En la explanada de la Intendencia de Montevideo se expuso ayer un tubo largo que simulaba ser un colon. Podía caminarse en su interior y el trayecto simulaba el tránsito en el transcurso del tiempo: al comienzo las paredes internas del colon presentaban pequeños pólipos que, pasos después, aumentaban de tamaño, hasta llegar a un conglomerado más significativo y, por ende, más maligno. La actividad -que se prestó a todo tipo de bromas en las redes sociales- es parte de una campaña organizada por el Centro de Cáncer Digestivo del Instituto Nacional del Cáncer y de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, con el fin de concientizar sobre la prevención de la enfermedad y detectarla de forma precoz.

Esta detección es sumamente sencilla. Eduardo Fenocchi, coordinador del Centro de Cáncer Digestivo, informó a la diaria que los pólipos -que al principio son benignos y asintomáticos- se detectan “mediante una prueba de sangre oculta en materias fecales, y si los encontramos antes de que se malignicen, prevenimos la enfermedad”. La población que tiene mayor prevalencia son quienes tienen entre 50 y 75 años; una de las metas asistenciales que el Ministerio de Salud Pública plantea a las instituciones de salud es que realicen los tests de materia fecal a las personas mayores de 50 años. Aclaró que el test es sencillo, que cada persona se extrae la muestra en su domicilio y que en caso de que se encuentre sangre (que se desprende cuando la materia roza los pólipos) se hacen otros estudios. Si el pólipo se detecta tempranamente, se puede sacar por medio de endoscopía; de lo contrario, debe recurrirse a una intervención quirúrgica.

En Uruguay cada año se diagnostica cáncer de colon a 1.800 personas, y entre 50% y 55% de ellas fallecen. Fenocchi señaló que “son cifras realmente altas”. Este cáncer es la segunda causa de muerte en mujeres, detrás del cáncer de mama, y el tercero en el hombre, después del de pulmón y de próstata.

El médico observó que la incidencia y mortalidad que tiene esta enfermedad en la población uruguaya es similar a la de países desarrollados (mencionó a Estados Unidos, Canadá, Europa y Oceanía) y bastante superior a la de otros países de América Latina. Las causas de estas lesiones son multifactoriales, dijo Fenocchi, pero subrayó la incidencia de “estilos de vida, hábitos dietéticos, elementos genéticos y elementos hereditarios”. Se recomienda el consumo de alimentos ricos en fibras (frutas, verduras, cereales, etc.) y bajar el consumo de carnes rojas con grasa y cocidas a altas temperaturas. Fenocchi afirmó que “el asado con la costrita negra es cancerígeno”, no por comerlo un día, sino por su consumo reiterado. Entre las recomendaciones está también la de realizar ejercicio físico, evitar la obesidad y no fumar.