La ministra reconoció de entrada que la industria “está en una situación compleja”. En este momento hay un “estancamiento incierto de la producción”, “en línea con lo que está pasando en el sector a lo largo del mundo”, y por ende “es necesario actuar”. Consideró que hay una “importante acumulación” de capital físico en la industria, pero que falta un aumento de la productividad. “Como somos un país con baja tasa de crecimiento demográfico, probablemente el componente cuantitativo no aumente a futuro, pero sí puede hacerlo el cualitativo”, sostuvo, y puso como ejemplo la capacitación del capital humano.

El empleo presenta una tendencia al decrecimiento pronunciada, medible con el Índice de Personal Ocupado en la Industria, así como con el de Horas Trabajadas que elabora mensualmente el Instituto Nacional de Estadística, que en los últimos 12 meses a febrero (último dato disponible) acumulaban caídas de 7,2% y 8,1%, respectivamente. Aun así, consultada sobre medidas puntuales para estimular el empleo, la ministra dijo que “se van a ir anunciando a medida que se concreten” y, aunque evitó emitir su opinión sobre un eventual acuerdo entre empresarios y trabajadores industriales para reducir la jornada laboral, sostuvo que “cualquier propuesta es atendible”.

Otra punta para aumentar la productividad refiere a la inversión en I+D. Según Cosse, “está faltando la capacidad de innovación del privado”, por lo que alentó al empresariado a acercarse a las propuestas y las organizaciones gubernamentales que la fomentan. A pesar del bajo nivel de iniciativa, consideró, que “es muy probable” que se llegue a invertir 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en el correr de este año, como prometió el gobierno al inicio del mandato.

Ampliando el horizonte, sostuvo que la industria del futuro es “inseparable” de los servicios, sobre todo de los que apuntan a la producción de alta tecnología. A modo de ejemplo, estableció que los puntos de partida identificables al día de hoy serían el excedente de energía y el sector audiovisual.

Los parches

“¿No será hora de focalizarnos en serio en la industria audiovisual?”, se preguntó la ministra. Agregó que para su desarrollo se necesita hacer “algunos cambios en la Comap [Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones]”.

El vicepresidente de Asoprod, Diego Fernández, sostuvo que el gobierno “viene prometiendo” desde 2007 “un decreto de exoneración del IRAE [Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas], así como se hizo con la industria del software”, pero que este nunca se termina de concretar. La gerenta de Cadu, Silvana Vaeza, dijo que el decreto fue firmado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería y que está a la espera de la firma del Ministerio de Economía y Finanzas, aunque fuentes de esta cartera dijeron que de momento no se está trabajando en ningún cambio ni beneficio especial para el sector.

Por otro lado, la ministra anunció el lanzamiento del Consejo Sectorial de la Industria Audiovisual, que tendrá lugar la semana que viene. Explicó que se necesitan “proyectos y propuestas” para el desarrollo del sector.

Consultados al respecto, integrantes de Asoprod priorizaron la reglamentación de la Ley SCA, ya que sin ella no habrá “desarrollo posible” del sector. “Es imposible que esto ocurra sin aportar nada de reinversión”, sostuvo Fernández. Consideró que no hay lugar para una política “de calidad” si no se apunta a quebrar con la intención de “cuidar intereses puntuales”. Según Fernández, “todos los países que lograron promover el sector industrial” lo hicieron porque tomaron una “decisión política”, y apuntó que esto es “lo que falta” en Uruguay.

En ese sentido, cuestionó las alianzas de Antel con Netflix, no por el fin que persiguen, sino porque “no se establecieron requisitos para promover las películas nacionales” y sostuvo que hasta ahora el gobierno se ha centrado en “poner parchecitos”, en vez de gestionar una “visión integral del sector”, que abarque la generación de contenidos, la atracción de inversiones y el desarrollo de nuevos productos. También lamentó que si bien en la Ley de Presupuesto aprobada el año pasado hubo un reajuste del fondo de fomento, este “ya empieza a perder valor”, porque no se estableció “un mecanismo de reajuste periódico” por inflación.

Por su parte, Vaeza consideró que hoy la industria está “estancada”, sobre todo por la pérdida de competitividad para el subsector publicidad, y por la pequeñez del mercado para el subsector productoras de contenidos televisivos. En relación a este último, explicó que “otros países con mayores mercados obtienen economías de escala que les permite trabajar con mayores presupuestos, que luego compiten con las locales a un menor costo”. Por otra parte, la Cadu, una cámara formada en 2008, ya no cuenta con el subsidio del Programa de Apoyo a la Competitividad de Conglomerados y Cadenas Productivas (PACC) de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Las principales necesidades del sector, según Cadu, se resumen en la implementación de un espacio de articulación público-privada, el avance en la formación técnica y la internacionalización del sector .

“Un marco sano”

Consultada sobre la venta de gas a Argentina, cuya firma se concretará la semana que viene, Cosse respondió que se trata de un acuerdo marco de intercambio energético general, que establece fundamentalmente tres cuestiones. Por un lado, permite que “Argentina disponga de los excedentes de la planta regasificadora” y también que siga viniendo gas del país vecino, “con prioridad para el área residencial”. Por otro, propone revisar algunos términos del acuerdo del marco energético firmado en 1974, a efectos de “nivelar algunas condiciones y aggiornarlas” a la situación actual. “Las necesidades de los países han cambiado; ahora Argentina necesita mucha más energía y a Uruguay le sobra, por ende hay cosas para cambiar”, adelantó.

Con respecto a la planta regasificadora explicó que próximamente comenzarán las inscripciones para la compra de capacidad de regasificación, un llamado a empresas públicas o privadas, nacionales o extranjeras residentes en Argentina, con el fin de que “expresen formalmente su interés” en la compra de gas. En una segunda instancia, Gas Sayago, la empresa que gestiona la construcción de la planta, “publicará cuál sería el precio del gas para la capacidad de regasificación planteada a lo largo de los años”, y luego se iniciará una temporada abierta para recibir ofertas vinculantes. El último paso será la búsqueda de un socio estratégico para la construcción de la planta en Puntas de Sayago, para “arribar a una decisión final de inversión”. Cosse sostuvo que todas estas etapas se cumplirán “en el correr de este año”.

Si bien durante el diálogo con la prensa dijo que el acuerdo con Argentina “no nos fuerza a tener una planta, sino que, por el contrario, da un marco para construirla”, previamente, durante el desayuno, había dicho que era necesario “sentar las bases para vender más energía al exterior”. De todos modos, consideró que es un camino que hay que recorrer “sin apuro”. Aun así, dejó claro que Uruguay “necesita producir el gas en su matriz”.