Dos goles de Juan Manuel Olivera, uno en cada tiempo, le dieron los tres puntos a Danubio en la primera fecha del campeonato. La franja, gracias al buen juego sostenido en el manejo de la pelota e imponiéndose en la marca sobre su rival, derrotó 2-1 a Juventud de Las Piedras y pica en punta en el Torneo Clausura.

Cuando transcurrían 18 minutos de juego, la vieja fórmula del centro abierto le dio réditos de gol a los de Maroñas. El primer grito de la tarde en Jardines del Hipódromo llegó por una combinación de dos históricos jugadores danubianos: pie de Pablo Lima, gol de Olivera. No fue claro, no fue el típico frentazo del delantero, sino producto del olfato que un buen definidor tiene en el área chica. La defensa pedrense no pudo restar la bola y fue el 1-0.

Olivera fue el encargado de patear, a los 79 minutos, el penal que le dio el triunfo a Danubio. La falta que derivó en el segundo gol danubiano fue sancionada luego de una confusa jugada en la que Olivera entró al área en busca de la pelota pegado a un defensor pedrense. Fue un penal que protestó todo Juventud. El juez, vale decirlo, estaba bastante cerca de la jugada y, además, el asistente lo avaló con su bandera. A la hora de la definición, Olivera eligió el medio del arco y nada pudo hacer Fabián Carini en su vuelo hacia la izquierda.

Sin hablar de méritos o merecimientos, Juventud de Las Piedras empató el partido a los 70 minutos en una jugada bastante aislada de lo que fue el juego en general. El ex carbonero Gabriel Leyes conectó de buena forma un centro desde la izquierda, el arquero Michael Etulain la sacó, pero nada pudo hacer ante la palomita del floridense Facundo Barcelo.

Sin extrañar

Tres fueron las bajas sensibles que tuvo que afrontar Danubio en su primer partido de la temporada. Todos ellos, hombres importantes en su andamiaje defensivo: Franco Torgnascioli (se fue a Pachuca de México), Fabricio Formiliano (contratado por el Newell's argentino) y Federico Ricca (nuevo lateral del Málaga español). Quizá el puesto mejor cubierto era precisamente el del lateral izquierdo, porque Danubio tiene a un histórico: Pablo Lima. Sin embargo, tanto Etulain como Matías de los Santos cumplieron de buena forma su labor. De atrás hacia adelante Danubio fue sólido. Giovanni Zarfino, ya acostumbrado a jugar de cinco fijo, fue todo quite y generación; Carlos Grossmüller, a veces pegado a Zarfino y en otras de diez, un paso atrás de los delanteros, fue el conductor; el zurdo Marcelo Sarachi, que tiene 18 años pero demuestra personalidad como los que saben, y Nachito González fueron la salida por las bandas y el nutriente de los delanteros, Olivera y Gonzalo Barreto. Con fútbol predominantemente al pie, buscando el pique al vacío, sorprendiendo con centros cruzados, pero sobre todo, adueñándose del manejo de la bola, Danubio casi que no dejó jugar a su rival.

Salvo el oportuno gol, Juventud no hizo pie en el partido. Perdió en defensa y su mediocampo no dialogó con los delanteros. Así y todo, práctico como buen equipo de Jorge Giordano, siempre estuvo al acecho del error ajeno. Perdido por perdido en las últimas pelotas, Juventud se fue al ataque en cada centro o tiro libre a favor. Fernando Machado hizo las veces de tercer delantero junto a Leyes y Barcelo, mientras que Jorge Malaka Martínez, ingresado en los minutos finales, esperó cada segunda pelota. Etulain atenazó un centro al segundo palo y fue el gustito a triunfo. Tres minutos más tarde, esa pelota, sumada a las dos que metió Olivera, le dieron las tres unidades a Danubio, que pica en punta.