El primer tiempo del partido jugado anoche en La Blanqueada fue parejo. Sud América, audaz en su planteamiento táctico, siempre que pudo presionó en la salida a Nacional. No sólo no dejó salir con claridad al tricolor, sino que, por medio de cortes cercanos al área rival, llegó a tener un par de chances claras. Gastón Colman, único delantero buzón y primer defensor por disposición táctica, pudo abrir el marcador en una de ellas, tras un robo a Diego Arismendi en cuarta cancha, pero su tiro se fue pegado al palo derecho de Esteban Conde. Minutos después, a los 20, Jonathan Barboza sacó un tremendo zapatazo a la carrera desde afuera del área, y esta vez Conde resolvió de buena forma sacando la pelota a un costado.

Promediando la mitad del primer tiempo, Nacional se empezó a parar mejor por varias acciones: controló mejor en la zona de volantes, y Arismendi y Santiago Romero comenzaron a cortar la transición defensa-ataque de Sud América. Jorge Fucile y Kevin Ramírez, asociados con Tabaré Viudez y Sebastián Fernández, lograron encontrar una vía de buen fútbol. En la zurda de Ramírez, con un tiro desde afuera del área que sacó el arquero venezolano Alain Baroja, estuvo la más clara de Nacional.

Justamente por la izquierda vinieron las dos polémicas del primer tiempo: a los 31 Hugo Silveira se la llevó con sombrerito incluido por sobre un defensor naranja y, cuando le salió el segundo, se la tiró por un costado e intentó pasar por el otro. Intentó, porque lo bajaron y podría haber sido penal si el árbitro, que estaba siguiendo de cerca la jugada, hubiera pitado. La segunda fue una mano dentro del área, luego de un tiro libre, que el juez tampoco advirtió.

El segundo tiempo fue todo del tricolor, al punto tal que Sud América casi no llegó a inquietar a la defensa alba. Pese a la superioridad, que fue en posesión y espacios pero a la que le faltaba tres cuartos de cancha para adelante para ser efectiva del todo, no fue hasta los cambios decididos por Martín Lasarte que Nacional sacó provecho.

La primera variante fue Martín Ligüera -cambio obvio si los hay cuando a Nacional no le sale el juego- y la segunda, Sebastián Rodríguez. Con ambos el tricolor ganó en calidad de contenido, fue avanzando hasta apretar a Sud América contra su arco y, si bien no generó chances genuinas, provocó varios errores buzones que culminaron en el gol que quebró el juego.

Un resbalón no es caída, pero dos sí: primero el arquero Baroja casi se cae al no poder hacer pie cuando intentaba despejar, y después el zaguero Gonzalo Godoy se patinó y dejó a Silveira con la pelota servida, y ambas ocasiones hicieron crecer la sensación de gol en el Parque Central. La tercera fue la vencida: Santiago Carrera intentó cubrir la pelota luego de un pelotazo profundo y esperar a que Baroja la atenazara, pero Ligüera, esta vez sin magia pero con oficio, con olfato de goleador, conectó de cabeza el centro enviado por Viudez luego de un preciso salto y la pelota se fue mansa al fondo de la red.

Quedaban aproximadamente 15 minutos adicionales de partido, pero poco más pasó. Luego del gol Sud América no tuvo reacción y tampoco los cambios le dieron aire nuevo para intentarlo. Con esfuerzo, Nacional terminó abrochando un triunfo vital para sus intereses. No le sobró nada, pero esta vez no le faltó. Tenía que ganar y ganó. Punto.