Con la asunción de los nuevos diputados y senadores, comenzó ayer en España una nueva legislatura. Una vez que el rey Felipe de Borbón ratifique la sesión constitutiva del Parlamento, trámite previsto para hoy, dará comienzo a la ronda de consultas con los posibles candidatos a presidente, el paso previo a la sesión de investidura, a principios de agosto.

La presidencia de la Cámara de Diputados quedó en manos del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, un triunfo que para la formación conservadora puede anticipar la reelección de su líder como presidente de España. El PP, que en las elecciones de junio obtuvo 137 escaños en un total de 350, consiguió el apoyo de los diputados de Ciudadanos, el partido de derecha liderado por Albert Rivera, para que presidiera la cámara su candidata, la ex ministra Ana Pastor. También jugaron a favor de la candidata del PP -en una segunda vuelta- las abstenciones de los partidos nacionalistas Convergència Democràtica, Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Nacionalista Vasco, lo que causó sorpresa en algunos sectores, porque el PP siempre se refirió a ellos como “los que quieren romper España”. La alternativa a Pastor era Patxi López, el candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que quedó a tan sólo 14 votos de ella.

Además de elegir a su titular, la Cámara de Diputados definió la constitución de la mesa directiva, compuesta por cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. El PP se quedó con tres miembros -incluida la presidenta- y el PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos con dos cada uno.

Hasta el lunes, Ciudadanos sostenía que la Cámara de Diputados tenía que estar controlada por un partido de oposición. Sin embargo, la actuación de Rivera ayer apuntó a lo contrario. En realidad, mediante el acuerdo, Ciudadanos se garantizó dos puestos en la mesa directiva que no le correspondían por su número de escaños.

El apoyo de Ciudadanos al PP constituye el primer acuerdo entre dos partidos de derecha en España y podría ser útil para que la formación de Rivera cambie de la abstención al voto favorable en la sesión de investidura de Rajoy. Ese voto favorable no es suficiente, pero serviría para presionar al PSOE para que cambie la negativa que mantiene actualmente y se abstenga. De ese modo, Rajoy se convertiría nuevamente en el presidente del gobierno de España.

Por otro lado, en el Senado no hubo cambios, ya que el PP dispone de mayoría absoluta, por lo que el hasta ahora presidente de esa cámara, Pío García Escudero, permanece en el cargo.

Luego de la sesión en el Parlamento, Pastor manifestó su deseo de que la legislatura que empezó sea “próspera y fructífera”, y agregó: “Necesitamos, más que nunca, consenso y diálogo”. En el mismo sentido, García Escudero señaló: “No podemos permitirnos el lujo de derrochar más tiempo. Tenemos que legislar, tenemos que adoptar decisiones que ya no admiten más demora”.