A las 9.30, hora fijada para la concentración en la Plaza de los Treinta y Tres, en el centro de Montevideo, decenas de trabajadores de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA), de Envidrio, del sindicato de Pilsen, disfrutaban del sol en las dos aceras de 18 de Julio, mientras sonaba el parlante que transmitía los reclamos de la Federación Uruguaya de la Salud. Antes de las 10.00 se empezó a escuchar un rumor que se acercaba por 18 de Julio, desde el lado del Obelisco, que pronto se convirtió en cantos como “Olelé, olalá, si esto no es el SUNCA, el SUNCA dónde está”, y “Borombombón, el que no salta es un patrón”. Pareció la señal que estaba esperando el resto de los trabajadores, que se sumaron a las dos cuadras que ocupaban los obreros del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) y comenzaron a marchar rumbo al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), donde estaba montado el estrado para la oratoria central en el marco del paro general parcial realizado en la mañana de ayer por el PIT-CNT.

Cada cuadra transitada volvía más masiva la movilización. “Somos como 10.000, 12 cuadras”, estimaba un trabajador del SUNCA. “Cómo está esto”, comentó el ex diputado del Partido Comunista del Uruguay (PCU) Óscar Andrade, que resolvió dejar su banca para volver al sindicato de la construcción. “En un momento de mayor dificultad económica, hay que profundizar la distribución de la riqueza”, dijo Andrade a la diaria. Consultado sobre un eventual aumento de la tensión entre el gobierno y el movimiento sindical, Andrade consideró que más bien hay un “aumento de la puja distributiva en toda la línea”, que “se expresa en las medidas políticas del gobierno”, y “un debate entre el programa del movimiento popular, que intenta que quienes aporten mayores recursos para potenciar políticas públicas sean los grandes grupos económicos, y los grandes grupos económicos que resisten”. El único saludo de un sector frenteamplista que se leyó ayer durante el acto fue el del PCU, que expresó su respaldo a la central “por las justas reivindicaciones que compartimos”. El dirigente comunista Federico Graña salió de la sede del Ministerio de Desarrollo Social, donde se desempeña como director de Promoción Sociocultural, para observar el paso de la marcha.

A la altura de Ejido, los trabajadores bajaron a la calle Colonia. El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, fue uno de los que encabezaron desde el primer momento la movilización. “Pagate una vuelta, Fernando”, le pidieron algunos trabajadores del SUNCA al ver que el presidente de la central se acercaba a un carrito. Pereira los sacó del error mostrándoles una botella de agua mineral.

Frente a la sede del MEF, trabajadoras del Sindicato Único de la Aguja habían montado un taller improvisado donde elaboraban uniformes, como una manera de rechazar la medida del Ministerio del Interior de comprar 30.000 uniformes para la Policía a una empresa china. Las trabajadoras tenían puestos sombreros chinos con la bandera de Uruguay, y un cartel le preguntaba al ministro del Interior, Eduardo Bonomi: “¿Trabajo oriental u oriental?”. Cuando concluyó el acto, mostraron tres uniformes con los nombres bordados de Bonomi, el ministro de Economía, Danilo Astori y el presidente Tabaré Vázquez.

En el estrado acompañó gran parte de la oratoria la delegación de políticos y activistas de Haití que llegó a Montevideo para reclamar el retiro de las tropas de Naciones Unidas de su país, un reclamo que fue apoyado por el orador central del acto, Marcelo Abdala: “Se tienen que ir ahora”. Se leyó además un saludo del rector de la Universidad de la República, Roberto Markarian, quien sostuvo que los gastos en educación “no deberían ser postergados sino priorizados”.

Abdala centró las críticas de la central en la decisión del gobierno de no modificar las pautas salariales y en la Rendición de Cuentas. “La crisis no la deben pagar los trabajadores y el pueblo oriental”, comenzó diciendo. Sostuvo que la estrategia de desarrollo que se impulsó hasta ahora estuvo basada en los altos precios de las materias primas y en los flujos de inversión extranjera directa (IED), con algunas políticas de redistribución del ingreso, “pero no de redistribución de la riqueza”. “Aún al día de hoy no se ha tocado la riqueza acumulada por las clases dominantes”, afirmó. El secretario general del PIT-CNT agregó que esta estrategia “empieza a mostrar signos de agotamiento” y que es necesario un “cambio de rumbo en la política económica”.

“Hay dos proyectos de país que se confrontan: la política de achique o austeridad y la política contracíclica, que estimule la demanda interna que pueda mover la economía”, manifestó. Sostuvo que deben darse “señales hacia los más desposeídos” y criticó la “cantidad enorme de salarios de hambre que siguen existiendo en nuestro país”. Llamó, por otra parte, a “superar el dogma” de que “en Uruguay no se hace control de precios”.

En cuanto a las pautas salariales, Abdala remarcó que pese a que el gobierno reconoció que no se va a cumplir con las previsiones en materia de inflación, en base a las cuales se definieron las pautas, el Poder Ejecutivo no está dispuesto a modificarlas, lo que calificó de “intransigencia y tozudez”. “No se han dado los supuestos del Poder Ejecutivo. Hay que barajar y dar de nuevo en las pautas para proteger el salario de los trabajadores”, remarcó Abdala, y sostuvo que confían en la palabra del presidente Vázquez con respecto a que los trabajadores no perderán salario real.

Abdala afirmó que es un momento de “importantes diferencias con las políticas gubernamentales”. “Si alguno quiere alejarse de la columna vertebral que ha alumbrado las condiciones para los cambios, es su problema”, deslizó. Aclaró que las críticas al gobierno no implican estar “todos juntos y entreverados”. “Hay una crítica de la derecha, y no es la nuestra. Nosotros no tenemos nada que ver con la crítica neoliberal, hacemos una crítica con la ideología y el programa de la clase obrera”, declaró.

En cuanto al proyecto de ley de Rendición de Cuentas, Abdala sostuvo que propone un “ajuste recesivo” que “sigue gravando más al trabajo que al capital” en base al “cuco” de que si lo gravan, el capital “no invierte y se va”. Además, consideró que el proyecto dispone “recortes inadmisibles” en la Administración Nacional de Educación Pública, la Universidad de la República, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay y la Administración de los Servicios de Salud del Estado. “Se dijo que no se iban a tocar las políticas sociales, y estas instituciones se dedican de lleno a las políticas sociales”, cuestionó el dirigente.

En el cierre del acto hablaron el secretario general de la Federación Nacional de Municipales, Daniel Urquiola, y el secretario general de la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay, Daniel Baldasari. Urquiola denunció que los 12 intendentes del Partido Nacional, en una postura “políticamente inmadura y reaccionaria”, se niegan a la negociación colectiva en el ámbito departamental y de ese modo violan “un derecho fundamental” de los trabajadores. “Además, hay más de siete intendencias a las que si el gobierno central no les manda las partidas, no cobramos los salarios”, aseguró. Baldasari reclamó el aumento de la jubilación mínima y que no se rompa con “un período de nueve años en el que las jubilaciones eran ajustadas todos los 1º de julio”. Llamó a “impedir que otra vez el hilo se corte por la parte más débil”.