Entre 1968 y 2011 pasaron 34 tornados por Uruguay y dejaron 17 muertos. El dato forma parte de un informe que el Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias (Universidad de la República) difundió ayer. Ramón Méndez, doctor en Física y ex director nacional de Energía, dice que en realidad son muchos más; la mayoría se generan en el medio del campo y no dejan testigos.

-¿Ha influido el cambio climático en eventos como el tornado que vivió Dolores?

-No se puede decir que un evento que siempre ha existido sea consecuencia del cambio climático, pero sí que este genera un incremento de la frecuencia y de la intensidad de estos fenómenos. En Uruguay hay tan pocos registros de tornados que no tenemos estadísticas suficientes para saber si están aumentando o no. Muchos correlatos con análisis del exterior permiten pensar que estos fenómenos se van a incrementar con el cambio climático, pero falta una cantidad de datos para sacar conclusiones, entre otras cosas porque la mayoría de los tornados se producen en el medio del campo. Los tornados se forman y desaparecen en minutos. Lo que sí está claro es que en todo el mundo se están incrementando los fenómenos extremos: olas de calor, sequías, inundaciones, fuegos descontrolados en los bosques. Si bien Uruguay está en una parte de América del Sur particularmente sensible a tornados, no se compara con las actividades en otras partes, como el corredor de Estados Unidos, donde se pueden producir 1.000 en un año.

-¿Es posible predecirlos?

-Es muy difícil. Se detectan sólo cuando ya ocurrieron, y en lugares poblados. Hay posibilidad de predecirlos con 15 minutos de anticipación con equipos muy sofisticados y muy caros que no hay en la región, porque la incidencia de los tornados no es tan grande para justificar el gasto. En Estados Unidos tienen sótanos donde la gente se refugia, pero las casas vuelan en pedazos.

-¿Por qué hubo tantos tornados en Dolores? ¿Hay características geográficas que influyen en esto?

-No. No conozco ningún estudio que muestre que existe una particularidad alrededor de Dolores que la vuelva proclive a que haya tornados. Tiene que ver con el azar y solamente con el azar, y puede pasar en cualquier punto del país.

-¿Qué podemos hacer a futuro para estar preparados?

-Estamos trabajando para prevenir lo más posible este tipo de fenómenos; estamos trabajando desde hace seis meses en un proyecto de modernización para tener mejores datos, en conjunto entre el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, el Instituto Uruguayo de Meteorología y la Dirección Nacional de Agua, con ayuda de expertos de otros países. Incluye compra de estaciones de tierra automatizadas, radares meteorológicos y, sobre todo, capacitación de recursos humanos.