El director de Casinos del Estado (CE), Javier Cha, aseguró que las denuncias que realizó la Asociación de Funcionarios de la Oficina Central de Casinos del Estado (AFOCCE), y que entregó en una carta al Poder Ejecutivo, “están muy lejos de producir alguna angustia. Nadie en su sano juicio puede decir que Casinos del Estado está mal administrado”, afirmó a la diaria. Presidencia pidió un informe al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Ayer el semanario Búsqueda informó que en el documento elaborado por AFOCCE se señalan “diversos episodios negativos” de la administración de Cha, que comenzó en marzo de 2010.

El semanario recoge declaraciones del dirigente sindical Ángelo Olivera, quien asegura que hubo “mala gestión”, principalmente en 2013, 2014 y 2015. Señala una “caída administrativa, a valores constantes, de la utilidad bruta” de la Dirección General de Casinos. Olivera indica que los ingresos brutos de Casinos en 2012 eran 6.455 millones de pesos, y que después “bajaron ligeramente” en los dos años siguientes hasta ser un poco más de 6.000 millones, para recuperarse en 2015. Cha contestó que “los resultados numéricos, no opinables, están publicados y no demuestran un retroceso, sino que simplemente en esos años, producto del enlentecimiento económico a nivel general, no seguimos creciendo al mismo ritmo en el que veníamos. En 2014 no logramos crecer al mismo ritmo que la inflación”, sostuvo. En ese sentido, afirmó que Casinos del Estado es “una empresa firme” que el año pasado recaudó cerca de 194 millones de dólares y tuvo una ganancia “líquida” de 52 millones de dólares, “un margen de 27%, algo muy importante”.

En la carta también se afirma que Cha “persigue a aquellos funcionarios que no se expresan alineados a sus designios o simplemente cumplen su función con independencia de criterio técnico”. Cha sostuvo que su “gestión es conocida” y los informes anuales “no han merecido ningún tipo de observación en el MEF”, al contrario, “nos han mostrado satisfacción”, afirmó. Respecto del gremio, dijo que “no llega a nuclear a un tercio de los funcionarios” y lo que denuncia “es viejo y conocido” por él.