Lo que se pone a consideración en el referéndum es la modificación del artículo 168 de la Constitución para ampliar de dos a tres la cantidad de mandatos presidenciales consecutivos que se permiten. La reforma consiste en sustituir en el texto constitucional “una sola vez” por “dos veces”, en referencia al número de reelecciones a las que puede postularse un presidente.

Si gana el Sí, Morales y el vicepresidente, Álvaro García Linera, podrán competir en las elecciones de 2019 en busca de un cuarto mandato, que se extendería hasta 2025, cuando cumplirían 19 años en el gobierno. Los dos dirigente sostuvieron desde el principio que uno de los motivos por los que impulsaron la reelección es su voluntad de poner en marcha la iniciativa “Agenda Patriótica”, un programa de objetivos económicos y sociales para 2025, año en que se celebra el bicentenario de la independencia de Bolivia.

Para quienes defienden el Sí a la reforma constitucional, además, la continuidad de Morales es necesaria para consolidar el “proceso de cambio” que se inició al asumir la presidencia. Según la oposición, en cambio, con la reforma se pretende modificar la Constitución en beneficio de una persona en particular.

La pulseada entre unos y otros estaba pareja hasta la semana pasada, y los sondeos de intención de voto preveían prácticamente un empate entre Sí y No. Sin embargo, la última encuesta -realizada por la empresa Muestras y Mercados y publicada el domingo- concluye que ahora 47% de los votantes se inclina por el rechazo a la modificación que permitiría la reelección de Morales, frente a 28% que la apoya y 25% de indecisos.

La misma encuesta establece que el respaldo al Sí descendió en el mismo momento en que salió a la luz una denuncia en la prensa de que el presidente benefició a una empresa en la que su ex pareja Gabriela Zapata ocupa un cargo de gerente, y que tiene acuerdos con el gobierno boliviano por más de 500 millones de dólares.

El sondeo también revela que 59% de los consultados cree que Morales no dijo toda la verdad sobre su relación con Zapata, 63% considera que el asunto debe aclararse ante la opinión pública y 60% piensa que el mandatario efectivamente ayudó a la empresa para la que trabaja su ex novia a conseguir contratos estatales. Hasta ayer, el presidente seguía negándolo.

Además, Morales dijo durante el acto de cierre de la campaña por el Sí que con el referéndum busca saber si el pueblo “lo quiere o no lo quiere”. Precisó: “El pueblo está con el Sí, el imperio está con el No”. Además, criticó a la oposición por desarrollar una campaña en la que prevalecieron la “mentira” y el “insulto” y pidió a los bolivianos que el domingo “no se queden en sus casas” y vayan a votar.

La oposición, por su parte, realizó una marcha en La Paz que terminó en la basílica de San Francisco. Hasta allí llegaron cantando consignas como “¡Evo, Zapata, devuelvan la plata!” y “¡No hay salud, tampoco educación, y tienen la soberbia de pedir la reelección!”, según informó el diario La Razón. La periodista boliviana Amalia Pando, que dirigió el acto, tomó el micrófono y afirmó: “Estamos aquí luchando contra una nueva amenaza contra la democracia”.

Durante la manifestación también recordaron a los seis funcionarios que el miércoles murieron asfixiados en la alcaldía de El Alto, cuyas autoridades son opositoras, en un incendio intencional que crispó más la carrera electoral. Hasta ayer se desconocían datos sobre los responsables, que atacaron la alcaldía en el marco de una manifestación de padres de estudiantes.

La alcaldesa de El Alto, Soledad Chapetón, denunció que detrás del incidente había dirigentes y grupos afines al Movimiento Al Socialismo, el partido de gobierno. En cambio, el viceministro de Régimen Interior, Marcelo Elío, responsabilizó a los funcionarios de ese municipio de haber provocado lo que calificó de “autoatentado”. Dijo a la radio estatal que se trató de “un plan orquestado desde dentro de la alcaldía”.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, dijo que la oposición “rechaza” la intención de “utilizar a los muertos con fines políticos”, y calificó de “deplorable” que haya funcionarios del gobierno “que vean las vidas humanas como fichas y sigan actuando políticamente”.

Morales, por su parte, intentó mantenerse al margen del cruce de acusaciones, y en su cierre de campaña se limitó a condenar “todo acto de violencia” y a mostrar solidaridad hacia las familias de las víctimas, a la vez que reclamó que se busque a los “actores intelectuales” del incendio.