La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios y Bebidas del Mercosur se reúne en Montevideo dos veces por año. Ayer, en uno de esos encuentros en la sede de la Cámara de Industrias del Uruguay, los presidentes de las respectivas cámaras empresariales de Paraguay, Argentina y Uruguay disertaron sobre la situación de la industria alimenticia en la región y coincidieron en que la asunción de Mauricio Macri en Argentina abre paso a “una nueva realidad”. Para Juan Pablo Speranza, presidente de la Cámara Industrial de Alimentos (Ciali), que agrupa a las elaboradoras de productos alimenticios de Uruguay, las cosas cambiaron “drásticamente”. “No se podía exportar absolutamente nada y ahora se está notando un cambio”, afirmó.

Entre la política y los estigmas

En el día de hoy, técnicos y académicos discutirán sobre la obesidad, productos genéticamente modificados y alimentos ultraprocesados, los “nuevos problemas” que aborda la industria en el mundo. La Ciali analiza los alimentos en una mesa de discusión académica que sesiona mensualmente; en ella participan profesores grado 5 de la Universidad de la República y de la Católica.

“Ética y más ética, siempre y cuando esté basado en los conocimientos científicos y técnicos”, apuntó Speranza para definir la línea directriz. Establece esa condición porque, según dice, “no está probado que los organismos genéticamente modificados son dañinos para la salud”, sino que “cualquier consumo excesivo, de cualquier producto, se traduce en nocivo”.

Consultado sobre su postura respecto del etiquetado de alimentos de origen transgénico, que serviría de indicador de excesos a la población, sostuvo que “hay distintos criterios: hay técnicos que entienden que hay que etiquetarlos y otros que dicen que esa información no es de recibo”. Además, dijo, “los productos que dicen que son orgánicos no siempre lo son”. También considera que el término “ultraprocesados” es “incorrecto”, porque a los alimentos “no hay que catalogarlos por sus procesos”. Ejemplifica con la leche ultraprocesada, que, según dice, “cuenta con un montón de características positivas”, como “una mayor resistencia a los cambios térmicos”. También mencionó el tomate, que “tiene una toxina que al pasar por un proceso productivo se elimina”. “No hay que estigmatizar el alimento”, opinó. “El tema es ver qué procesos sí y qué procesos no”, agregó.

Uno de los principales objetivos de la Ciali es la conformación de un registro único de productos y productores de alimentos a nivel nacional, con núcleo en el Ministerio de Salud Pública. “Hasta ahora, cada intendencia tiene un patrón de requisitos distinto, y eso no da certezas jurídicas”, dijo Speranza. Los productores trabajan en la propuesta desde 2013, y según sostuvo Speranza, hoy 11 intendencias mantienen la intención de concretarla.