La octava edición del Encuentro Documental de las Televisoras Latinoamericanas, conocido como DocMontevideo, ya se ha consolidado como una valiosa combinación de exhibiciones y estímulo a la formación de los realizadores, mediante talleres, preparación para pitching (presentación de una idea a fin de lograr financiarla) y otras actividades. Desde 2009 reúne a estudiantes, productores independientes, representantes de emisoras de televisión, profesionales del sector audiovisual y especialistas en diversos temas que ofrecen conferencias. A partir de hoy y hasta el viernes 29 se desarrollará esta nueva edición, con sedes en el teatro Solís y la sala Zitarrosa.

El sábado comienza la ya tradicional Semana del documental, la parte del encuentro orientada hacia el público en general, ya que las demás actividades de DocMontevideo están dirigidas principalmente a la gente del sector: se extenderá hasta el miércoles 27, en la sala Zitarrosa y en una red de salas del interior del país (que abarca Canelones, Artigas, Maldonado, Colonia y Salto), y al finalizar cada exhibición habrá un diálogo abierto con los realizadores de las obras presentadas.

El documental que abre este ciclo es 327 cuadernos (Argentina/Chile), de Andrés Di Tella (sábado a las 19.00 en la Zitarrosa), sobre el escritor argentino Ricardo Piglia. En él, el director plantea un enfoque teórico sobre las relaciones entre la ficción y el documental, a partir de los recuerdos, vivencias, reflexiones y experiencias personales que Piglia registró, desde que tenía 16 años y durante una década, en diversos cuadernos y papeles que también integraron su último libro, Los diarios de Emilio Renzi (ver http://ladiaria.com.uy/UKy). Dos horas después se exhibirá Nueva Venecia (Uruguay/Colombia/México), de Emiliano Mazza de Luca. Este debut en el largometraje de Mazza cuenta la historia de un pequeño pueblo construido en medio de la colombiana Ciénaga Grande de Santa Marta, donde se hizo una cancha de fútbol sobre agua. El relato ocurre 15 años después de que ese pueblo de pescadores sufriera una matanza a manos de paramilitares -a cargo del ex comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, Rodrigo Tovar Pupo-.

El domingo será el turno de Jonás y el circo sin carpa (Brasil), de Paula Gomes, sobre un adolescente que sueña con mantener vivo el circo que él mismo montó en el patio de su casa; y de 35 y soltera (Argentina/Estados Unidos/España), de Paula Schargorodsky, la cineasta argentina que en 2013 logró un gran impacto en las redes sociales con la publicación, mediante el diario estadounidense The New York Times, de un minidocumental sobre su vida de soltera. Como se puede sospechar, en este trabajo continúa por el mismo camino, y de hecho se trata de la versión ampliada y final de aquel corto exitoso, en la que registra el día a día de su intimidad y reflexiona acerca de su situación vital y sus afinidades.

Al día siguiente se proyectarán Cinema Novo, de Eryk Rocha (Brasil), definido como un ensayo poético que explora uno de los movimientos cinematográficos más importantes de América Latina, fundador de una nueva forma de hacer cine en Brasil, a partir de una actitud política que cruzó arte e intención revolucionaria. El documental incluye fragmentos de películas de aquel movimiento.

El martes a las 19.30 irá el único documental que se proyectará con entrada libre: Los de siempre, de José Pedro Charlo (Uruguay), en el que se cuenta la historia de un coro de vecinos formado en Casavalle, con integrantes que rondan los 70 años y que, por ende, han sido testigos del deterioro y la marginalización del barrio. Después le llegará el turno a Oleg y las raras artes, de Andrés Duque (España), sobre el consagrado pianista ruso de 89 años Oleg Karavaichuk. La película registra la excentricidad -y, para algunos, la genialidad- del artista, luego de que Duque lo persiguiera durante meses. “¿Quién es este hombre que parece salido de un cuento de [Nikolái] Gógol?”, se pregunta el director en la gacetilla de prensa.

Premio lejano, de Alan Berliner (Estados Unidos), fue el largometraje seleccionado para cerrar las exhibiciones de esta semana; en él, Berliner realiza un íntimo retrato de su primo y mentor, Edwin Honig, un poeta, escritor y ensayista estadounidense afectado por la enfermedad de Alzheimer.