Participaron los ministros de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam, Costa Rica, República Dominicana, una representante del Ministerio de Salud de México, la directora regional de la OPS, Carissa Etienne, y representantes del Instituto Suramericano de Gobierno en Salud. El encuentro comenzó a las 9.00 y sobre las 15.00 brindaron una conferencia de prensa en la que leyeron la declaración firmada y respondieron preguntas. La reunión fue propuesta por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, durante la cuarta cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que se desarrolló la semana pasada; Brasil decretó en noviembre de 2015 la situación de emergencia en salud pública, cuando vinculó el aumento de casos de recién nacidos con microcefalia con el virus de zika.
El ministro de Salud Pública de Uruguay, Jorge Basso, comentó que en el encuentro se actualizó la información epidemiológica en los países y se coincidió en la necesidad de aunar esfuerzos para combatir “un conjunto de enfermedades vinculadas a un mismo vector, para las cuales no tenemos ni vacunas ni tratamientos, y que ha incorporado en forma rápida una serie de repercusiones neurológicas y particularmente vinculadas a afecciones que afectan el crecimiento y desarrollo de los niños: microcefalia, alteraciones neurológicas tipo Guillain-Barré y otras”. El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno inmunitario en el que el sistema de defensa del cuerpo ataca parte del sistema nervioso: causa debilidad muscular y puede provocar parálisis. De acuerdo a la reseña de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el brote de zika ocurrido en la Polinesia francesa entre 2013-2014, las autoridades de ese país notificaron un aumento inusual del síndrome de Guillain-Barré. A partir de los trastornos neurológicos registrados en la Polinesia francesa y en Brasil, la OMS declaró el 1º de febrero una “emergencia de salud pública de importancia internacional”. El Comité de Emergencia de la OMS consideró en la reunión que mantuvo ese día que había “motivos convincentes para sospechar una relación causal entre la microcefalia y la infección por el virus de zika en el embarazo”, aunque aclaró que esa asociación “todavía no se ha demostrado científicamente”.
Batería de acciones
La declaración “ratifica la preocupación” por “el creciente número de casos notificados de dengue, chikungunya y zika en los países de la región” y suma a eso la estimación de la OPS de que “hasta fines de 2016 la región de las Américas tendrá aproximadamente cuatro millones de casos de infección por el virus zika”.
Entre otros puntos, los ministros acordaron coordinar acciones para “adecuar la respuesta de salud pública para la vigilancia y control de las enfermedades transmitidas por el vector”, y generar “capacidades y apoyo recíproco para el diagnóstico epidemiológico, clínico y laboratorial de los casos de zika”. Anunciaron que considerarán incluir en las rondas de negociación de compras conjuntas de medicamentos de alto costo los medicamentos que se necesiten para el tratamiento del síndrome Guillain-Barré. Se comprometieron a trabajar en “la generación de conocimiento por medio de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para el diagnóstico, prevención y tratamiento de la infección por el zika y sus consecuencias sobre la salud de la población” y a “diseñar protocolos y directrices clínicas para el tratamiento de las enfermedades transmitidas por el vector”. Anunciaron que contribuirán a la actualización del personal de salud y a “fortalecer la atención primaria”, principalmente para niños con microcefalia”.
La OMS-OPS se comprometió a elaborar protocolos y directrices técnicas y apoyar las líneas de acción manifestadas por los ministros. Se creará “un grupo ad hoc de seguimiento de la emergencia, dependiente de la Reunión de Ministros de Salud, para estudiar, monitorear y establecer las recomendaciones”, que será coordinado por la presidencia pro témpore en ejercicio, actualmente a cargo de Uruguay.
Los países se comprometieron además a diseñar y ejecutar campañas de educación y control del Aedes aegypti, así como “un sistema de información de fácil acceso” en todas las fronteras sobre las medidas de prevención y control de cada país, para lo que es fundamental combatir el mosquito.
Reacciones diferentes
Basso reiteró la necesidad de involucrar al sector académico para consolidar evidencia científica que permita entender si existe una vinculación del virus con la microcefalia y las alteraciones neurológicas, por qué se manifiesta de diferente manera en un país y en otro, y si puede transmitirse por vía sexual.
Los ministros de Salud de Brasil, Marcelo Castro, y Colombia, Alejandro Gaviria, revelaron diferencias en cuanto a la microcefalia. Castro comentó que a partir del trabajo “de investigadores y científicos estamos afirmando de manera categórica que hay una correlación entre la epidemia de microcefalia que Brasil está atravesando y la epidemia del virus zika que también está ocurriendo en Brasil”, y mencionó que “las evidencias de que el virus zika causa microcefalia son múltiples e incuestionables”. Indicó que en Brasil había alrededor de 150 casos de microcefalia por año, y entre seis y nueve meses después de identificado el virus del zika detectaron una epidemia de microcefalia y se llegó a la sospecha de 4.793 casos en cuatro meses. Dijo que los estados donde se detectó la mayor epidemia son los que tuvieron mayor brote de zika; no sucede lo mismo en los estados donde no ha habido casos de zika (Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul). Castro dijo que la única duda que tienen es si “sólo el virus zika es necesario y suficiente para provocar un aumento de microcefalia o si hay algún otro factor asociado o predisponible”.
El ministro colombiano comentó que en su país se han comprobado 20.000 casos de zika, 2.154 de ellos de mujeres embarazadas, pero que hasta el momento no tienen ningún caso oficial de microcefalia; aclaró que “parecería en primera instancia” que eso es una diferencia con Brasil; sin embargo, remarcó que pueden “aparecer mañana y simplemente el virus se demoró en llegar a Colombia, y esto que no ha pasado ya va a pasar. Pero puede ocurrir también que haya factores asociados predisponentes en Brasil que no existen en Colombia”. Por eso señaló que “el esfuerzo global es fundamental, porque la experiencia de un solo país no nos va a dar la respuesta que necesitamos”. Sobre el síndrome de Guillain-Barré dijo que “se han duplicado los casos sobre la línea de base que teníamos en Colombia” y que hay alrededor de 100 casos que comprueban la asociación del síndrome con el virus, pero comentó que mientras el zika está en todo el país, el síndrome “está concentrado en pocos territorios”, por eso reiteró “la necesidad de conocer esos otros factores predisponentes o asociados”.
Castro manifestó que en Brasil también hay casos de Guillain-Barré, “pero menos que de microcefalia”. Anunció que su país está trabajando en el desarrollo de un suero con un anticuerpo monoclonal para combatir el zika. Según la agencia de noticias Efe, Brasil y Estados Unidos están trabajando juntos para desarrollar una vacuna contra ese virus.