesariamente es allí el primer deporte, sino el segundo. De hecho Deportivo Sarandí fue fundado en 1907 para jugar al fútbol, y llegó a jugar contra Central Uruguay Railway Cricket Club (al que le pidió poder enfrentarlo con dos arqueros e igual así perdió 5-0), pero si uno entra a su sede no ve una sola foto de fútbol, sino decenas y decenas de llegadas de raids.

Vistos y considerandos

Cayetano Stopingi es un joven blanco, aunque a veces lo parezca y a veces no. Tiene 30 años y es el alcalde de Sarandí Grande. Explicó a la diaria que el acercamiento de Canadian llegó por medio de un contacto que había generado cuando fue jefe de prensa de la Intendencia de Florida. Charlas y comidas han ido acercando a Canadian y el municipio, que tiene pensado cederle el estadio Batalla de Sarandí sin cobrarle alquiler. Fredy Varela lo fue a ver por la AUF, pero en su informe escribió que, entre otros aspectos, tenía un tejido que no cumplía con lo que establece el reglamento. Sarandí le pidió a Canadian que se hiciera cargo del nuevo tejido, además de algunas otras contraprestaciones: juegos de camisetas para que la selección de ese pago compita en la copa de Organización del Fútbol del Interior; camisetas para las escuelas de básquetbol y vóleibol; y colaboración para el programa de huerta orgánica de la escuela 113. El municipio ya hizo su parte: amplió la capacidad del estadio para que, sentados, quepan 600 espectadores más. “Estamos ultimando detalles. Si tienen contraprestaciones con Sarandí Grande, la gente de acá los va a recibir bien. La idea de que un equipo del fútbol profesional compita en Sarandí cayó bien. Además queda abierta la posibilidad de que, si asciende a la Primera División, también juegue acá”, comentó Stopingi.

“Acá hay una calidez diferente y les brindamos una apertura especial. No nos interesa lo económico, sino los beneficios que pueda traer que Canadian juegue en Sarandí Grande”, agregó.

Que no se les alquile el estadio se debe, en parte, a que uno de los motivos por los que Canadian pretende afincarse allí es que los costos de instalarse en Montevideo serían más altos que los que implica viajar a Sarandí Grande todos los días.

“Lo hacemos por dos años y después veremos”, añadió el concejal Richard Fernández, y aclaró que el municipio pretende que Canadian no lleve allí “a algunos cuadros con hinchadas medio bravas. Con esos cuadros ellos jugarían en Montevideo”.

Stopingi dijo que, en cuanto a futbolistas locales, “sería bueno” que Canadian pueda incorporar algunos, pero enfatizó que difícilmente pueda armar sus formativas en base a sarandienses por la insuficiente cantidad de futbolistas adolescentes en esa ciudad.

Camisetas, tejido y hasta fuentes de empleo

El tejido nuevo fue colocado, pero jugadas ya cinco fechas de las -al menos- ocho que Sarandí Grande disputará en la Copa Nacional de Selecciones, las camisetas no llegaron, y el público comenzó a impacientarse. Como agregado, las columnas del tejido cedieron fácilmente cuando un puñado de hinchas de San Gregorio de Polanco gritó un gol en la hora. La empresa que proveyó las columnas (previo llamado a precios del municipio, pero con elección de Canadian, que tomó en cuenta que eran las más baratas y que se las fiaban) se comprometió a reponerlas y con mejor calidad, e incluso a facilitar su colocación. Las camisetas llegarán antes de que termine enero, aseguró Aldao. “La ropa para la selección está llegando a fin de mes. Y no sólo la ropa ésa, sino que habrá indumentaria para otros sectores del deporte de Sarandí.

Incluso hay intenciones de realizar cosas que beneficien a Sarandí, como crear fuentes de trabajo con capital canadiense en pequeños emprendimientos”. Sobre los equipos de la selección, Stopingi señaló que la de Canadian no fue la única demora. “Nosotros mandamos algo tarde los diseños”, dijo.

El pato y el aliento posiblemente aguatero

Una de las caras vinculadas con Canadian es la de Carlos Aguilera. Aldao dijo a la diaria que actualmente el ex jugador no tiene ningún lazo con la institución. “Nos dio una mano cuando estábamos en la C, pero en la actualidad no”.

Pese a que prácticamente no tiene hinchada, Canadian ha sabido tener, detrás de su arco, unos 20 adolescentes alentando con instrumentos de percusión durante todo el partido, según narró una nota de “Qué Pasa” (El País) en 2013. “Un espectador comenta que son ‘de la hinchada de Aguada’. Uno de los bombos, decorado con el escudo de Peñarol -hinchada ‘amiga’ de Aguada-, parece darle la razón”, apuntaba el artículo.