El comandante en jefe del Ejército, general Guido Manini Ríos, anunció ayer que la institución que dirige presentará una iniciativa para “darles” a los que “no están trabajando ni estudiando” la posibilidad de recibir en unidades militares “educación cívica, prepararlos en valores, darles cierta disciplina, normas de higiene, primeros auxilios y enseñarles oficios”. Ayer, en entrevista con El Espectador, el general explicó que la propuesta será presentada en las mesas del Diálogo Social convocadas por el presidente Tabaré Vázquez. “En cierta forma, darles la posibilidad de poder transitar por la vida con ciertas herramientas, que hoy en su estado de marginalización no tienen […] y seguramente en caso de instrumentarse va a ser una gran ayuda que el Ejército Nacional puede brindar para mejorar las condiciones de seguridad con las cuales se vive en Montevideo”, manifestó el militar. Según Manini Ríos, el Ejército cuenta inicialmente con entre 700 y 800 plazas para los ni-ni, pero se podrían ampliar, y aclaró que “esto requiere un marco legal, abastecimiento, recursos y un trabajo conjunto” con otros ministerios. “El Ejército ha hecho esa tarea, ha sacado a la gente de las zonas marginales y los ha transformado en soldados y los ha preparado. Esto no sería formar soldados, sino voluntarios de protección civil o como se le quiera llamar. Salvarlos del ámbito de la marginalización en la que están, darles una luz de esperanza en el horizonte”, explicó. Dijo que el eventual marco legal debería establecer las condiciones de reclutamiento y que “sería bueno algún tipo de estímulo, algún viático”. “Hablamos de 50% de la remuneración de un soldado. Es algo que puede ser un estímulo para que aquella gente salga de la calle y más teniendo la posibilidad de aprender un oficio y transitar una vida honesta”, dijo el comandante.
Todo depende
la diaria consultó a algunos diputados de la Comisión de Defensa Nacional de Diputados. El frenteamplista Carlos Rodríguez (Movimiento de Participación Popular) opinó que este tema ya se planteó durante el primer gobierno de Vázquez, pero no haciendo referencia a la formación militar, sino a la capacitación en oficios. Puso el ejemplo del Batallón de Infantería Mecanizado Nº 15 de Florida, que hizo un convenio con la UTU y “los estudiantes de Mecánica están haciendo la práctica en el cuartel”. “Si la propuesta [de Manini Ríos] va por ese camino, puede ser; ahora, si se toma como una cuestión obligatoria o sancionatoria es complicado. Capaz que hay que buscar acercamientos con los que no estudian ni trabajan y entusiasmarlos por algún lado. Una posibilidad puede ser esta”, agregó Rodríguez. Por su parte, Víctor Semproni (Congreso Frenteamplista) aseguró que hace años que viene planteando la necesidad de “formar a los jóvenes a través de indispensables disciplinas que tienen que ver con la defensa”, y que le han dicho “de todo” por esa propuesta. “Se confunde la capacitación disciplinaria, formativa, con lo que es la formación para el combate”, indicó. Sin embargo, dijo que está de acuerdo con implementar un servicio militar de carácter obligatorio que capacite “a los ciudadanos para la defensa” y con la conformación de “reservas”, personal con capacitación en defensa que es convocado en casos especiales, como las actuales inundaciones. Semproni precisó que hoy sólo tiene reservistas la Armada Nacional.
Pero en el Frente Amplio también hubo miradas críticas. La diputada suplente Romina Napiloti (Ir) escribió en Facebook: “Desde que existe el Plan de Emergencia el gobierno ha impulsado programas de reinserción social dirigidos a adolescentes y jóvenes”. “Hasta donde tenemos conocimiento, competencia del Ministerio del Interior. Si el Ejército tiene una función social que quiere transformar lo tendrá que hacer abierto al diálogo, reconociendo lo que el resto del Estado hace y asumiendo que lo que se necesita es más educación y menos ejército”, concluyó.
En el espacio La tertulia, de la misma radio, el diputado colorado Ope Pasquet (Vamos Uruguay) dijo que le parece “una buena idea”, pero “de muy difícil realización”, porque “todo esto es voluntario”. “Me cuesta creer que esta gente que no se ha vinculado ni al estudio ni al trabajo acceda alegremente a incorporarse al Ejército para adquirir disciplina y normas de higiene”, agregó.