La Policía brasileña arrestó ayer a diez personas por sospechas de que podrían estar vinculadas con el grupo jihadista Estado Islámico (EI), en el marco de una operación antiterrorista que se llevó adelante cuando faltan 16 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El juez que ordenó la detención, Marcos Josegrei da Silva, dijo que no es posible confirmar, por el momento, si el líder del grupo está entre los detenidos.

El ministro de Justicia de Brasil, Alexandre de Moraes, dijo que se trata de una “supuesta célula terrorista” que pasó “de mensajes sospechosos por internet a actos preparatorios” de un posible atentado. De Moraes confirmó que el grupo era “absolutamente amateur” y “desorganizado”, y que los miembros -todos brasileños- mantenían contacto mediante WhatsApp y Telegram, pero no se conocían personalmente.

El ministro dijo que los detenidos eran vigilados desde hace semanas por su actividad constante en grupos de internet que exaltaban a EI, y aseguró que tuvieron “al menos un contacto” con los jihadistas. También informó que “algunos” hicieron “declaraciones de lealtad” y que uno de ellos tenía planeado viajar para “hacer un contacto personal”, pero finalmente no lo hizo porque “no tenía las condiciones financieras”. Las autoridades comprobaron además que el grupo planeaba comprar fusiles AK47 a vendedores clandestinos en Paraguay, pero aclaró que “no hay confirmación de que lo hayan logrado”.

El juez Josegrei da Silva dijo ayer que dio la orden de arresto cuando los implicados acordaron comenzar “entrenamientos en artes marciales y tiro”, movimiento que las autoridades interpretaron como una amenaza real y el inicio de “preparativos” de un posible acto terrorista durante los Juegos Olímpicos. “No estamos diciendo que son terroristas, que van a cometer esos atentados, que van a cumplir sus amenazas, pero un juez, en una situación de esas, no tenía otra alternativa que ordenar las detenciones”, explicó el magistrado.

De Moraes, por su parte, aclaró que aunque Brasil “no forma parte de la coalición contra EI”, los Juegos Olímpicos hacen que el país sea “un blanco probable”, en especial porque participan países que luchan contra la organización terrorista.

La Policía de Brasil vigila actualmente a 100 personas por posibles vínculos con grupos terroristas. La mayoría vive en la triple frontera del país con Argentina y Paraguay, según dijo a la agencia de noticias Reuters un funcionario de Presidencia.