La posibilidad de parir en cuclillas, en cuatro patas, en un banco, en el agua, con los calmantes que una mujer necesite y quiera son algunas de las libertades que la Asociación Obstétrica del Uruguay considera que deberían tener las mujeres a la hora de elegir cómo traer su bebé al mundo. Un congreso realizado por el organismo el sábado recogió experiencias de distintas parteras en relación a las alternativas a la asistencia en el nacimiento, orientándolo hacia el parto humanizado. En la mañana, dos parteras compartieron sus experiencias en el hospital Sofía Feldman de Brasil, y en la clínica La Primavera en Ecuador. La tarde se centró en el parto vertical.

Una de las organizadoras, Ivana Costa, dijo a la diaria que las alternativas nombradas arriba ya están disponibles en la sala de nacer del hospital Pereira Rossell y también en los hospitales de Rocha y de Young, todos centros de salud pública. En el de Rocha incluso están dadas las condiciones para realizar partos bajo el agua, una técnica innovadora favorable para el trabajo de parto, ya que ayuda al alivio del dolor; falta sólo el jacuzzi con el que se debe contar para quienes elijan esta opción.

Sin embargo, en el ámbito privado aún “no se ha avanzado en nada en cuanto a eso”, consideró. La diferencia para Costa proviene del hecho de que en las mutualistas el parto está a cargo de un médico ginecólogo y no de las parteras. “No depende mucho de nosotras, que estamos ahí pero para asistir lo que decida el médico”, afirmó.

Aun así, Costa dijo que “no se trata de imponer a la madre estas técnicas”, sino, en todo caso, “de darle las opciones, y sobre todo, la libertad de poder elegir y que no esté condicionada a lo que decida el equipo”. Esto implica elegir la posición para parir y también saber que puede deambular e incluso ducharse si lo necesita, libertades coartadas en algunos establecimientos. “Que se dejen guiar por el instinto y que en caso de tener alguna intervención, se le den todas las opciones y ella tome la decisión”, sintetizó.

Costa se refirió en particular a las cesáreas. Mientras que este tipo de intervenciones deberían darse en 15% de los nacimientos, en Uruguay las tasas oscilan entre 40% y 60%.

“Hay que volver a priorizar a los protagonistas del nacimiento, que son el bebé, la madre y la pareja o quien la acompaña”, es la guía de la Asociación Obstétrica del Uruguay, que realizará en los próximos meses otras jornadas de capacitación.