El parlamento venezolano resolvió citar a Maduro el martes para que “exponga sobre su posible responsabilidad por las graves violaciones a la Constitución y los derechos humanos”. Casi de inmediato, el presidente convocó para hoy al Consejo de Defensa de la Nación, integrado por los cinco poderes que tiene el Estado (Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral), para evaluar “el golpe parlamentario de la Asamblea Nacional y el plan de diálogo para la paz”. Maduro agregó: “Esto es un coletazo de [Barack] Obama antes de irse [de la presidencia de Estados Unidos]. Quiere hacerle daño a Venezuela”.

De todos modos, la resolución del Poder Legislativo podría ser anulada por el Tribunal Supremo de Justicia, que en agosto determinó que todas las decisiones de la Asamblea Nacional carecen de validez.

La decisión de iniciar un juicio político contra Maduro fue tomada un día después de que gobierno y oposición acordaran comenzar un diálogo el domingo. Sin embargo, varios sectores de la oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se resistían a participar en esas negociaciones, que consideraron una estrategia oficialista para ganar tiempo.

El ex candidato presidencial Henrique Capriles había cuestionado que la ronda de diálogo tuviera lugar en la isla Margarita, lejos de la opinión pública, y había dicho que se enteró de la reunión entre oficialismo y oposición por la televisión. Lo mismo dijo el presidente del Parlamento y secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup. “Como ahora todos nos enteramos por TV, nosotros tampoco vamos [al diálogo]”, tuiteó. También Voluntad Popular, el partido del líder opositor encarcelado Leopoldo López, dijo en un comunicado que “no están dadas las condiciones” para el diálogo.

Más tarde, la MUD manifestó que “cualquier proceso de diálogo tiene cuatro objetivos fundamentales: respeto al derecho al voto, libertad para los presos políticos y retorno de los exiliados, atención a las víctimas de la crisis humanitaria y respeto a la autonomía de los poderes”. Exigió, además, que cualquier negociación tenga lugar en Caracas, y dijo que su lucha para defender la democracia seguirá avanzando en la calle -hoy están previstas marchas en todo el país, en lo que llaman la “Toma de Venezuela”-, en la Asamblea Nacional y en la comunidad internacional.

El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, fue el único dirigente opositor que participó en la reunión del lunes. Dijo que las conversaciones tenían como objetivo la “salida pacífica” a la crisis política del país, y que en ningún caso significaba que iban a ceder ante el gobierno. Aseguró, además, que los los líderes opositores sabían de este encuentro desde el principio. Ayer, Ramos Allup dijo que la oposición accedería al diálogo con el gobierno sólo si lograban ponerse de acuerdo todos los actores que integran la MUD.